4 destinos de España que no están masificados y que son preciosos para visitar en verano

Con el verano las posibilidades de encontrar lugares poco masificados en los que veranear se suele convertir en una misión imposible. Julio y agosto son los meses de vacaciones por excelencia y pueblos (tanto de interior como de costa) ven como sus habitantes crecen como la espuma de las olas o de una cerveza bien fresquita. Aun así, quedan lugares más recónditos en los que es posible desconectar, estar en contacto con la naturaleza o nadar en playas en las que no hay que pedir permiso a cada paso (por aquello de no ir pisando toallas) hasta llegar al agua. Si quieres algunas ideas, aquí tienes 4 destinos de España que no están masificados y que son preciosos para visitar en verano.

Que el lector y viajero no se lleve a engaño. Encontrar lugares en los que estar solo en temporada estival es difícil, pero sí existen destinos en los que pasear, ver atardeceres únicos o poder cenar sin tener que reservar con una semana de antelación. Desde revista VIAJAR hemos seleccionado 4 que harán las delicias de todos aquellos a los que las masificaciones les ponen los pelos de punta. Desde un pueblecito salmantino muy cerca de Béjar, hasta un rincón asturiano en el concejo de Quirós, pasando por Ferrol o la costa valenciana.

Viajamos hasta Salamanca para descubrir un municipio declarado Conjunto Histórico. Sobre un promontorio rocoso, en pleno corazón de la Sierra de Francia, ponemos un pie en Miranda del Castañar. Las murallas, con las torres del homenaje de su castillo nos dan la bienvenida a un paraíso salmantino en el que la tranquilidad está garantizada. El viajero podrá descubrir la antigua plaza de armas de la fortaleza y la antigua alhóndiga que nos lleva al interior de la villa a través de la puerta de San Ginés. Podemos pasear por la conocida como calle Derecha, flanqueada por casas blasonadas en piedra en la que es posible descubrir diversos escudos nobiliarios como los del Escribano o los Tejeda.

Su gastronomía es deliciosa y hay diferentes restaurantes, tabernas y mesones en los que poder disfrutar de la mejor comida salmantina; desde patatas meneás hasta chanfaina o ternera morucha. Y cuando cae el sol, el viajero puede descansar en alguna de las casitas rurales o posadas que salpican el pueblo y en las que se puede descansar y desconectar con la sensación de estar en un sitio al que la masificación no ha llegado todavía.

De Salamanca viajamos hasta A Coruña y más concretamente a Ferrol para descubrir la parroquia de Doniños y su playa homónima. Con una extensión de 1900 metros, una zona dunar y una laguna es una playa de arenas doradas y galardonada con bandera azul. Eso sí, no hay que dejarse engañar por su imagen idílica, ya que es ventosa y de fuerte oleaje. Un paraíso para los amantes del surf y para todos aquellos que quieren disfrutar de playas más desérticas.

Al situarse en un entorno rural, la mejor opción para descubrir la zona, tanto Doniños en sí como el resto de pueblitos que forman parte de la parroquia, es alojarse en alguna casita rural. La sensación de exclusividad es única. Y no podemos olvidar que comer en esta zona en la que abundan pescados y mariscos de calidad, es un verdadero regalo para los amantes de la cocina gallega.

Asturias, junto con Galicia es una de las comunidades autónomas menos masificadas a la hora de pasar las vacaciones estivales. Y, como la gente lo sabe, cada vez son más los viajeros que ponen rumbo al norte. Una opción interesante es el concejo de Quirós, con sus 13 entidades parroquiales. Y, entre ellas, nos quedamos hoy con Bárzana, que en invierno cuenta con una población de cerca de 400 habitantes.

Aquí las casitas rurales son la principal opción para alojarse y el contacto con la naturaleza uno de sus mayores atractivos. El viajero podrá sofocar los calores estivales en el embalse de Valdemurrio, que cuenta con una zona recreativa o disfrutar del museo etnográfico de Quirós, una visita imprescindible si se veranea con niños. Además, todos los amantes del senderismo tienen aquí su particular edén, ya que los paisajes son únicos y, como decimos, no es una zona que se haya visto invadida por el turismo de masas.

Encontrar una playa poco masificada en la Comunidad Valenciana en julio y agosto es difícil, pero, aun así, hay enclaves en los que es posible no sentirse sumamente agobiado. Eso pasa, por ejemplo, en Benicarló, en Castellón. Este puerto pesquero constituye un centro turístico de la Costa del Azahar, pero cuenta con una larga playa en la que poder relajarse y un casco urbano medieval repleto de arquitectura señorial.

Además, los amantes de la naturaleza tienen a un paso la sierra de Irta, que les permitirá descubrir un tesoro de 13 kilómetros de costa virgen mediterránea y rutas senderistas que nos permitirán disfrutar de paisajes únicos lejos de la masificación. Hay 8 rutas establecidas para todos los gustos, ya que se pueden completar entre una y cuatro horas dependiendo de la condición física y longitud del recorrido.

En definitiva, si estás buscando lugares en os que poder desconectar y que estén poco masificados, estos 4 destinos son maravillosos y conviene visitarlos… antes de que se acaben llenando hasta la bandera.