La Capilla Sixtina de Madrid: una joya que debes visitar en una escapada a la capital

Frescos dignos de las bóvedas más bellas de la Capilla Sixtina se esconden en pleno centro de Madrid

Madrid esconde una de sus grandes joyas barrocas en el barrio de Malasaña
Madrid esconde una de sus grandes joyas barrocas en el barrio de Malasaña / Istock / diegograndi

El estilo barroco aterrizó con paso firme en el Madrid de los Austrias. La marca de los siglos XVII y XVIII en la capital quedó plasmada en edificios como el Palacio de Santa Cruz, la Real Colegiata de San Isidro o la Casa de la Villa. En una ciudad como Madrid es muy complicado girar una esquina y no toparse con un edificio histórico de relevancia artística. Tanto es así, que aquí hay incluso una Capilla Sixtina oculta en un edificio cuya apariencia exterior no da ninguna pista de lo que se encontrará dentro: una auténtica joya barroca equiparable a la obra del mismísimo Miguel Ángel.

Bóveda de la Capilla Sixtina de Ciudad del Vaticano

Bóveda de la Capilla Sixtina de Ciudad del Vaticano

/ Istock / Gim42

Aunque aquella gran obra del ser humano sea inigualable, no es necesario viajar a Ciudad del Vaticano para quedar impresionado ante unos frescos de los artistas más importantes de la época como Francisco Carreño de Miranda, Lucas Jordán o Francisco Ricci. La ermita de San Antonio de la Florida encuentra una hermana en esta, la iglesia de San Antonio de los Alemanes, ambas declaradas Monumento Nacional y desapercibidas entre el bullicio madrileño. En plena Malasaña se hace hueco este edificio que se ha alzado con el título de Capilla Sixtina del barroco madrileño.

Fachada de San Antonio de los Alemanes

Fachada de San Antonio de los Alemanes

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En pie desde el siglo XVII

Se construyó entre 1624 y 1630 por iniciativa del Consejo del Reino de Portugal y con fondos de un grupo de nobles y comerciantes portugueses como complemento del Hospital del mismo nombre. Por ello al principio se denominó San Antonio de los Portugueses. En 1668, con la independencia de Portugal, pasó a estar al cuidado de la escolta alemana de la reina Mariana de Neoburgo, por lo que también modificó su nombre. Lo más impactante de su interior es la calidad de sus pinturas y el trampantojo que decora la cúpula de la iglesia. Nada pasa desapercibido, pero hay que estar muy atento a los miles de detalles que no se aprecian a simple vista.

Cúpula de la iglesia

Cúpula de la iglesia

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Su forma está inspirada en la iglesia de Santa Anna de los Palafrenos, pero es única en el sentido en que no existe en la ciudad otro templo cubierto al completo por frescos y con planta elipsoidal. Actualmente funciona también como entidad benéfica que, además de ser lugar de culto, alberga actividades como conciertos de música clásica y religiosa, en manos de la Santa y Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid desde el siglo XVII. Eran propietarios de un albergue, un orfanato y un refugio. Solo les faltaba la iglesia, que donó el rey Felipe V a su llegada al trono. Así, se convirtieron en una pieza clave de la lucha contra la pobreza.

La organización se ha encargado desde entonces -e incluso antes- de ofrecer ayuda a los más necesitados cuyo refugio sigue funcionando y donde se dan entre 200 y 300 cenas al día. La visita libre a la iglesia y la cripta tiene un precio de cinco euros con audioguía y una duración de media hora; mientras que la visita guiada por uno de los Hermanos de la iglesia, la sacristía, la cripta y el museo de la Hermandad por diez euros y una duración de una hora. Para cuando uno piense que conoce todo Madrid, quedan estos rincones por descubrir y para los que no hace falta coger un avión.

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