Los 30 pueblos más bonitos de España

Casas de piedra o blancas, flores en los balcones y maravillosas vistas es lo que caracteriza a los pueblos más bonitos de España.

Pasear por los pueblos españoles es algo reparador que te llena de vida
Pasear por los pueblos españoles es algo reparador que te llena de vida / Istock / romeo-f

Cada comunidad, cada provincia, cada isla, esconde entre sus fronteras lugares absolutamente maravillosos. Algunos parecen reales, otros no tanto; algunos tienen vistas al mar, otros a la montaña y otros a ambos. Todos son pueblos únicos, diferentes y bellos a su manera. Medievales, modernistas, góticos, eclécticos, visigodos. En los pueblos españoles se ve reflejada la apasionante historia que puede contar el país y que no aparece en los libros de texto. Es historia viva, que rezuma de las fachadas de las casas y susurran los montes milenarios que no se cansan de mirar al mar.

Agulo, La Gomera

Lo llaman 'el bombón de La Gomera', un encantador pueblo a tan solo media hora de la capital. Es un extenso mirador con vistas a los grandes prados verdes y al océano Atlántico, compuesto de calles empedradas y coloridas casas de cuento. Desde allí se puede disfrutar de unas vistas privilegiadas hacia Tenerife y el volcán del Teide. Tiene dos zonas bien diferenciadas, la alta y la baja, donde se encuentra el casco histórico. Está rodeado de paisajes encantadores entre los que destaca el Monumento Natural de Roque Blanco.

El pueblo de Agulo en La Gomera, Santa Cruz de Tenerife

El pueblo de Agulo en La Gomera, Santa Cruz de Tenerife

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Aínsa, Huesca

Un auténtico refugio de montaña de los más bellos del país. Se ubica entre el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el de la Sierra y los Cañones de Guara y el Posets-Maladeta. Tiene una de las plazas más bonitas de España y un impresionante castillo que completa sus vistas con fondo pirenaico, bajo la atenta mirada de Peña Montañesa. Es un lugar privilegiado para hacer excursiones naturales y descubrir una historia que probablemente no habías escuchado antes.

Plaza del pueblo medieval de Aínsa, en Huesca

Plaza del pueblo medieval de Aínsa, en Huesca

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Albarracín, Teruel

Viajar a la época medieval es tan sencillo como visitar uno de los pueblos más bonitos de España. Cada rincón, cada casa, cada calle es digno de admiración. El recorrido es pintoresco y agradable, paseando junto al río Guadalaviar o por lugares como la catedral, el Terrtorio Dinópolis, las iglesias de Santiago y Santa María o los Museos Municipal, Diocesano y el de la familia Pérez y Toyuela. La idílica postal se completa al contemplar sus vistas que dejan avistar las fachadas rojizas en consonancia con el monte y la muralla medieval.

Vistas del pueblo de Albarracín, en Teruel

Vistas del pueblo de Albarracín, en Teruel

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Alburquerque, Badajoz

Un casco histórico declarado Bien de Interés Cultural y un paisaje cubierto por alcornoques enclavado en la Sierra de San Pedro es lo que caracteriza a este municipio pacense. La parte antigua está coronada por el castillo medieval de Luna, desde donde otear unas vistas hacia localidades tanto portuguesas como extremeñas. Entre su patrimonio destacan la Casa de la Audiencia, la fuente del Caño, la iglesia parroquial de Santa María del Mercado o la Casa de la Nieve.

Calle medieval de Alburquerque, en Badajoz

Calle medieval de Alburquerque, en Badajoz

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Allariz, Ourense

La leyenda negra que recayó sobre el pueblo en el siglo XIX que situaba allí al primer hombre lobo diagnosticado clínicamente ahora es un reclamo para Allariz. A día de hoy, además, se ha convertido en un pueblo outlet con tiendas de marcas como Massimo Dutti, Adolfo Domínguez o Roberto Verino, que se camuflan entre los edificios con cientos de años de antigüedad. Es un importante ejemplo de recuperación patrimonial que ha dado lugar a uno de los Conjuntos Histórico-Artísticos más bellos del país.

Puente romano sobre el río Arnoia a su paso por Allariz, en Ourense

Puente romano sobre el río Arnoia a su paso por Allariz, en Ourense

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Almagro, Ciudad Real

Un Corral de Comedias del siglo XVII que parece que se construyó ayer mismo y que hoy acoge el Festival Internacional de Teatro Clásico anual es lo que más caracteriza a Almagro -además de sus berenjenas-. Sin embargo, eso no es lo único que le ha hecho convertirse en Conjunto Histórico-Artístico. La Plaza Mayor alberga edificios históricos que casan a la perfección con la ambientación que nace del corral. A todo esto se suman los numerosos edificios religiosos como el Convento de la Encarnación o el de Santa Catalina y la Iglesia de la Madre de Dios o la de San Bartolomé.

Plaza Mayor de Almagro, en Ciudad Real

Plaza Mayor de Almagro, en Ciudad Real

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Bagergue, Lleida

Esta maravilla en pleno Valle de Arán fue la joya que enamoró a Pau Donés y donde decidió pasar sus últimos días. Parece mentira que exista un lugar así de mágico, con una belleza natural tan insólita y una arquitectura tradicional sacada de cuento, con fachadas de piedra, tejados de pizarra y floridos balcones de madera. Es un destino ideal para una escapada de esquí, aunque también para disfrutar del sol, que sale las mismas horas en verano que en invierno.

El pueblo de Bagergue en pleno Val d'Aran, en Lleida

El pueblo de Bagergue en pleno Val d'Aran, en Lleida

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Cadaqués, Girona

Para Dalí es el pueblo más bonito del mundo. "Mi paraíso místico comienza en los llanos del Ampurdán y encuentra su plenitud en la bahía de Cadaqués", afirmó en una ocasión. El azul y el blanco siempre han resultado una buena combinación y este pueblo pesquero catalán es buen ejemplo de ello. El arte ha encontrado aquí un refugio y no son pocas las galerías ni los artistas que se han asentado en Cadaqués. Hoy es inspiración también para aquellos que buscan la tranquilidad más allá del arte.

Vista de Cadaqués desde el mar, en Girona

Vista de Cadaqués desde el mar, en Girona

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Calasparra, Murcia

La mala fama de la que goza la región de Murcia ha impedido que se descubran algunos de los pueblos más bellos de España. Así ocurre con Calasparra, que cuenta con uno de los tres arroces con denominación de origen protegida del país y con monumentos y un museo en su honor. Su entorno es un lugar privilegiado para apreciar la naturaleza. Lo más llamativo es el Santuario de la Virgen de la Esperanza, un enorme conjunto excavado en la propia roca en el siglo XVII.

Santuario de la Virgen de la Esperanza en Calasparra, Murcia

Santuario de la Virgen de la Esperanza en Calasparra, Murcia

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Cangas de Onís, Asturias

Además de ser el punto donde se inició la Reconquista con la Batalla de Covadonga, se encuentra en las faldas de los Picos de Europa y está atravesado por el río Sella, lo que eleva a su conjunto a una posición sublime. El llamado Puentón quizá sea lo más representativo, un puente que se erigió sobre un antiguo puente romano y hasta el siglo XIX sirvió como único paso que salvaba el río entre Asturias y Cantabria. Su llamativo casco antiguo está repleto de restaurantes donde degustar la popular gastronomía asturiana.

Cangas de Onís a la orilla del río Sella, en Asturias

Cangas de Onís a la orilla del río Sella, en Asturias

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Comillas, Cantabria

El que en un día fue un pueblo ballenero que basaba toda su economía en eso, de pronto se vio con un marqués. Con el tiempo y casi sin saberlo encendió las luces del primer edificio con electricidad de España, el palacio de Sobrellano. Algo más tarde se erigió la Universidad Pontificia de Comillas de donde le vino el sobrenombre de ciudad arzobispal, y después llegó Gaudí a revolucionar el panorama arquitectónico. Lo hizo con El Capricho, el mayor símbolo de Modernismo de Comillas.

El Capricho de Gaudí en Comillas, Cantabria

El Capricho de Gaudí en Comillas, Cantabria

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Deià/Deya, Mallorca

Esta eterna fuente de inspiración que bien podría pertenecer a la Antigua Grecia es Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Cultural. La tramontana llega para quedarse en esta relajante villa de origen medieval, donde el tiempo pasa más despacio y el reloj no sirve de nada. Mar y montaña se encuentran entre las casas de piedra que se camuflan entre el verdor de su vegetación natural. Ha funcionado como imán para artistas de todas partes del mundo y aún sigue siendo así.

Mirador de Son Marroig en Deià, Mallorca

Mirador de Son Marroig en Deià, Mallorca

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Etxalar, Navarra

Es uno de los pueblos más bellos de las fronteras españolas. Está enclavado en el parque natural de Bertiz, a los pies de los Pirineos. Su arquitectura es la típica de la zona, pudiendo ser tanto un pueblo navarro como uno del sur de Francia. Se ubica en la comarca de las Cinco Villas y cuenta con unas pilas funerarias con más de 5.000 años de antigüedad llamadas Estelas Discoidales que remarcan la diferencia entre los pobladores de la Navarra de la época y los del resto de la península, más allá del idioma.

La catedral de Etxalar, en Navarra

La catedral de Etxalar, en Navarra

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Frías, Burgos

Pese a que teóricamente debería ser un pueblo -tiene 300 habitantes- es la ciudad más pequeña del país desde que sus vecinos se revolucionaron para lograr unos privilegios de los que no gozaban. En 1202, el rey Alfonso VIII de Castilla le otorgó el título de ciudad y así se mantiene en la actualidad. Sus casas parecen colgar de la montaña, asomadas al precipio; mientras que en lo más alto del peñasco de La Muela se erige el impactante castillo.

El pueblo de Frías en lo alto de la montaña en Burgos

El pueblo de Frías en lo alto de la montaña en Burgos

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Frigiliana, Málaga

Andalucía es famosa por acoger los pueblos blancos más encantadores de la península. Frigiliana es un ejemplo. Ofrece unas vistas espectaculares sobre la Costa del Sol, desde su ubicación en plena Sierra Almijara. Su laberíntico entramado de calles se debe a la influencia tanto romana como musulmana, que hoy forma parte de su particular estampa. La llaman la 'villa de las tres culturas', puesto que en siglo XV conluyeron cristianos, judíos y musulmanes.

El pueblo blanco de Frigiliana, en Málaga

El pueblo blanco de Frigiliana, en Málaga

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Fornalutx, Mallorca

Este pueblo tradicional mallorquín se alza sobre la Sierra de Tramontana, en el valle de Sóller. Las plantaciones de naranjas y limoneros combinan con los tejados rojizos y las características fachadas de piedra. Hace más de mil años era una granja de propiedad árabe, pero en el siglo XIII, con la conquista catalana, el pueblo adquirió su forma actual, con el ayuntamiento y la iglesia a la cabeza. Es un lugar ideal para practicar deportes de naturaleza con vistas al mar.

Calle de Fornalutx en Mallorca, Islas Baleares

Calle de Fornalutx en Mallorca, Islas Baleares

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Elciego, Álava

El vino en la Rioja Alavesa es casi tan importante como el mar en la Costa Brava. Su bodega, Herederos de Marqués de Riscal, fue seleccionada como la segunda mejor de 2023 en el World's Best Vineyard. Además, cuenta con un hotel de lujo que tiene una apariencia innovadora que contrasta con la arquitectura tradicional de Elciego, caracterizada por los palacios y las casas de piedras blasonadas. Antiguamente y hasta el siglo XVI era parte de Laguardia, pero eso no le obstaculizó a la hora de conformarse tal y como es.

Calle de Elciego, en Álava

Calle de Elciego, en Álava

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El Castell de Guadalest, Alicante

Es uno de los pueblos más pintorescos del valle homónimo, en la Costa Blanca. Es también uno de los más visitados del país y, por ello, aunque tenga solo 200 habitantes, cuenta con 15 restaurantes, 50 tiendas y 7 museos. Está rodeado a un lado por una fortaleza y por el otro por un embalse. El castillo que da nombre al pueblo es también conocido como Castillo de San José y se ubica en lo más alto del valle, vigilante sobre una gran roca.

Paisaje del embalse de Guadalest, en Alicante

Paisaje del embalse de Guadalest, en Alicante

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Hervás, Cáceres

Conocida por tener la calle más estrecha de España, Hervás es también una joya por descubrir en el Valle de Ambroz. Cuenta con una fortificación templaria, arquitectura medieval y uno de los barrios judíos mejor conservados. Aún hay calles que exhiben la estrella de David en sus paredes y las calles conservan los nombres que se les otorgaron en tiempos sefardíes. Este 2024, además, se cumplen 55 años desde que la judería fue declarada Conjunto Histórico-Artístico.

Vistas del pueblo de Hervás, en Cáceres

Vistas del pueblo de Hervás, en Cáceres

/ Istock / Wirestock

Iznájar, Córdoba

La belleza de este pueblo cordobés ha sobrepasado las meras palabras: forma parte de la red de Pueblos Mágicos de España. Se alza sobre un cerro y contempla el embalse del mismo nombre, que tiene zonas adaptadas al baño, como la playa de Valdearenas. Rafael Alberti quedó prendado de su torre e incluso le dedicó un poema. La Torre se ubica bajo el paseo más bonito del pueblo, el Patio de Comedias. En sus orígenes fue una alcacería musulmana, después patio vecinal y ahora una plaza cubierta de flores multicolores.

Vistas del embalse desde el pueblo de Iznájar en Córdoba

Vistas del embalse desde el pueblo de Iznájar en Córdoba

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La Alberca, Salamanca

Fue el primer municipio rural en ser declarado Monumento Histórico Nacional y el que más y mejor ha conservado sus tradiciones. La Casa Sátur Juanela es ahora un museo etnográfico que muestra el pasado y presente de las viviendas típicas albercanas. La Alberca es conocido por ser el lugar donde se subasta al cerdo de San Antón, bendecido cada 13 de junio. Se lleva celebrando más de cinco siglos, ya que rememora la presencia judía que criaban al animal durante un año para donarlo a la Iglesia.

Plaza Mayor de La Alberca, en Salamanca

Plaza Mayor de La Alberca, en Salamanca

/ Wikicommons. Luis Daniel Carbia Cabeza

Mutriku/Motrico, Guipúzcoa

Es la localidad más occidental del litoral guipuzcoano, sobre la ladera del monte Arno y a los pies del Cantábrico. Su puerto es uno de los más antiguos de la provincia, que hace años basaba su éxito en la pesca de ballenas. El pescado aquí está tan presente que se celebra incluso una fiesta en honor al verdel, el Berdel Eguna. Sus vistas son únicas, a un lado se ve el mar y al otro la montaña desde los barrios de Laranga y Galdona. Por otro lado, el barrio de Astigarribia guarda la iglesia de San Andrés, la más antigua de Guipúzcoa.

Pueblo pesquero de Mutriku, en Guipúzcoa

Pueblo pesquero de Mutriku, en Guipúzcoa

/ Istock / travelview

Nájera, La Rioja

Históricamente, el Camino de Santiago no pasaba por aquí, pero a causa de la Reconquista se consiguió que pasara por sus calles. Su nombre proviene del árabe Naxara, que significa 'lugar entre peñas' y no podría definir mejor su ubicación. El monasterio de Santa María la Real es lo más reseñable, Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural; así como las cuevas que rodean al pueblo y que pueden visitarse en diferentes épocas del año.

El pueblo de Nájera en la ladera de la montaña, en La Rioja

El pueblo de Nájera en la ladera de la montaña, en La Rioja

/ Istock / mathess

Ochagavía, Navarra

La estampa de Ochagavía podría ser perfectamente ficticia. Las malas lenguas cuentan que allí, entre las calles reconstruidas tras la invasión francesa de 1794, se organizaban akelarres allá por el siglo XVI. Cada vivienda está separada entre sí por unos pequeños huecos que se llaman belena o etxekarte, el principal patrimonio artístico del lugar. Todavía hay palacios medievales -además del puente- como los de Urrutia, Donamaría e Iriarte, así como la iglesia de San Juan Evangelista, que completa la postal de pueblo medieval.

Las casas de Ochagavía en pleno valle de Salazar, en Navarra

Las casas de Ochagavía en pleno valle de Salazar, en Navarra

/ Istock / jordi magrans

Pastrana, Guadalajara

Fue el 'hogar' de la Princesa de Éboli durante su cautiverio. Su balcón daba a la plaza central que hoy recibe el nombre de Plaza de la Hora ya que solo tenía permitido salir a tomar el aire durante una hora en el día. Esa misma plaza cautivó de una manera más espiritual a Camilo José Cela en su primer viaje por la Alcarria. No es para menos, teniendo en cuenta que eso es tan solo la carta de presentación de un pueblo medieval digno de enamorar a cualquiera.

La Fuente de los Cuatro Caños en Pastrana, en Guadalajara

La Fuente de los Cuatro Caños en Pastrana, en Guadalajara

/ Wikicommons. AdriPozuelo

Patones de Arriba, Madrid

Entre Madrid y Guadalajara emerge un pueblo que durante años estuvo tan aislado que contaba con una especie de rey propio (una alcaldía hereditaria) al que llamaban 'Rey de los Patones'. El tiempo ha quedado detenido en esta pequeña aldea en lo alto de un barranco, representativa de la arquitectura negra casi más propia de un pueblo guadalajareño. Quedó casi olvidado al crearse Patones de Abajo, pero poco a poco ha ido recuperando su interés e importancia en la zona.

Casas de piedra de Patones de Arriba

Casas de piedra de Patones de Arriba

/ Istock / valilung

Peñíscola, Castellón

Bajo la atenta mirada del castillo del Papa Luna (Benedicto XIII) se encuentra un punto privilegiado del Mediterráneo. Antiguamente, el agua invadía el cordón de arena que bajaba de lo alto de Peñíscola hasta la playa, convirtiéndolo en una efímera isla flotando sobre el agua. El casco viejo se articula dentro de la fortaleza que sirvió como escenario para la grabación de algunos capítulos de Juego de Tronos. Recibe en su costa una de las playas más espectaculares de Castellón y de la costa, siempre con bandera azul.

Vistas del pueblo de Peñíscola desde la playa, en Castellón

Vistas del pueblo de Peñíscola desde la playa, en Castellón

/ Istock / MEDITERRANEAN

San Millán de la Cogolla, La Rioja

El Escorial riojano está en San Millán de la Cogolla y se llama Monasterio de Yuso, aunque no se conserva nada de su primera construcción, data del siglo XI. Allí se encontraron las primeras palabras en castellano y en euskera, inaugurada como sede del Aula de la Lengua por los Reyes en 1992. Más antiguo aún es el Monasterio de Suso, construido hacia el año 550. Sobre ambos se encuentra el pueblo, a los pies de la Sierra de la Demanda. El ermitaño que da nombre al lugar quiso encontrar un retiro espiritual donde vivir. Si visitara el pueblo riojano estaría orgulloso de que se llamara como él.

Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla, La Rioja

Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla, La Rioja

/ Istock / KarSol

Taramundi, Asturias

Este concejo asturiano que linda con Galicia es espectacularmente ancestral. Tras frondosos bosques aparece Taramundi, repleto de leyendas mágicas que se vuelven reales en este pueblo donde la historia está muy viva y el tiempo detenido. Se dice que si crees y estás atento puedes ver a los seres que allí habitan pasear por sus calles. La Casa Museo de la Cuchillería Tradicional de Taramundi alberga la navaja más grande del mundo, de siete metros de tamaño y 1.500 kilos de peso.

El pueblo rural asturiano de Taramundi

El pueblo rural asturiano de Taramundi

/ Istock / jon chica parada

Tuy/Tui, Pontevedra

Es uno de los últimos pueblos de Galicia antes de Portugal, que puede otearse desde casi cualquier punto de este pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico. Ahora está conectado con el país vecino por carretera, pero antes solo se podía acceder cruzando el puente de hierro que aún hoy sigue en pie.

Tuy visto desde el río Miño, en Pontevedra

Tuy visto desde el río Miño, en Pontevedra

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Pero el verdadero protagonista de la vida de Tui es el río Miño, frontera natural con Portugal. Entre sus calles conserva el encanto medieval heredados de siglos de historia que han desembocado en un pueblo tranquilo, alejado de los conflictos pasados.

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