Las playas exóticas de Lanzarote y La Graciosa: paraísos que debes visitar al menos una vez en la vida

Cuando disfrutas de ellas te llenas de energía. Son playas deslumbrantes en lugares privilegiados para escapar de la rutina e incluirlas en tu lista de imprescindibles.

Unas cuantas playas de Lanzarote y La Graciosa que son un auténtico sueño
Unas cuantas playas de Lanzarote y La Graciosa que son un auténtico sueño / Istock / anyaivanova

Hablar de playas exóticas es referirse a algo extraordinario: el paraíso terrenal. Su enorme belleza te hacen sentir en un lugar único e increíble que tienes que visitar al menos una vez en la vida. Algunos de esos lugares irresistibles son las idílicas playas de Lanzarote y La Graciosa.

Aunque las playas exóticas suelen asociarse con arenales de aguas turquesas con palmeras y cocoteros, como en el Caribe, las Islas Seychelles, Maldivas o Zanzíbar, entre otros sitios, el exotismo en las dos islas más orientales de Canarias se traduce en la preciosidad que otorga la sencillez de playas de arena rubia o negra y charcos y piscinas bañados por las transparentes aguas del Océano Atlántico y sin prácticamente construcciones a su alrededor.

Vista aérea de El Golfo, Lanzarote

Vista aérea de El Golfo, Lanzarote

/ Istock / rusm

Cuando disfrutas de ellas te llenas de energía. Son playas deslumbrantes en lugares privilegiados para escapar de la rutina e incluirlas en tu lista de imprescindibles. En definitiva, para no perdértelas y vivirlas sin preocupaciones. Nunca se te irán de la retina y aún te queda verano para visitarlas. Y si no, cualquier momento del año es también un buen plan para dejarte seducir por las playas exóticas de Lanzarote y La Graciosa, algunas de ellas más concurridas que otras, pero te encantará conocerlas y repetir.

Playas exóticas en Lanzarote y La Graciosa

Playas de Papagayo (Yaiza)

La costa de Papagayo, de siete kilómetros y ubicada en el Monumento Natural de Los Ajaches, tiene ocho de las playas más espectaculares de arena rubia y paradisíacas de Lanzarote, alejadas de zonas urbanas y con el Islote de Lobos y la isla de Fuerteventura en el horizonte: Playa Mujeres, Playa de Los Pozos, Playa de la Cera, Caletón de San Marcial, Playa de Papagayo, Puerto Muelas, Caleta del Congrio y Caletón del Cobre.

Playa del Papagayo, Lanzarote

Playa del Papagayo, Lanzarote

/ RossHelen / ISTOCK

La playa de Papagayo, con forma de concha y aguas transparentes es la más conocida de todas y la más fotografiada de Lanzarote. Se ubica a la izquierda de los chiringuitos situados sobre la loma. Enfrente se divisa la costa norte de la vecina isla de Fuerteventura y el islote de Lobos. 

Playa del Charco de Los Clicos (El Golfo, Yaiza)

Uno de los lugares más fotografiados de Lanzarote es la playa de El Golfo, donde se encuentra la famosa laguna de color verde esmeralda, el Charco de los Clicos, dentro de un cráter volcánico. Ese paisaje formó parte de las películas Los abrazos rotos (2009), protagonizada por Penélope Cruz y Lluís Homar, y En el corazón del mar (2013), con Chris Hemsworth, marido de Elsa Pataky.

El charco verde de Lanzarote

El charco verde de Lanzarote

/ Istock / GaiBru_Photo

El entorno es tan bello, que no extraña que Pedro Almodóvar y Ron Howard eligieran la zona para rodar.

La playa, de arena negra, separa el charco verde del mar, donde predominan las fuertas corrientes, por lo que el baño no se aconseja.

Playa Flamingo (Yaiza)

Playa Flamingo es una playa artificial, al igual que Playa Dorada, ambas en el núcleo turístico de Playa Blanca.

Su tamaño es menor que el de Playa Dorada, pero está también protegida con diques y es ideal para toda la familia. Sus aguas tranquilas y transparentes invitan a darse un baño cualquier día del año. En los alrededores hay servicios de restauración y alojamientos turísticos y residenciales.

Los Charcones del sur de Lanzarote

Las piscinas naturales más fotografiadas de Lanzarote son las bautizados como Los Charcones, situados entre Pechiguera y Janubio, en la costa suroeste de la Isla, en el municipio de Yaiza. Hasta allí se accede por una pista de tierra desde Playa Blanca o la desaladora de Janubio.

Un conjunto de charcos de diverso tamaño y profundidad ideales para pasar el día refrescándose, solo o en compañía, y esperar a ver uno de los atardeceres más increíbles de Canarias.

Caletón Blanco (Órzola, Haría)

Cerca del pueblo pesquero de Órzola hay una sucesión de acogedoras calas entre las cuales se encuentra el Caletón Blanco, el frente marítimo del imponente Volcán de La Corona.

La zona no podía tener otro nombre, por el color característico de la arena de esa playa, una piscina natural de aguas cristalinas salpicada de lava volcánica.

Playa Caletón Blanco, Lanzarote

Playa Caletón Blanco, Lanzarote

/ Istock / Laszlo Szirtesi

Algunas partes de la playa son ideales para los niños debido a la protección natural de las rocas, mientras que otras tienen mayor profundidad y son idóneas para bañarse en el refrescante mar abierto. Para disfrutar del baño en todo su esplendor se recomienda acudir con la marea casi llena. La playa dispone de una amplia zona de aparcamiento.

Caleta del Mero (Haría)

Las dunas de arena blanca visibles a ambos lados de la carretera y el agua azul turquesa del mar contrastan con los colores negros de las rocas volcánicas del volcán de La Corona, del que parte el tubo volcánico con el que se formaron La Cueva de Los Verdes y Jameos del Agua.

El entorno es paradisíaco y dispone de zona de aparcamiento. Su oleaje es apropiado para la práctica de deportes náuticos como el surf.

La Caleta del Mero está ubicada cerca de las playas de Las Cocinillas y Caletón Blanco, uno de los privilegiados paisajes del norte de Lanzarote.

Playa de Las Conchas (La Graciosa)

Ubicada en el noroeste de La Graciosa, la playa de Las Conchas es una de las más bonitas de la isla. Con vistas privilegiadas al islote de Montaña Clara y Montaña Bermeja, es de arena rubia y aguas turquesas.

Playa de Las Conchas (La Graciosa)

Playa de Las Conchas, La Graciosa

/ nito100 | Istock

Suele haber oleaje y corrientes durante casi todo el año, por lo que el baño en muchos días no es recomendable. Sin embargo, conocer ese lugar y experimentar la sensación que se siente una vez estás allí, no tiene precio.

Alrededor de seis kilómetros separan Caleta del Sebo y Las Conchas, por lo que se sugiere realizar el camino en bicicleta o en uno de los jeep safari de La Graciosa.

Playa La Francesa (La Graciosa)

Con una fina arena blanca que contrasta con el azul turquesa del mar, tiene forma de herradura orientada hacia el sur, por lo que el mar casi siempre está en calma. Desde ahí hay unas impresionantes vistas de El Río, el brazo de mar que separa La Graciosa y Lanzarote y el imponente Risco de Famara, que domina la costa noroeste de Lanzarote.

Tras caminar menos de una hora por un camino de tierra que bordea la costa, se accede a esta playa salvaje. Dividida en dos por una zona de rocas, con la marea alta la bahía se llena de agua y forma una auténtica laguna de aguas tranquilas. La playa La Francesa cuenta, además, con zona de fondeo para embarcaciones, lo que permite pasar el día en un barco propio atracado en una isla apartada del mundo.

Playa La Cocina (Montaña Amarilla, La Graciosa)

Cerca de la playa de La Francesa y a 6,2 kilómetros desde Caleta de Sebo, está la playa La Cocina, conocida también como playa de Montaña Amarilla. Esta cala es de tranquilas aguas que permiten darse un baño de forma relajada.

La playa de La Cocina está junto al antiguo volcán de Montaña Amarilla y sus colores ocres contrastan con los tonos turquesas y verdes esmeraldas del mar. Es uno de los lugares más especiales de la costa de La Graciosa. Para llegar hasta la playa de La Cocina lo mejor es hacerlo en bicicleta o en jeep safari, aunque también se puede ir a pie.

Playa Lambra (La Graciosa)

Siguiendo la ruta norte, pero en dirección al noreste, y a 7,4 kilómetros de Caleta del Sebo está Playa Lambra, cerca de Pedro Barba, el otro núcleo de La Graciosa, con una veintena de casas que son habitadas sobre todo en verano.

Playa Lambra es de aguas cristalinas y está rodeada por dunas de arena blanca y rocas volcánicas, lo que origina un bonito contraste de texturas y colores. Es un lugar salvaje y poco frecuentado, naturaleza en estado puro, por lo que es ideal para olvidarse del mundo y desconectar. Expuesta a los vientos del norte, es recomendable extremar las precauciones durante el baño debido a las corrientes.

Al igual que en el caso de las playas de La Cocina y Las Conchas, se preferible ir en bicicleta o en jeep safari.

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