No solo en Andalucía: Lanzarote también tiene sus pueblos blancos

La llaman la isla diferente y es que Lanzarote tiene un noséqué que la hace especial. Sus paisajes son de contrastes extremos, de piedra volcánica negra y casas encaladas que irradian luz en cuanto el sol hace su aparición. También hay paisajes verdes, áridas llanuras y hasta 25 volcanes en el Parque Nacional de Timanfaya.

Hoy planteamos un itinerario alternativo, ya que vamos a visitar pueblos que normalmente se quedan fuera de toda ruta pero que, por sus encantos, merecen ser paseados, vividos y disfrutados. ¿Nos acompañas en este recorrido por los pueblos blancos de Lanzarote?

Arrieta

Si quieres descubrir Lanzarote a fondo, lo mejor es alquilar un coche y recorrer algunos pueblos perdidos que esconden verdaderos tesoros. Arrancamos en Arrieta, que forma parte del municipio de Haría, muy cerca tanto del Jardín de Cactus como de la Cueva de los Verdes. Lo más recomendable de esta zona es su playa La Garita, de arena fina y casi un kilómetro de longitud. También merecen la pena la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y la famosa Casa Juanita, que llama la atención por su color azul frente al blanco del resto de casas.

La gastronomía en Arrieta también ocupa un lugar privilegiado y es que algunos de sus restaurantes se encuentran entre los mejores de toda la isla. Nunca comerás un pescado tan fresco como el que se sirve aquí. Y, si te quedas con ganas de comprar algún recuerdo de la visita, son muy típicos los artículos de cestería, fabricados con las hojas de las palmeras del valle de Haría. También destacan telas bordadas o piezas de cerámica.

Tinajo

En el municipio de Tinajo se encuentra La Santa, localidad a la que muchos han rebautizado como el Hawaii europeo. Si eres amante del surf, deberías establecer allí tu cuartel general. Y, si el deporte no es lo tuyo, su ermita bien merece una visita. Conocida como la ermita de la Virgen de los Dolores o de los Volcanes, despierta gran devoción entre los lanzaroteños, debido a su supuesto papel milagroso en las erupciones volcánicas acaecidas en 1730 y 1824.

También en Tinajo, pero en la zona de Mancha Blanca, se puede presenciar cada sábado por la mañana un pintoresco mercadillo, con productos agrícolas, pescados frescos, así como derivados de la ganadería. Y, ojo, porque la zona tiene más por ofrecer: el mirador Guiguan, situado a 324 metros de altitud, regala unas vistas impresionantes del Volcán del Cuervo.

San Ginés (Arrecife)

Nos vamos ahora hasta la capital, Arrecife, para descubrir un entrañable rincón de pescadores que no ha perdido ni un ápice de su encanto. Allí se encuentra El Charco de San Ginés, extensa laguna natural de agua salada que nació como un pequeño puerto pesquero. Pasear por las callejuelas del barrio de la Puntilla y degustar un buen pescado son actividades casi obligatorias que llenarán el alma y el estómago.

El charco está dividido en tres zonas y si te apasiona la fauna marina debes pasear hasta descubrir el esqueleto de un Rorcual Tropical de 11 metros y 8 toneladas de peso, que quedó varado en 1995 en la isla de Tenerife y actualmente está colocado en esta ubicación para sensibilizar sobre la conservación de la biodiversidad marina.

Nazaret

Nazaret se sitúa en el centro de la isla, entre Teguise y Tahiche. Este pequeño pueblo de casitas blancas, de unos mil habitantes, destaca por sus cuevas y, también, por el museo Lagomar, que se ubica en la que fuera en su día casa del actor egipcio Omar Sharif.

Las cuevas constituyen (conocidas también como cuevas de Lagomar) son un conjunto único cuya arquitectura está condicionada por el capricho de la naturaleza. Sus túneles y recovecos fueron originados en su momento por el avance de la lava en plena erupción volcánica. Un espectáculo visual que lleva el sello de César Manrique, aunque buena parte de la ejecución final corrió a cargo de Jesús Soto.

Caleta de Famara

Se dice que Caleta de Famara tiene la playa más espectacular de Lanzarote. También conocida como La Caleta, esta localidad ubicada en el municipio de Teguise pertenece al Parque Natural Chinijo y supone un gran reclamo para los amantes del surf, windsurf o kitesurf.

Lo que más sorprende cuando se llega a esta localidad es que apenas hay asfalto, ya que la mayoría de calles están cubiertas de arena y sus casas pintadas de un blanco radiante con carpintería en azul o verde. El majestuoso Risco de Famara es un punto de referencia, puesto que se alza con sus paredes verticales al lado este del pueblo. Al atardecer, cuando el sol se pone, queda iluminado en un espectáculo visual indescriptible.

Charco del Palo

Charco del Palo nace a comienzos de los años 70, cuando el empresario alemán Gregor Kaiser decidió fundar en las proximidades de los pueblos de Mala y Guatiza, un enclave especial para los amantes del naturismo. Hoy en día es una zona de apartamentos, supermercados y restaurantes en los que la filosofía naturista se hace más que evidente.

Lo más interesante de este enclave son sus tres zonas de baño. Dos de ellas son piscinas naturales que se llenan y vacían con las mareas, mientras que la última permite nadar en mar abierto o practicar buceo de superficie.

Hemos recorrido tan solo 6 pueblos blancos, pero Lanzarote tienen muchos más: Guatiza, Muñique, La Asomada, Tao, Ye, Güime o Tabayesco, entre muchos otros. Infinidad de enclaves que te demostrarán que lo de los pueblos blancos no es solo en Andalucía.