Finaliza con éxito el Reto Pelayo Vida 2023 en la Patagonia: ¡conquistan la cima del Gorra Blanca!

Las cinco supervivientes a un cáncer hacen cima en el Gorra Blanca.

Reto Pelayo Vida 2023 en la Patagonia, en directo: la motivación puede más que el vendaval.

Reto Pelayo Vida 2023 en la cumbre.
Reto Pelayo Vida 2023 en la cumbre. / RPV

Entre el monte Fitz Roy y el Cerro Torre, con un inmenso mar de hielo de por medio, destaca el blanco hiriente del Gorra Blanca, una cumbre de 2.920 metros que no sabe si es montaña, glaciar o las dos cosas a la vez. Con un poco de imaginación, recuerda efectivamente el aspecto de una gorra nevada, alzándose en el borde oriental del Campo de Hielo Patagónico, más o menos en la frontera entre Chile y Argentina. Contemplando la mayor extensión de hielo no polar de la tierra, el Gorra Blanca estuvo en disputa durante muchos años, hasta que en 1994 los tribunales fallaron en favor del gobierno de Buenos Aires.

Ascensión al Gorra Blanca por la falda del Fitz Roy.

Ascensión al Gorra Blanca por la falda del Fitz Roy.

/ Josep María Palau

Entre las integrantes del equipo del Reto Pelayo Vida de este año, no hay debate alguno. Lo que empezó siendo un equipo seleccionado durante las pruebas que tuvieron lugar en Sierra Nevada y consolidado más tarde en los Alpes, se ha convertido en una verdadera máquina de solidaridad en movimiento a medida que pasaban los días. El avance ha sido duro, pero las cinco chicas que vencieron a un cáncer están convencidas de que también van a vencer a la montaña que tienen delante. El buen humor está siempre presente, algo que ayuda a mantener la moral alta, incluso cuando el equipo se pone en marcha a las 5 de la mañana, saliendo del refugio de lata batida por el viento de Gorra Blanca. Por delante, 1.300 metros por trepar.

Ascensión al Gorra Blanca.

Ascensión al Gorra Blanca.

/ Josep María Palau

El suelo está muy helado. La nieve ha sido barrida por el viento y hay que extremar las precauciones. Tanto las chicas como los guías se mueven encordadas en grupo de dos, para poder reaccionar en caso de tropezar con alguna grieta. Una precaución que se demostrará muy efectiva cuando precisamente uno de los guías caiga dentro de una mientras tantea el terreno. Por fortuna, todo acaba en un susto sin consecuencias.

El reto toca a su fin.

El reto toca a su fin.

/ RPV

Para las expedicionarias, el mayor problema lo tienen en los pies, muy fríos antes de ponerse en marcha. Como advertíamos en una crónica anterior, las personas que han luchado contra el cáncer acostumbran a tener mayores dificultades para mantener una temperatura constante en las extremidades, y la noche en altura no ayuda en este sentido. Las cinco se muestran preocupadas por la circulación, pero siguen el consejo de tomar aspirina y, aunque los primeros pasos duelen mucho, poco a poco mejoran al moverse.

Redacción Viajar

Las diferencias de dureza del suelo obligan a realizar cambios rápidos de raquetas para nieve a crampones para el hielo, buscando la máxima adherencia. Los desniveles alcanzan los 45 grados a medida que suben y las horas pasan.

Laura habla en nombre de todas cuando nos comenta que “desde abajo parecía que la cima estaba al lado, pero no llegabas nunca. Había que moverse poco a poco y no desconcentrarse. Queríamos llegar las 5 juntas a la cumbre… ¡y lo conseguimos!”.

Sobre un campo nevado

Sobre un campo nevado.

/ RPV

Las cinco consiguen llegar a lo alto del Gorra Blanca casi al unísono. Estalla la emoción pero, aunque el reto se ha superado con mayúsculas, no es momento para distraerse: el descenso es casi más peligroso que el ascenso, ya que uno tiende a relajarse después de conquistar la meta, y aún quedan cinco horas de descenso por un terreno cada vez más frío.

Reto conseguido

Abrazo en la cima.

/ RPV

“Cada una llevaba su propósito allá arriba, gente que hemos perdido y personas que nos han acompañado hasta a la cima con su pensamiento”, prosigue Laura. “Hemos subido por nosotras, pero también por las que no están”, dice recordando a aquellas que no superaron las largas sesiones de quimioterapia. “Ha sido muy duro, pero también lo estamos disfrutando mucho. En ningún momento hemos pensado en abandonar”, remacha ante la mirada cómplice de Yolanda, a su lado, que asiente.

Reto conseguido.

Reto conseguido.

/ RPV

Anna Blanco (Valencia), Yolanda Cerezo (Madrid), Kica Echanove (Toledo), Sonia Saiz (Santander) y Laura Villa (Teruel) han completado así la novena edición del Reto Pelayo Vida 2023, vivido con intensidad en la Patagonia argentina. Esta ha sido la primera expedición en la placa de hielo continental llevada a cabo por un equipo formado única y exclusivamente por mujeres supervivientes al cáncer, y VIAJAR ha podido ser testigo de excepción de su hazaña. ¡Bravo, campeonas!

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