Reto Pelayo Vida 2023 en la Patagonia, en directo: llegada al Refugio de Piedra Fraile

A la entrada de El Chaltén, pero un tanto escondida entre edificios en construcción y camiones aparcados en las afueras, se encuentra la Capilla de los Escaladores, un regalo del escalador austríaco Edward Müller a la pequeña población patagónica. Müller era amigo de Toni Egger, el alpinista ítalo-austríaco que supuestamente fue el primero en conquistar el Cerro Torre que, junto con el Fitz Roy, componen el dúo de montañas más espectaculares y deseadas de la región. Egger murió en una avalancha en el año 1959 después de llegar a la cumbre, según su compañero Cesari Maestri, que se salvó. Como no había fotos ni pruebas de que hubieran alcanzado el cénit antes del accidente, el hito ha sido discutido durante muchos años.

Esta es solo una muestra de las historias, debates y contradicciones de este lugar de la provincia de Santa Cruz que se fundó en el año 1985 y que con una población de 3.000 personas recibió el año pasado nada menos que un millón de turistas.

Para Diego de Angelis, responsable del equipo de guías locales que acompaña a la expedición Reto Pelayo Vida de este año, equilibrar el tremendo atractivo de la zona con la escasez de terreno disponible para construir debido a la proximidad de tanta belleza natural, es asunto de difícil solución. Sin embargo, a Diego no parecen asustarle las situaciones complicadas. Por ejemplo, colaboró con el famoso fotógrafo Sebastião Salgado mientras preparaba su obra Génesis. “Era medio complicado trabajar con él”, afirma. “Se despertaba a las tres de la mañana porque había soñado que la luz estaría perfecta y quería que saliéramos al momento.”

Ahora, su cometido es facilitar las cosas a las cinco mujeres que, después de enfrentarse al cáncer, han aceptado el desafío de explorar el Campo del Hielo Sur y llegar a la cumbre del cerro Gorra Blanca en la actual edición del Reto Pelayo Vida. Puede parecer excesivo para quién ha sufrido una enfermedad de semejante calibre, en algunos casos hace muy poco tiempo, como sucede con la turolense Laura Villa, que pasó por su última intervención en febrero de este año. En sus propias palabras: “Pasé del sofá y la cama a la Patagonia”. Y es que lo importante en este caso no es la fuerza física. Rocío Monteoliva, guía de alta montaña y directora técnica del Reto, cree que la clave está en entender que no se trata de una competición. El objetivo es llegar, y para eso no hay que elegir a las mujeres más fuertes, si no a las que mejor se adaptan al trabajo de equipo y se complementan con sus competencias. Obviamente, todas han seguido el programa de entrenamiento que les ha marcado Rocío, adaptado a las características de cada una.

Para Rocío, la incógnita más grande de la aventura se encuentra en el momento en que accedan al hielo continental, ya que el viento allí siempre sopla desde el oeste y lo van a encontrar de cara. Y añade: “A partir de 80 km/h la nieve no precipita, sino que vuelve al estado gaseoso, creando una capa dura en superficie que no da seguridad para avanzar”.

Por el momento, el arranque de la expedición ha empezado con una etapa fácil de poco desnivel, por un valle abierto y excelentes vistas del glaciar Cagliero y el pico Neumeyer, para entrar luego en un típico bosque patagónico de arbustos de ñirre y de lengas más tarde, árboles que también son conocidos como falsas hayas. La sensación es la de caminar por un ambiente de cuento de hadas, entre riachuelos y musgos que van cubriendo los troncos abatidos por el viento. Unos kilómetros más adelante aparece a la derecha del camino la imponente mole del Treinta aniversario, un macizo que fue bautizado en honor de los primeros que lo conquistaron, el Club Alpino Bariloche, que celebraba en aquel momento el 30 aniversario de su fundación.

El atardecer ha alcanzado a las aventureras en el refugio de Piedra Fraile, que recuerda al sacerdote y geógrafo Alberto María de Agostini, quién exploró la región el siglo pasado, siempre vestido con su sotana. Desde un mirador adyacente hay unas vistas extraordinarias del cerro Eléctrico y el Monte Fitz Roy, con su corona de nubes habitual y por la cual los habitantes originarios de la Patagonia lo conocían como “la montaña que humea” o “chaltén”.

Una visión muy inspiradora para Anna Blanco (Valencia), Yolanda Cerezo (Madrid), Kika Echanove (Toledo), Sonia Saiz (Santander) y Laura Villa (Teruel), las cinco campeonas del Reto Pelayo Vida 2023, y del cual la revista VIAJAR seguirá informando sobre el terreno, acompañándolas en su progreso.