El castillo de Kilchurn, la panorámica más icónica de Escocia

1450. Sir Colin Campbell, primer Lord de Glenorchy, decidió erigir a orillas del lago Awe un castillo que demostrara la hegemonía e importancia de la casa de los Campbell de Glenorchy. Y, ahí sigue, 574 años después, aunque ahora presenta un estado ruinoso que no solo no le ha quitado un ápice de su belleza, sino que lo ha convertido en una de las estampas más icónicas de Escocia.

Volvemos a dar un salto en el tiempo, ya que fue en 1450 cuando Campbell mandó construir una torre de cinco plantas con un patio defendido por un muro exterior. Y medio siglo más tarde se añadió un ala y un salón en el lado sur del castillo.

El perfil de Escocia: Kilchurn

Como en un juego de mesa de estrategia, se fueron levantando más edificios en los siglos XVI y XVII que hacían de Kilchurn un enclave único, ya que el castillo era lo único que había en la pequeña isla en la que se situaba. Ahora bien, con el paso de los años, la isla se acabó conectando con tierra firme debido a la alteración que sufrió el terreno en 1870 cuando varió el nivel de las aguas.

Por el castillo de Kilchurn han pasado diversos clanes, desde los Campbell hasta los MacGregor de Glenstrae. Con sus traiciones e intrigas palaciegas, también fue cuartel en el siglo XVII y usado como guarnición del Gobierno durante los alzamientos Jacobitas de 1715 y 1745.

Años más tarde, una tormenta que hacía presagiar el fin del mundo acabó dañando al castillo con tal virulencia que quedó prácticamente en ruinas. Por entonces, ya no era residencia oficial, ya que los Campbell se habían trasladado al castillo de Taymouth, en Perthshire.

Actualmente las ruinas del castillo están a cargo de Historic Scotland y pueden visitarse en verano. Para llegar, se puede acceder desde la carretera A85 en Dalmally o en barco desde el muelle de Lochawe.

Kilchurn es espectáculo único que cambia según las horas del día, así como las estaciones del año. Con la bruma sobre el lago, el ambiente fantasmagórico se siente en el ambiente, mientras que, en días soleados, con la verde yedra trepando por los muros, ofrece una imagen mucho más amigable y serena.

Si te estás planteando una escapada a Escocia, emprender una ruta en coche para descubrir sus castillos es un auténtico planazo. Desde Kilchurn, que precisamente por su estado ruinoso, constituye una de las postales más icónicas del país, hasta otros como Eilean Donan o Dunnottar. Y, por supuesto, no puede faltar tampoco una visita al castillo de Edimburgo.