El árbol de Navidad del Rockefeller Center ya está en Nueva York: esta es su historia

La Navidad de Nueva York es icónica y cinematográfica: pasear por sus calles decoradas y, con suerte, a veces nevadas es algo que hemos hecho cientos de veces desde la pantalla del cine y la televisión y prácticamente podemos vernos bajo el gran árbol del Rockefeller Center, un símbolo que, por fin, ha vuelto a la ciudad. Este árbol, que no es siempre el mismo, lleva años acompañando a los neoyorkinos y visitantes en su Navidad y es tan imprescindible que su encendido es ya una fiesta seguida desde muchísimos rincones del mundo... Pero ¿cuál es la historia tras este gran árbol? ¿Cuándo comenzó la tradición? Repasamos todo esto y algunas curiosidades más sobre un icono (inanimado) pop.

¿De dónde viene la tradición del árbol de Navidad del Rockefeller Center?

Como ocurre en muchas de sus tradiciones y costumbres, los neoyorkinos deben la tradición de colocar un árbol a los pies del Rockefeller Center a su comunidad italoamericana y, en concreto, a los trabajadores de la construcción. Estos, encargados de levantar lo que años después sería el imponente complejo de 19 edificios (que actualmente albergan, entre otros, los estudios de la NBC o el Radio City Music Hall), en la Nochebuena de 1931 decoraron un árbol con guirnaldas de papel, tiras con bayas y hasta latas vacías. Llamaba la atención con sus más de 6 metros de alto, aunque como veremos más adelante el actual sobrepasa esa medida con creces.

Dos años más tarde, y aún sin terminar la gran obra, se erigió el primer árbol oficial del Rockefeller Center que se adquiría con el dinero de los trabajadores, quienes además se encargaban de decorarlo. En 1936 llegaría su también famosa pista de patinaje a los pies de este icono y ambas tradiciones se mantienen hasta el día de hoy.

¿De dónde sale cada año el árbol del Rockefeller Center?

Su historia es, también curiosa. Todo está impregnado de magia si hablamos del árbol del Rockefeller Center, casi merecería su propio documental (ahí dejamos la idea); se trata de una donación, y en 2022 se ha encargado la familia Lebowitz, cuyo representante, el abogado Neil Lebowitz, ha señalado que para él se trataba "solo de un árbol bonito. Ahora es un árbol especial. Todo el mundo alrededor del mundo puede disfrutarlo."

Se elige siempre un árbol en sus últimos años de vida y, en su lugar, siempre suele plantarse uno a cambio, algo que también es tradición. Erik Pauzé, Jefe de Jardineros del Rockefeller Center, se encarga cada año de buscar el árbol perfecto por todo el estado de Nueva York, Connecticut e incluso Ontario, en Canadá. A veces incluso reciben ofrecimientos de árboles, tal es el honor, a través de la web del complejo.

Su traslado tiene también un procedimiento especial y a veces el árbol incluso va adornado durante el trayecto para que todo el que se cruce con él sepa que está ante EL ICONO de la Navidad (sí, con mayúsculas).

Curiosidades del árbol de Navidad del Rockefeller Center

Si la mera existencia de esta tradición no pareciese suficiente, además de unos inicios tan humildes y de unión entre personas, el árbol ha acumulado una gran variedad de curiosidades en torno a sus ramas. Por ejemplo: la aparición de una hembra de búho entre las ramas del árbol en 2020. El ave, bautizada como Rocky (por Rockefeller) estaba deshidratada, hambrienta y asustada, y tras pasar por un centro de observación en el que pusieron su salud a punto, fue liberada.

Quien tiene una segunda vida también es el árbol que, una vez retirado al pasar el 6 de enero, tiene un fin benéfico: de él se extrae madera que se dona a Habitat for Humanity, una ONG que construye casas para personas desfavorecidas en todo el mundo.

¿Quién no desearía pasar y posar frente a este árbol con tan bonitas historias asociadas a él? Muchas, desde luego, lo hacen, pues en 2019 (último año prepandémico), se estimó que al menos medio millón de personas pasaban por delante cada día durante todo el periodo en el que estaba expuesto.

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¿Y cómo es en 2022 el árbol del Rockefeller Center?

El árbol de 2022 es, como cada año, impresionante. Su ceremonia de encendido tendrá lugar el 30 de noviembre, por supuesto, con sus más de 50.000 luces LED y la gran estrella de más de 3000 cristales de Swarovski en su punta.

Tiene 90 años (uno más que la tradición, en realidad), mide 25 metros de alto y viene de Queensbury, Nueva York. Ya está instalado, pero no decorado, en la ciudad que, como cada año lo espera con los brazos abiertos.