Si oyes llantos en la Sierra de Francia, es una princesa que pide ser liberada de su encantamiento
La explicación de los sonidos extraños del bosque de Mogarraz se encuentra en una leyenda sobre amor y magia.
El nombre es engañoso: la Sierra de Francia no se encuentra en el país de los croissants y de Mbappé, se encuentra en uno de los tesoros naturales de Iberia. La Sierra de Francia es una comarca sureña de la Província de Salamanca, que esconde secretos y leyendas entre sus montañas.
Aunque la comarca destaca por la falta de población y sus amplias zonas de naturaleza aún no arruinadas por la raza humana, la Sierra de Francia es la comarca más visitada de la provincia. Salamanca es conocida por su histórica universidad, su arquitectura, y sobre todo su gastronomía, pero fuera de la ciudad se pueden encontrar lugares que parecen sacados de un cuento de hadas. En ocasiones, estos cuentos son leyendas que pertenecen a la mitología local, que convierten un espectáculo de naturaleza en pura magia.
Mogarraz: un pequeño pueblo, un gran tesoro
Gracias al aislamiento natural, Mogarraz conserva su arquitectura medieval en perfecto estado. El encanto del pequeño pueblo de 275 habitantes es innegable, ya que el cariño que han mostrado los ciudadanos hacia las construcciones de la localidad, lo han convertido en un encantador paradero, no solo histórico, sino que también artístico.
La leyenda del bosque de Mogarraz
En Mogarraz se encuentra un bello bosque con una historia oculta. Si visitas la joya natural, puede que escuches un llanto femenino: el llanto de la princesa Aixa, que quedó atrapada entre la naturaleza, y pide ser rescatada.
Aixa era una princesa de origen bereber, hija del jefe árabe Muhamad. El padre consideraba tener un gran amigo y consejero en un guerrero llamado Alí. Sin embargo, al final de la leyenda, Alí demostró no ser un amigo: fue un traidor que llevó a la princesa Aixa a una desgracia que la privaría de su libertad para siempre.
La bella princesa se enamoró con todo su corazón de un soldado, con el que quería pasar toda su vida. Nadie sabía que Alí estaba perdidamente enamorado de Aixa, pero él planeó una serie de engaños y artimañas para conseguir casarse con la joven. Muhamad aceptó el matrimonio, aun así, el plan se le fue de las manos a Alí: estaba cegado de amor y acabó con la vida de Muhammad y su esposa.
Un fatídico final
La princesa Aixa, desesperada tras los hechos llevados a cabo por su futuro esposo, huyó hacia el bosque, donde le pidió a un hechicero una solución para no casarse con el asesino de su padre. El hechicero del bosque la convirtió en árbol para evitar la unión sagrada entre la princesa y Alí.
Siglos más tarde, no muy lejos de nuestros días, un arriero conocido como “El Mañas”, había oído que recitando las palabras “buenas noches” al árbol donde residía el alma de Aixa, la podría liberar. Sin embargo, cuando los sonidos salieron de su boca, Aixa empezó a transformarse, y del árbol surgieron unas luces blancas cegadoras que aterrorizaron al acemilero. “El Mañas” salió corriendo, y el desencanto quedó a medias. La princesa no pudo liberarse de su encantamiento, y a causa del atisbo de esperanza, Aixa llora por las noches. Algunos visitantes del bosque afirman haber oído el llanto de la princesa.