Cafés de Tánger, por Luis Pancorbo
En el viejo café Le Détroit cantaron los Rolling Stones y tomaron algo desde Rita Hayworth a Truman Capote.
Una buena manera de pasar el tiempo es viendo el río de la vida en la terraza de un café, las variaciones de las nubes y las palabras en el aire. El escritor y viajero Paul Bowles hablaba de "las nubes de kif" de los cafés de la ciudad marroquí de Tánger, donde ese tipo de local llega a tener verdadera categoría de performance, de arte de lo efímero, de una literatura escrita con tinta de aire más sofisticada que la propia tinta digital.
Dicen que el Café Central, en el Zoco Chico, esa especie de oasis con el que uno se topa callejeando desde la plaza del Nueve de Abril, o viniendo por la derecha, desde la Mezquita Grande, no es lo mismo que cuando iba Bowles en los años 50. Sólo faltaría. También ha cambiado el cielo protector y las cabezas verdes y las manos azules que tenían los jumblies, aunque esto mucho menos. A Paul Bowles le gustaban mucho los jumblies de Lear, los seres más absurdos, capaces de navegar en un colador, pero también las cosas concretas de Marruecos, incluso vivir hasta su muerte en 1999 en el último piso del edificio Itesa, en el barrio americano de Tánger.
Desde luego, no todos los cafés resultan alegres y cantantes. En el Ville de París los jóvenes se pasan las horas muertas ante un vaso que está medio vacío. No se suele solicitar una segunda consumición, ni trabajo. Da auténtica pena ver cómo se está marchitando la juventud marroquí más intensamente que cuando Mohamed Choukri amasaba su pan desnudo: "Me pregunto por qué el destino es tan cruel para los buenos, y tan dulce para los malos. ¿Qué ha hecho de malo Gertrude para merecer una suerte parecida?". Pues vivir, amigo Choukri, ¿le parece poco?
Y si uno merodea por la casba seguramente acaban llevándolo al Hafa, a ver el mar desde lo alto de Tánger, y a conocer desde dentro el genuino sabor de la baysara, una deliciosa sopa de habas con un chorro de aceite de oliva, comino y pimentón. Eso es lo básico, aunque siempre hay otras cosas que hacer en una ciudad tildada por Paul Bowles de dream city, y que todavía se resiste a no serlo.
Le Détroit es otro café ilustre con la marca de Bowles, Burroughs y más nombres de la beat generation. Lo acaba de restaurar un joven vizcaíno, Francisco de Arratia, que tras trabajar mucho por el mundo árabe con temas de locomoción (su maestro y paisano fue Superlópez) ha tenido el dinero y la energía necesaria para hacerse con las riendas de un local que se encuentra enclavado en el viejo palacio, el Dar el Makhzen, en la parte más alta de la alcazaba.
La vista desde la terraza es de 360 grados, y no existe otra superior en Tánger. Por la tarde, las golondrinas hacen sus fouetté en el aire y con suerte se ve la línea de España, esa tierra azul al otro lado, el fin del principio, o al revés. En el viejo café Le Détroit cantaron los Rolling Stones, y tomaron algo desde la actriz Rita Hayworth a Truman Capote. Su primer propietario fue el poeta Brion Gysin, quien, tras llamarlo Las Mil y Una Noches, acertó en 1965 poniéndole Le Détroit. Es lo suyo, El Estrecho, con el mar a un lado y por otro los jardines del sultán Muley Ismail y su aromático olor a mandarinas.
No es extraño que en 1969 en ese mismo café naciera Las flautas de Pan en Jajouka, la música tribal de los Ahl Sherif con el tratamiento de Gysin, rescatando tiempos y sones de cuando la ciudad del sueño, o sea Tánger, no sólo fue mora o cristiana sino también romana o cartaginesa, tal vez una tierra de promisión de los sentidos, donde decir aquello de "Et in Arcadia ego".
Síguele la pista
La regla de las 7 horas en la playa: los británicos opinan que podría arruinar sus vacaciones
<h2>Los viajeros británicos que veranean en ciudades como Benidorm deben cumplir con las ordenanzas municipales como el resto de la población. </h2>
El parque Disney de la música electrónica se encuentra en esta localidad belga: Boom
<h2>Tomorrowland uno de los eventos musicales más importantes del año, y llega a Madrid en otoño con una exposición inmersiva</h2>
Para amantes de la fotografía: capta recuerdos únicos en los festivales de verano con esta cámara analógica desechable
<h2>Guarda en tu memoria recuerdos únicos y vintage con esta cámara de fotos.</h2>
Un periódico británico se enamora de esta costa de España: "es tan salvaje como su vida nocturna"
<h2>En un rincón de la península, en el noroeste: Galicia.</h2>
Si estás cobrando el paro y vas a viajar cuidado: el SEPE tiene algo que decir al respecto
<h2>Si vas a realizar un viaje tendrás que comunicárselo al SEPE para que valore tu situación, si no podrías dejar de cobrar esta ayuda.</h2>
Las mejores mochilas para viajar: lo que debes saber antes de comprarte una
<h2>Llevar el equipaje de forma cómoda y sin gastos extra puede contribuir a mejorar tus viajes.</h2>
Lo último
Aguas turquesas en medio de la naturaleza: la ruta que te llevará a una poza de ensueño en la frontera con Portugal
<h2>Se encuentra en un itinerario no oficial de seis kilómetros que nos llevará alrededor de hora y media recorrer.</h2>
Hoteles con patio en Córdoba: dormir entre flores
<h2>Los patios cordobeses son Patrimonio Cultural de la Humanidad, motivo de fiesta y sana competencia vecinal y poderoso imán de turistas. El que sabe, pasa de modernos hoteles holísticos y elige uno con patio. </h2>
El pueblo de Las Palmas que parece sacado de una película Disney
<h2>La magia de las islas más meridionales del país.</h2>
Siguiendo el itinerario del sabor: todo lo que puedes comer en los Pueblos Mágicos de España
<h2>A través de estas dos deliciosas rutas visitarás 20 municipios cargados de magia en los que, sin lugar a dudas, se te hará la boca agua.</h2>