El mayor cementerio de western del mundo está en Burgos y ha llamado la atención de 'The Guardian': "Es un sitio único"
El camposanto de la película 'El bueno, el feo y el malo' recibe al año 50.000 visitantes tras ser restaurado por un colectivo de vecinos tras décadas de abandono.
Para llegar al cementerio de Sad Hill desde Santo Domingo de Silos (Burgos), uno se tiene que guiar por el instinto, como en las películas del Lejano Oeste, o preguntar a algún habitante de la comarca. "Siga recto, y tire a la izquierda por el camino de tierra; vaya despacio que hay mucho bache", suelta un paisano en la salida del pueblo. El coche va sorteando con tiento los baches de una pista forestal que tira monte arriba camino de Contreras. El camino está escoltado a ambos lados por cientos de las sabinas calcinadas en el fatídico incendio de 2022. Lucen un color grisáceo casi negro, lo que da cierto toque lúgubre al paraje, casi fantasmal.
Por eso cuando uno enfila la bajada al valle de Mirandilla, presidido por la imponente Peña Carazo, que muestra desnuda sus diferentes estratos y observa a lo lejos los círculos concéntricos de uno de los camposantos más famosos de Hollywood es fácil trasladarse directamente a la película que Sergio Leone rodó en 1966 aquí, uno de los western más aclamados de la historia, 'El bueno, el feo y el malo'.
La icónica imagen de Clint Eastwood en el cementerio
"Este sitio es algo único", explica Sergio García, miembro fundador de la Asociación Cultural Sad Hill, que hace más de una década, cuando se acercaba el 50 aniversario de la película, decidió junto a los otros compañeros del colectivo rescatar el lugar, que había sido abandonado durante décadas. "Una de las imágenes más icónicas del western es la de Clint Eastwood en el cementerio y siempre se ha pensado que era de una película rodada en Almería, pero no, se rodó aquí. Queríamos poner en valor eso".
No fue un trabajo sencillo. "De las 5.000 tumbas que había no se dejó ninguna; era buena madera para hacer lumbre, y este empedrado de la parte central tenía como un palmo de tierra encima y se habían llevado muchas piedras. El espacio era irreconocible", recuerda García sobre la plazoleta central empedrada de unos 30 metros de diámetro donde tiene lugar en el filme el duelo entre los tres protagonistas (Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef) y con el que el director italiano quería emular los coliseos romanos.
Cementerio de Sad Hill
Para llevar a cabo el proyecto, la asociación preparó un extenso dosier, de 100 páginas, porque había que argumentar bien ante la Junta de Castilla y León cómo y por qué este lugar podría convertirse en un hito del llamado turismo de pantalla, una modalidad de turismo cultural en el que lugares donde se han grabado películas o series emblemáticas se convierten en polos de atracción turística.
Apadrinar tumbas
"La ermita de San Juan de Gaztelugatxe, por ejemplo, vivió un antes y un después de salir en Juego de Tronos [pasó de recibir 100.000 visitantes a 700.000 tras aparecer en la mítica serie de HBO]", razona García mientras damos un paseo por las tumbas, que en su día fueron apadrinadas por ciudadanos de todo el mundo pagando 15 euros [El grupo Metallica, que en sus conciertos comienza siempre con una canción que aparece en el largometraje de Leone, tiene una].
Después de rodar en los desiertos de Almería ‘Por un puñado de dólares’ y ‘La muerte tenía un precio’, Leone se desplazó al Valle de Arlanza de Burgos para grabar ‘El bueno, el feo y el malo’, un lugar donde iba a recrear Nuevo México tras aconsejárselo el director de producción español José Antonio Pérez Giner. El set se construyó según los diseños del escenógrafo Carlo Simi en apenas tres días por 250 soldados del ejército español, pero la recuperación del espacio fue un trabajo que duró casi dos años, y en la que el colectivo fue ayudado por las cuadrillas de montes, que desbrozaron los pasillos entre tumbas por donde la maleza se había abierto paso.
Pese a ser un martes otoñal a mediodía, cada poco llega un coche con turistas procedentes de diferentes lugares de España. "Es curioso lo bien conservado que está. Lo que más me sorprende es que las dos veces que he venido siempre hay gente", admite Joaquín, natural de Castellón y que está haciendo turismo con su hijo por Castilla. Lo cierto es sorprende ver este flujo de visitantes ya que el paraje está en un lugar inhóspito, encajonado entre montañas, y para llegar hasta él apenas hay señales con indicaciones. La pista es de arena excepto dos pequeños tramos hormigonados.
De acuerdo a la asociación, alrededor de 50.000 personas visitan cada año el cementerio, al que recientemente se ha añadido otro hito de la película de Leone a apenas cinco kilómetros: la reconstrucción del mítico campo de concentración de Betterville, cuya recreación ha corrido a cargo de la dirección del Parque Natural Sabinares de Arlanza-La Yecla, que consiguió que la Junta de Castilla y León financiase los trabajos con una licitación pública. La empresa que realizó la obra, Eurofor, trabajó con la asesoría de la asociación.
La Junta está construyendo dos parking ante el éxito
"Tuvimos un pico de visitantes cuando apareció el documental en 2018 de cómo se hizo la película [titulado 'Desenterrando Sad Hill]", recuerda García, que comenta que hay días de verano que se pueden juntar hasta 50 coches a la vez en el aparcamiento principal. De ahí que operarios contratados por la Junta estén estas semanas realizando obras para levantar dos parkings, uno en el mirador y otro abajo.
Extrañamente, el país del que vienen más visitantes es Francia. Ni de EEUU, cuna del western, ni de Italia, el país del que era Leone. "Es curioso ver como entre los visitantes se escucha mucho francés; son muy respetuosos con la obra de Leone y Clint Eastwood", afirma Sergio, que apunta hay algo de miedo a "morir de éxito", algo que afortunadamente no ocurre por ahora, ya que el paraje está en pleno parque natural Sabinares Arlanza-La Yecla.
En 2026 se celebrará el 60 aniversario de la película y el portavoz del colectivo asegura que "habrá que hacer algo gordo", aunque la comarca ya se ha convertido por derecho propio en una ruta de cine, lo que ayuda a fijar población en una zona de la España vacía cada vez más deshabitada. "Carazo, por ejemplo, que está aquí al lado, no tiene habitantes menores de 50 años. ¿Cuál será su futuro? Si se montaran negocios de casas rurales bueno sería", precisa Sergio, que informa que todavía viven vecinos de la zona que participaron en el rodaje. "Hay un figurante que salía tocando la armónica que vive en un pueblo muy cerca”.
Una cerveza del cementerio de Sad Hill
En Santo Domingo de Silos, donde está el monasterio benedictino cuyos monjes alcanzaron fama mundial con el canto gregoriano en los 90, también hay guiños al cercano cementerio. Varias siluetas de Clint Eastwood están desperdigadas por el pueblo para anunciar la cerveza de Sad Hill, que hace un productor de Arande de Duero. "La verdad es que desde que está el cementerio ha habido un antes y un después. Se venden cosillas", cuenta Vicente, dueño de una de las tiendas del pueblo donde se pueden comprar desde camisetas con referencias a la película como vasos, cervezas o incluso un vino especial que se elabora en Lerma.
"El 90% de la gente que viene a ver a los monjes [dan la misa cantada en latín seis veces al día] acaba yendo al cementerio", apunta el comerciante. "Hay un flujo constante de coches hacia el cementerio", confirma Juan Carlos, que lleva junto a su madre un hotel, un hostal y varios alojamientos turísticos en la localidad que en total tienen cabida para 235 personas. Algunos días de agosto han estado llenos. "Alrededor del 10% de los que vienen a ver el cementerio se quedan luego a dormir aquí y a desayunar. Es una cosa que están promocionando y que cada vez va a más. Y la cárcel, que la han abierto hace poco, todavía no se conoce. Cuando se conozca...", pronostica sobre una iniciativa turística paradójica, ya que, pese a ser un cementerio, al pueblo Sad Hill le ha dado da la vida.
Toda la ruta del 'Bueno, el feo y el malo', que incluye la prisión de Beterville y el monasterio de San Pedro de Arlanza, que fue el escenario elegido para albergar la Misión de San Antonio, han llamado la atención del prestigioso diario británico 'The Guardian', que le dedicó hace un mes un extenso reportaje. "Sad Hill se ha situado con fuerza en el mapa turístico, pero se mantiene fuera del circuito comercial. Es algo creado por fans para fans... Su éxito es una buena noticia para una zona de la España vaciada acechada por la despoblación".