Un viaje en el Expreso de la Robla, el tren más lujoso de Renfe

Es un servicio algo desconocido pero vale la pena. El expreso de la Robla es uno de los trenes más lujosos de RENFE, y la experiencia que ofrece no tiene nada que ver con sus habituales cercanias o AVE. Este tren se contruyó en 2009 como un tren-escuela para impartir cursos de intermodalidad portuaria, un origen peculiar cuanto menos. Cuando estos cursos no estaban en marcha, en paralelo, se realizaban viajes turísticos para aprovechar las instalaciones y no tenerlo parado.

Cuando todos los cursos terminaron, el tren se reconvirtió por completo en un tren turístico que realiza viajes con frecuencia por todo el norte de España. El expreso de la Robla está considerado un tren juvenil con todo el confort de los mejores trenes europeos y las comodidades y avances tecnológicos del siglo XXI. Un tren la mar de lujoso que también te mostrará los parejes más espectaculares de Castilla y León.

Cada compartimento del expreso de la Robla está equipado con dos literas, un armario ropero, cuarto de baño con ducha de hidromasaje, lavabo, inodoro y secador de pelo, luz de lectura, climatización, hilo musical, megafonía y telefonía. Todo el tren está conectado, por lo que te puedes desplazar entre todos los vagones sin ningún tipo de impedimento. En total, hay 28 compartimentos disponibles.

El tren expreso de la Robla también cuenta con amplias zonas comunes, concentradas en tres coches salón con servicio de bar permanente, acondicionados con amplios ventanales para disfrutar del paisaje a medida que el tren se va desplazando. Los viajeros también tendrán a su disposición prensa diaria, revistas, biblioteca, videoteca y televisión. Además, todos los salones están climatizados y disponen de conexión a internet gratuita para el uso y disfrute de sus clientes.

Así es el viaje a bordo del expreso de la Robla

Su itinerario habitual dura 3 días y parte de la ciudad de Bilbao para terminar en León. El primer día, el tren sale de Bilbao hacia Espinosa de los Monteros a las tres de la tarde. Una vez llegados al primer destino, un autocar acerca a los visitantes a la Ciudad de Frías y las cascadas de Tobera, para después trasladarlos de vuelta al tren, donde pasarán la primera noche.

El segundo día empieza con un desayuno a bordo mientras se desplaza por el Románico Palentino, Carrión de los Condes, Saldaña, Frómista y el Canal de Castilla. Tras la comida, por la tarde se visitará la Villa Romana de la Olmeda y al ocaso todos deberán volver al tren para pasar la noche en Cistierna.

El tercer y último día se producirá con un desayuno hasta la llegada a San Feliz. Desde este municipio, los viajeros visitarán la ciuad de León, tanto su casco histórico como su catedral y San Isidro. A mediodía se llevará a cabo la última comida, en torno a las 14:00 horas, momento en que los viajeros terminarán su experiencia junto al Hotel Colegiata de San Isidro. También existe de realizar el viaje a la inversa, de León a Bilbao, con la única diferencia de que en este caso, la experiencia concluye con una visita al Museo Guggenheim.