Todo lo que hemos perdido en Canadá por los incendios

Ya hay una superficie calcinada equivalente al tamaño de toda Cataluña. Es el momento de poner en valor, y recordar, todo aquello que desgraciadamente se ha perdido en Canadá.

Incendios Canadá - Oso negro en bosque canadiense
Incendios Canadá - Oso negro en bosque canadiense / Istock

Aún no ha empezado la peor época de cara a los incendios forestales y Canadá vive una tragedia sin precedentes con más de 400 incendios activos, de los cuales más de un centenar están fuera de control. Más allá de las cifras, que son apabullantes, estamos perdiendo un patrimonio natural que quizá nunca lleguemos a recuperar. 

Este año Canadá ha vivido un invierno en el que las nevadas que teñían sus bosques de un manto blanco han sido más bien escasas. A eso se suma una primavera cálida y seca que ha convertido los bosques todo el país en caldo de cultivo para unas llamas que ya han hecho acto de presencia.

Incendios en Canadá - Puesta de sol de Burnaby (Columbia Británica)

Ojalá el único naranja que veamos sea el de los atardeceres y no el de las llamas.

/ jamesvancouver / Istock

Con los bosques canadienses ardiendo en llamas, perdemos mucho más que árboles y vegetación. Se desvanece un tesoro de incalculable valor que brinda innumerables beneficios a nuestro planeta y a nosotros mismos.

En cada rincón de los bosques de la Columbia Británica que a día de hoy siguen ardiendo, existía una sinfonía de vida. Desde las imponentes secuoyas hasta los tímidos helechos, desde los enormes osos hasta los diminutos insectos. Todos formando parte de un equilibrio perfecto. Y es que cada especie desempeña un papel crucial en el funcionamiento de nuestro ecosistema.

Incendios en Canadá - Parque nacional Banff, cerca de Alberta

El Parque Nacional de Banff no volverá a ser el mismo tras los incendios registrados.

/ Pgiam / ISTOCK

Cuando las llamas devoran bosques como el de Cathedral Grove o Strathcona Provincial Park perdemos un santuario de biodiversidad. Esos árboles calcinados eran hogar para aves migratorias, proporcionando refugio y alimento en sus viajes. Los ríos y arroyos que fluyen a través del bosque brindaban un hábitat vital para los peces y otros organismos acuáticos. Los mamíferos encontraban refugio y alimento en la densa vegetación, mientras que los insectos polinizadores trabajaban arduamente para perpetuar la vida de las plantas.

Pero no solo la fauna y flora sufren las consecuencias devastadoras. Los bosques son guardianes de nuestro clima y nuestros pulmones verdes. Absorben dióxido de carbono, uno de los principales responsables del cambio climático, y liberan oxígeno puro al aire. Al perder grandes extensiones de bosque, se incrementa la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, agravando el problema del calentamiento global y el cambio climático.

Incendios en canada Lynn Canyon Park

Las llamas han arrasado Lynn Canyon Park.


/ Emily Norton / Istock

Solo en Columbia Británica, un incendio en la región de Donnie Creek se ha convertido en el segundo en la historia de la provincia y ya ha devorado más de 4500 kilómetros cuadrados de bosque. Y así en todo el país. Si bien es cierto que la zona este (con Quebec a la cabeza) ha sido la zona más perjudicada, en regiones como Alberta ya declararon el estado de emergencia hace más de una semana.

Nueva York se tiñe de naranja

Las consecuencias de los incendios que asolan Canadá no solo se están viviendo en el país. Sin ir más lejos, Nueva York, situada a unos 800 kilómetros de distancia, ha visto como su cielo se teñía de un color naranja postapocalíptico y los problemas en la salud han empezado a hacer acto de presencia.

Nueva York, contaminación a causa de los incendios de Canadá

Nueva York ofrece una triste estampa con el cielo anaranjado a causa de los incendios.

/ felixmizioznikov / Istock

Y es que la ciudad con más habitantes de Estados Unidos ha batido récords en lo que a mala calidad del aire se refiere. Tanto es así que las autoridades recomiendan salir a la calle lo menos posible y volver a utilizar mascarillas para evitar, sobre todo, problemas respiratorios. Aunque la Gran Manzana es, sin duda, la ciudad más afectada en cuanto a la calidad del aire, otras ciudades del noreste de Estados Unidos están viviendo también el mismo problema.

Y seguimos con otras consecuencias, ya que el humo de los incendios también está afectando al tráfico aéreo, a las comunicaciones y a los suministros eléctricos. Un desastre del que, en el mejor de los casos, tardaremos años en recuperarnos.

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