Expertos advierten: estos son los destinos que no deberíamos visitar el año que viene

En el compás cambiante del tiempo, donde cada rincón del mundo es susceptible a la impronta del viajero, emerge una imperativa reconsideración para el año 2024. La revista Fodor's, con la mirada avizora que caracteriza a los buscadores de maravillas, propone una lista de lugares que deberíamos apartar de nuestra hoja de ruta, no por desprecio, sino por un llamado al respiro de estos sitios agobiados por la saturación y desafíos de sostenibilidad.

Venecia, Italia

Venecia, la ciudad de los canales entrelazados como hilos de historia, está en la lista de destinos que claman por un paréntesis en su desfile de visitantes. El sobreturismo ha tejido una maraña que sofoca la autenticidad de sus calles empedradas y canales serpenteantes. Las góndolas, más que navegantes poéticas, parecen llevar el peso de las multitudes que se agolpan en busca de la experiencia veneciana. La paleta de Venecia se desdibuja entre la maraña de turistas, y Fodor's nos invita a contemplarla desde la distancia, permitiendo que la Serenissima recupere su calma, que sus callejones susurren de nuevo al amanecer.

Atenas, Grecia

Atenas, la cuna de la civilización antigua, se yergue en un escenario donde la huella del tiempo y el sobreturismo se entrelazan. La majestuosidad de sus monumentos, como el Partenón, ha visto pasar generaciones de viajeros, pero la carga contemporánea amenaza con desdibujar la grandiosidad de sus ruinas. El desgaste, tanto de las estructuras como del tejido cultural, se manifiesta como un eco de advertencia. Fodor's, con la benevolencia de un custodio cultural, nos sugiere dejar que Atenas respire, que la historia antigua no se vea eclipsada por la premura del presente.

Bahía Halong, Vietnam

La Bahía de Halong, un rincón de Vietnam donde la tierra y el mar entrelazan sus brazos en una danza de paisaje, también figura en la lista de Fodor's. El encanto de sus aguas ha sido testigo del auge del turismo náutico, pero este idilio tiene su precio. La acumulación de desechos y el rastro de diésel en el agua revelan las cicatrices de un amor desbordante. Las comunidades pesqueras, espejismos de la vida cotidiana, se ven eclipsadas por el zumbido de embarcaciones turísticas. Fodor's nos invita a desentrañar el nudo, a que la bahía recupere la pureza de sus aguas y las historias de los pescadores no sean ahogadas por el rugir de motores turísticos.

Estas recomendaciones de Fodor's no son un dictamen de desdén, sino un llamado a la responsabilidad viajera. Detenernos, por un momento, en estos lugares emblemáticos, para permitirles sanar y recobrar su esencia. Es una pausa necesaria en la danza frenética del turismo contemporáneo, donde la calidad supera a la cantidad, y la autenticidad se preserva como un tesoro compartido. Reservemos un espacio para que la tierra exhale y, al retornar, nos reciba con la pureza de su autenticidad restaurada.