18 horas y 50 minutos: así es el vuelo más largo del mundo 

Lo opera Singapore Airlines, recorre 15.349 kilómetros, une Singapur con Nueva York y todos los asientos son en Business o Primera Clase.

Turbulencias en el avión: qué son y por qué no debes tener miedo.

Singapore Airlines, vuelo más largo mundo

El vuelo más largo del mundo lo opera Singapore Airlines

/ HuyThoai

Tiemblas cada vez que vas a subir un avión. Y es que, aunque seas un viajero empedernido, siempre vives con la incomodidad de tener que pasar horas surcando los cielos para poder llegar a tu próximo destino.

Pero... ¡tranquilos! Porque estadísticamente el avión es el transporte más seguro del mundo. De hecho, la aviación registra tan solo un accidente grave por cada 2,4 millones de vuelos. Todo ello gracias a sus estrictos estándares de seguridad que se deben seguir milimétricamente antes de cada despegue.

Aun así... el miedo es libre. Y el temor por los aviones es más común de lo que podemos llegar a imaginar por ser un medio que no controlamos, como es el aire. Para miedosos, mejor no subirse nunca a la línea aérea que une Nueva York con Singapur, pues estarás subiendo en el avión con el trayecto más largo y duradero del planeta.

El vuelo más largo del mundo

Este imponente trayecto de 18 horas y 50 minutos de duración se lleva a cabo con uno de los aviones Airbus más punteros del momento: la última generación de la serie A350-900, y es operado por la compañía aérea Singapore Airlines.

De hecho, el anterior vuelo más largo del planeta era casi idéntico a este: iba también de Singapur a Nueva York, aterrizando en el segundo aeropuerto con más tráfico: el de Newark. La diferencia entre este vuelo y el actual era de tan solo 5 kilómetros de recorrido.

Singapore Airlines, vuelo más largo mundo

El vuelo más largo del mundo recorre más de 15.000 kilómetros

/ RyanFletcher / ISTOCK

Pero, sin duda, una de las cosas que más sorprenden de este imponente vuelo es que no existe la clase económica. Aquí todos los asientos van en clase Business o en Primera Clase, con todas las comodidades necesarias para un maratoniano vuelo. No es para menos, pues es prácticamente inimaginable pasar prácticamente todo un día sentado en una silla surcando los cielos durante más de 15.000 kilómetros.

Eso sí... subir a este avión es hacerlo a la tecnología más puntera del momento, en un vehículo aéreo que nos vuelve a demostrar como el ser humano ha conseguido ganarle la batalla a las distancias.

Los otros vuelos más largos del mundo

No es el único que hace trayectos maratonianos en el cielo. Hay otras aerolíneas que también se han lanzado a hacer vuelos de larguísimo recorrido:

El segundo vuelo más largo del mundo es el que opera entre Auckland, en Nueva Zelanda, y Doha. El vuelo tiene una duración de 18 horas y 22 minutos, recorriendo 14.535 kilómetros y es operado por Qatar Airways.

Avión de Qatar Airways en vuelo

Avión de Qatar Airways en vuelo

/ jcheris / ISTOCK

La tercera posición es el que ocupa la Aerolínea Qantas, que hace un trayecto entre Londres, en Reino Unido, y Perth, en Australia con una duración de 17 horas y 25 minutos. A esta le sigue una de Emirates que, en cuarta posición, recorre una distancia de 14.200 kilómetros que une Auckland con Dubái y tiene una duración de 17 horas y 20 minutos.

El TOP 5 lo cierra una vez más Singapore Airlines, con una distancia de 14.114 kilómetros, una duración de 17 horas y 50 minutos y un trayecto que une Los Ángeles con Singapur.

El vuelo más corto del mundo

También existen vuelos ultra cortos. El Récord Guinnes de vuelo más corto lo tiene la aerolínea Loganair, una de las filiales de British Airways. Con unos diminutos aviones de tan solo ocho asientos realiza un vuelo entre Westray y Papa Westray, dos islas al norte de escocia que se recorren en apenas unos pocos minutos. ¿La distancia? 47 kilómetros.

Un vuelo que sirve como punto de conexión entre estas dos pequeñitas islas. Una de las habitantes de estas pequeñas islas, Seila, cuenta lo necesarios que son estos vuelos: "Con más de 900 islas, las conexiones en Escocia dependen en buena medida del estado del mar". Una realidad que, como cuenta, le ha hecho cancelar planes en diversas ocasiones porque los ferries decidieron no zarpar en más de una ocasión.

La importancia de estos vuelos, aunque cortos, son la alternativa clara a los ferries y conectan distintos puntos del mismo archipiélago. Recalca que "si no fuera por estos vuelos, muchas personas se quedarían completamente aisladas, principalmente en invierno, y sin acceso a los hospitales o centros de salud".

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