Una tarde en la cervecería más grande de Austria, la Augustiner Bräu de Salzburgo

Dicen que es el lugar histórico más agradable de todo Salzburgo, a la que no por casualidad llaman la capital cervecera de Austria. La Augustiner Bräu es la cervecería más grande del país (con más de 5.000 metros cuadrados de espacio útil dentro del edificio y 1.400 asientos en el jardín) y también una de las más antiguas. La fundaron los monjes agustinos en 1621 en el distrito de Mülln, aunque son los benedictinos, que llegaron al monasterio en 1835, los que han continuado con éxito la elaboración de la cerveza hasta el día de hoy.

Abierta de lunes a viernes de 15:00 a 23:00 y sábados, domingos y festivos de 14:30 a 23:00, la experiencia en la Augustiner Bräu tiene sus reglas. En primer lugar, la cerveza se sirve en pesadas jarras de gres en algunas de las cuales no aparece ningún logo. En segundo lugar, hay la posibilidad de que el cliente vaya a buscar la cerveza por sí mismo. Para ello, tiene que elegir su jarra de una estantería llena de ellas, enfriarla bañándola en una fuente de mármol que hay en la Cervecería del Monasterio y rellenarla, con ayuda aquí sí de un barman, directamente de los barriles de madera.

Una vez cerveza en mano, o antes si se desea, el cliente tiene la posibilidad de adentrarse en uno de los pasillos que mejor huelen de todo Salzburgo. Junto a los varios salones en los que es posible sentarse para degustar la cerveza se encuentra el llamado Schmankerlgang, algo así como el Pasillo de las Delicias, con multitud de pequeños puestecitos tipo mercado que ofrecen especialidades culinarias: carnes a la parrilla, salchichas, queso, pescado ahumado… También está permitido, no obstante, traerse la comida de casa. El único requisito para sentarse en la Augustiner Bräu es comprar la cerveza.

Y con la cerveza y la comida ya en mano, toca elegir asiento. En Augustiner Bräu es común desde hace años que las empresas, grupos de amigos o clientes individuales reserven una mesa ciertas horas, paguen por adelantado las cervezas que van a consumir y reciban a cambio una serie de monedas (token) que entregan para recibir la cerveza.

Son las conocidas como tertulias (hoy hay 240, algunas diarias y otras semanales) y muchas cuentan con un letrero propio que explica quién se sienta ahí y a qué hora, letrero al que muchas veces se le añade algún icono o símbolo relacionado con el cliente (por ejemplo, si es un tenista, una raqueta de tenis).

Los tres salones privados y cuatro comedores originales están restaurados (los dos principales, el Stockhammersaal y el Augustinersaal, empezaron a construirse en 1907) y si hace buen tiempo en Salzburgo, la gente suele salirse a la gran terraza al aire libre cubierta de castaños, que fue designada en 2008 como la más bonita de Austria.

Además de acudir como cliente, la Augustiner Bräu organiza visitas guiadas en las que los maestros cerveceros te enseñan desde la sala de cocción hasta el embotellado. También es posible comprar cerveza para llevar, en barriles o por botellas; tienen dos tipos de cerveza, la märzen (la lager que se prepara en marzo, con una graduación alcohólica bastante baja, 4,6 º) y la bock (más fuertecita). Por cierto, el método tradicional de elaboración de cerveza que siguen en la Augustiner Bräu hace que esta tenga un ácido carbónico muy fino y suave, por lo que al gusto es una cerveza muy suavecita y con un gas muy natural, no tan explosivo como al que estamos acostumbrados en España. Además, la fermentación principal la hacen en depósitos abiertos.