5 chocolaterías de España perfectas para una tarde de invierno calentita

El invierno es la temporada oficial del chocolate espeso, los churros, los batidos de cacao y los bombones. El frío, combinado con el espíritu navideño y el deseo de compartir algo delicioso con tus seres queridos, crea el contexto perfecto para disfrutar de este manjar en sus diferentes estados y formas.

A lo largo y ancho de España, una extensa lista de chocolaterías se despliega para ofrecer propuestas que van desde las más tradicionales en cafeterías que datan en siglos pasados hasta otras más originales en espacios más conceptuales. Aunque las recetas e ingredientes pueden variar, el sabor tan particular del chocolate español es único e irrepetible, constituyendo un gran atractivo para turistas de todo el mundo.

Esta histórica cafetería, situada en la Vía Laietana de Barcelona, se destaca como uno de los mejores destinos para disfrutar de este delicioso manjar elaborado a base de agua, harina, aceite y sal. Lo que verdaderamente distingue a este lugar es su ambiente acogedor y un personal sumamente atento, que convierte la experiencia en algo genuinamente personalizado.

Aunque el espacio del local puede resultar algo reducido, su ubicación es ideal para optar por la opción de "take away" y pasear por las encantadoras calles de Barcelona. Se sugiere planificar la visita con antelación, especialmente en invierno, ya que se forman largas filas en la calle, donde los amantes de los churros esperan su turno. 

Ubicada en el pasadizo de San Ginés, en pleno centro de Madrid, esta chocolatería es, sin duda, una de las más icónicas de toda la capital española. Con un amplio salón y una estética que evoca los característicos cafés del siglo XIX, el establecimiento ofrece un menú dulce que abarca desde los clásicos chocolates con churros hasta otras delicias elaboradas de manera artesanal, como discos de naranja, rocas de almendra, barquillos y turrones (durante la temporada).

Una de sus particularidades es que permanece abierta todos los días del año, con horarios de apertura muy tempranos y de cierre muy tardíos, lo que atrae a turistas de todo el mundo para cumplir con las tradiciones y a grupos de amigos que eligen este lugar para terminar sus fiestas. 

También en Madrid se halla la reconocida "La Pajarita", la tienda y fábrica artesanal de bombones y caramelos más antigua de toda la ciudad, con una historia que se remonta a 1852. Aunque sus raíces se sitúan en el siglo pasado, la tienda despliega una estética entre coqueta y romántica, evocando la era dorada de las confiterías, pero con un toque moderno.

Dentro de su variada oferta, los caramelos clásicos de 12 sabores, que ahora son 17, ocupan un lugar destacado. Además de estas delicias, la tienda también sobresale por su variedad de bombones (de licor, chocolate y otros sabores), macarons y turrones.

Todo comenzó con una modesta churrería ambulante. De lunes a viernes, los visionarios fundadores de este establecimiento recorrían los diversos pueblos de Valencia, ofreciendo su exquisita y casera comida a aquellos que se cruzaban en su camino.

Finalmente, en el año 2013, dieron vida a La Churrería del Barrio en la calle Burgos, ubicada junto a una encantadora plazoleta en el pintoresco barrio de la Aguja. En la actualidad, la gestión de este local está en manos de los hijos de los churreros originales, quienes han sido los creadores de la identidad que caracteriza a este negocio.

Aunque el menú se limita a churros, porras y buñuelos, la receta tradicional de estas delicias se erige como la excusa perfecta para visitarlos.

La cafetería es un homenaje a la burguesía gaditana del siglo XVIII. Con sus pinturas de artistas de renombre como Felipe Abarzuza, su exquisita carpintería artesanal y escayolas originales recubiertas de pan de oro fino, este establecimiento se presenta como el único gran café romántico de Andalucía, y posiblemente uno de los escasos ejemplares en toda España.

Explorar este lugar no solo es una experiencia estética e histórica, sino también una oportunidad única para deleitarse con un menú de exquisiteces dulces. Desde las mañanas hasta las tardes, el Café Royalty sirve un chocolate caliente acompañado de los tradicionales picatostes gaditanos, elaborados según una antigua receta rescatada de Cádiz. Además, la carta presenta una variedad de tartas que son auténticas especialidades de la casa, entre las que destacan la tarta de nueces, la de chocolate ganache y la de bombón.