Exorcismos, vudú y cócteles con ouija en Barcelona

Aquí puedes acabar la noche de copas con muñecas poseídas. MisterioSants es un nuevo 'tour' nocturno por Sants que destapa más misterios que los armarios de 'Poltergeist'.

Así es el tour nocturno por Barcelona lleno de exorcismos, vudú y cócteles con ouija.
Así es el tour nocturno por Barcelona lleno de exorcismos, vudú y cócteles con ouija. / Istock / ake1150sb

Por estas calles de Barcelona uno puede bajar menos la guardia que si estuviera en Elm Street. “Si sucede algo, no os asustéis”, advierte la guía con el mismo temple que el padre Karras de ‘El exorcista’. Una quincena de personas la miran fijamente con cara de extras de peli de terror. Ni se imaginan que acabarán la noche de copas con muñecas poseídas. Sants –descubriréis en breve- esconde más misterios sobrenaturales que los armarios de ‘Poltergeist’.  

MisterioSants, se llama esta nueva ruta turística. El nombre se queda corto: el ‘tour’ nocturno por el barrio incluye exorcismos, vudú, mentalismo y hasta cócteles con ouija. “Hemos querido ir Más Allá”, resumen con bastante literalidad Luis Pardo y M. Minerva, los dos anfitriones del misterio. “Somos los Warren españoles”, se ríen ellos. Él es mentalista. Llegó a batir el récord mundial de conducción a ciegas en moto: más de 7 kilómetros con los ojos vendados. Ella es médium, te dice sin aspavientos. Los dos te cuentan anécdotas personales que pondrían los pelos de punta al muñeco diabólico.  

Barcelona de noche.

Barcelona de noche.

/ Istock / mafrmcfa

“En esta iglesia –susurra M. Minerva- hay algo que, si se supiera, haría tambalear los cimientos del cristianismo”. La médium no tarda ni 5 minutos en desvelar el primer misterio del ‘tour’ que haría salivar a Iker Jiménez. La ruta paranormal empieza junto a las escaleras de la iglesia de Santa Maria de Sants. “Hay quien decía que Jesucristo era un vampiro”, suelta con tono de historiadora ante el ‘glups’ general. “Hablaba de inmortalidad –justifica la comparación-, decía ‘bebed de mi sangre’…”. Y remata el misterio enseñando una foto del interior de la iglesia: un Cristo muerto bajo una cruz ¿con forma de estaca?

“Todo empezó en Sants”, resopla la médium ondeando ‘El libro de los espíritus’ de Allan Kardec. “En la calle de Miguel Ángel –cuenta durante el ‘tour’- hubo un templo espiritista”. Hasta Mossèn Cinto Verdaguer –apunta- comenzó sus exorcismos por Sants antes de hacerse más famoso que el padre Karras en la Casa de Oración de la calle Mirallers del Born.

La ruta también incluye a exvecinas sanguinarias, como la viuda negra de Barcelona y la famosa vampira del Raval, que antes de ser detenida en Joaquín Costa vivió en la calle dels Jocs Florals. La médium señala una casa tapiada. “En el jardín de la parte de atrás encontraron un trozo de cráneo de un niño”, suma datos escabrosos a lo ‘Crims’. “Por cierto, ¿hay alguien de Terrassa?”, pregunta. Porque allí –informa entre bocas abiertas- se fue a vivir la viuda negra al salir de prisión. Fue condenada a 34 años.

Una ruta con lugares de miedo.

Una ruta con lugares de miedo.

/ Istock / milorad kravic

M. Minerva acaba llevando al huerto a los turistas del misterio: junto a un huerto comunitario está Can Bruixa, con sus supuestas apariciones demoniacas. La ruta continúa a paso ligero, por si acaso. Aún queda por visitar a un difunto anticuario que sentía predilección por los fetiches satánicos. En el local donde apareció muerto han montado Luis Pardo y M. Minerva su sala-museo Clan Destino. Es donde hacen ahora el espectáculo de mentalismo 'El clan de la hipnosis'. 

El ‘tour’ paranormal acaba de copas con fantasmas, claro. Aquí todas las mesas llevan ouija incorporada: Spirits Cocktails BCN (Súria, 6). Hace poco más de un año que abrió. “La primera coctelería dedicada al espiritismo”, garantiza su web. Hay agua bendita en la puerta, brebajes que resucitan a los muertos, un piano del XIX que suena encantado y una minitele con neblina por si toca correr hacia la luz a lo Carol Anne en ‘Poltergeist’. El barman con alzacuellos -“padre Armander”, se presenta- parece recién salido de una peli de Álex de la Iglesia. Ojito con la muñeca de anticuario que hay en el último estante. Se llama Arcadia. “En teoría está poseída –te cuentan sin inmutarse-. A veces cuando la vuelves a mirar ha movido un poco la cabeza”. 

Una propuesta terrorífica.

Una propuesta terrorífica.

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“Pasan a veces cosas raras”, los anfitriones avisan a los recién llegados. Recomiendan sobre todo no hacer bromitas con el exvecino de arriba. “En el 2019 hubo un incendio en el edificio y murió una persona en la habitación que estaba encima”, ponen en antecedentes. Y un día, cuando acababan de inaugurar –recuerda Luis Pardo- el suelo de la coctelería se empezó a encharcar. “Pero en el techo no había nada –asegura-. Y el cocinero dijo: ‘Esto es el de arriba, que como murió quemado ahora nos tira agua’. Automáticamente el fluorescente de la cocina le cayó en la cabeza”. “Y eso lo vimos con nuestros ojos”, confirma al lado M. Minerva”. La anécdota paranormal se saldó con un chichón, pero nadie más menciona al vecino en toda la noche. Hay quien ni siquiera se atreve a ir al baño. “Nos da miedo”, confiesan dos chicas petrificadas en la puerta. Los dos retretes están rodeados de fotografías ‘post mortem’ de la colección del actor Carlos Areces. Ideal para cagarse de miedo.

“Cuando vas caminando por la calle, no piensas en estas cosas”, resoplan Irene y David apurando sus cócteles luminiscentes. “Ves cosas diferentes”, asienten Anna, Tomi y Eli. Es la primera vez que hacen “algo así”, dicen. “A mí me han pasado muchas cosas”, te acaba confesando Miriam con tono de ‘Cuarto Milenio’ en la mesa con ouija de al lado.

“Viene mucha gente para jugar a la ouija”, asegura Luis Pardo. La web de la coctelería incluye instrucciones para jugar “de forma segura”. “¡Hemos contactado con un hombre que tuvo un accidente!”, les contaron unas chicas pletóricas entre cóctel y cóctel. “Vinieron más días –recuerda Minerva- porque se engancharon a hablar con él”.

¿Su objetivo? “Volver a recuperar la esencia del espiritismo del siglo XIX, -responde Luis-, que nada tiene que ver con el terror, pero sí con el misterio. Antiguamente, la ouija la vendía una casa de juguetes. Hacer espiritismo era algo muy común hasta que salió la película de ‘El exorcista’. A partir de ahí se empezó a demonizar”.

Pretenden convertirse en un nuevo epicentro del espiritismo, el terror y las cosas paranormales. “Como hubo antiguamente el templo espiritista”, compara M. Minerva. “Un punto de reunión –añade Luis Pardo- de gente que tenga estas curiosidades. Que puedan ir a un sitio donde hablar sin tabús y sin que les tachen de cosas raras”.

El ‘tour’ misterioso incluye hora y media de mentalismo a pie de barra: vudú, telepatía, cuchillas que atraviesan gargantas. Lo hacen un domingo al mes (el siguiente es el 18 de febrero). El próximo mes también empezarán a hacer tiradas del tarot y conciertos con cuencos de cuarzo. “Queremos hacer que sucedan cosas –adelantan-. Cosas que no te esperas”.

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