Molitor, el hotel parisino donde nació el escándalo del bikini

París siempre ha sido la capital de la moda, pero también de la libertad, y así lo muestra su historia más reciente.

El lujoso hotel parisino que alojó icónicos personajes como Coco Chanel, F. Scott Fitzgerald y Marcel Proust.

El hotel Molitor se convirtió en una de las escenas de la libertad parisina de las primeras décadas del siglo XX
El hotel Molitor se convirtió en una de las escenas de la libertad parisina de las primeras décadas del siglo XX / Wikicommons. BikerNormand from Morsan

Europa se enfrentó a una 'bomba atómica' de la moda sin saberlo. Corrían los años 40 y el ingeniero automovilístico Louis Réard diseñó una prenda que cambiaría la vida de las mujeres tras heredar la mercería de su madre: el bikini. Aunque Jacques Heim aseguraba haber creado la ropa de baño más popular hasta la fecha -un bañador de dos piezas al que llamaba átomo-, la novedad de Réard de enseñar el ombligo obtuvo un impacto sin precedentes en todo el mundo.

Mujeres en ropa de baño en 1947, un año después de presentar el bikini como hoy lo conocemos

Mujeres en ropa de baño en 1947, un año después de presentar el bikini como hoy lo conocemos

/ Wikicommons. Ammienoot

Lo presentó con un eslogan que decía 'El bikini: una bomba atómica', ya que por aquel entonces Estados Unidos estaban realizando ensayos nucleares en el atolón Bikini, en el Pacífico Sur. Así de explosivo pretendía que fuera su propuesta. Y así lo fue. Su diseño contaba con cuatro triángulos, dos cubriendo el pecho y otros dos formando la braga, y vio la luz por primera vez en la piel de Michele Bernardini, una bailarina de streaptease en el Casino de París.

Ninguna modelo se atrevía a llevar aquel 'esperpento' que tanto distaba de los trajes de baño de lino o algodón a los que estaban acostumbradas, que cubrían todo el busto y que cuando se mojaban eran tan pesados que se volvían muy difíciles de manejar e incluso peligrosos. La piscina del hotel Molitor de París fue el lugar elegido para hacer un primer pase de modelos, concretamente el 5 de julio de 1946. Aunque ese primer contacto no le mereció una buena fama, se acabó considerando parte de la revolución feminista.

Decadencia y cierre del hotel

Aquella piscina fue un auténtico símbolo del París de aquellos años. En 1929, los nadadores olímpicos Aileen Riggin y Johnny Weissmuller -que posteriormente interpretó a Tarzán- la inauguraron frente a cientos de personas. Durante ese primer verano y como reclamo turístico, Weissmuller ejerció de socorrista en aquel complejo de estilo Art Déco ubicado en el distrito XVI de París, junto al Parc des Princes y los estadios Jean Bouin y Roland Garros. Aunque no fue mucho el tiempo de gloria.

La famosa piscina del hotel Molitor hacia 1932

La famosa piscina del hotel Molitor hacia 1932

/ Wikicommons. Chitrapa

En 1989, el contrato de arrendamiento finalizó y el edificio pasó a ser propiedad del consistorio parisino, clausurándose finalmente. Un año más tarde se declaró monumento histórico y comenzó a gestarse la idea de convertirlo en un complejo de viviendas. Varios artistas participaron en su reapertura clandestina, como Reso, Kaskink, Mademoiselle Maurice o Nosbé Hopare, y tunearon todo su conjunto hasta llegar a ser una especie de estudio al aire libre donde también se celebraban conciertos y desfiles.

La vuelta al ruedo del Molitor

Con la entrada del nuevo siglo, en 2007 se convocó la licitación para su rehabilitación y explotación después de casi dos décadas de abandono. Así, acabó en manos de Colony Capital, asociado con Bouygyes Construction y Accorhotels. Su objetivo era restaurar la arquitectura original y todas sus características. El Molitor reabrió sus puertas en 19 de mayo de 2014, con una imagen muy similar a la original y manteniendo el diseño que hacía parecer un crucero en torno a la piscina.

El actual hotel Molitor de París

El actual hotel Molitor de París

/ Istock / Gwengoat

El arte callejero que allí vivió hasta principios de los 2000 sigue pudiendo observarse en algunos rincones del hotel como en las paredes del vestíbulo. La historia del Molitor cuenta con unos altibajos muy similares a los que tuvo el bikini cerca de los años 50. Aquellas mujeres valientes que se atrevieron a tomar el sol 'casi desnudas' -que era lo que se consideraba en el momento-, son los artistas marginados que pintaron las paredes del hotel abandonado. Una bandera libertaria que lleva clavada en el Molitor casi 80 años.

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