El pueblo más pequeño de Castellón: 19 habitantes, infinitos encantos

En la comarca castellonense de Els Ports nos encontramos con un municipio que ya, desde el siglo pasado, nunca sube de la treintena de habitantes.

El pueblo más pequeño de Castellón tiene tan solo 19 habitantes censados.
El pueblo más pequeño de Castellón tiene tan solo 19 habitantes censados. / Juan Emilio Prades Bel / Creative Commons Attribution 4.0 International license.

Lo primero que nos llama la atención del pueblo de Castellón con menor número de habitantes censados, antes si quiera de poner un pie en su territorio, es la importancia que le dan los locales a su ‘terreta’, poniendo en valor tanto sus monumentos, como su historia, leyendas y tradiciones.

Sorprende, por ejemplo, la completa web del ayuntamiento de este pueblo de tan solo 19 habitantes, que ofrece una interesante información para cualquier viajero que quiera descubrir esta joya enclavada en la comarca castellonense de Els Ports.

Fuente de la Plaza de la Iglesia, en Castell de Cabres.

Fuente de la Plaza de la Iglesia, en Castell de Cabres.

/ Juan Emilio Prades Bel / Creative Commons Attribution 4.0 International license.

Cuenta la leyenda que Castell de Cabres debe su nombre a una curiosa batalla que tuvo lugar hace muchos muchos años. Parece ser que en el pueblo no quedaban apenas hombres y solo lo habitaban ancianos, mujeres y niños. Viendo un día que las tropas enemigas se acercaban para saquearlo con la puesta de sol y sin posibilidad de defenderlo con sus tropas, se decidido subir al castillo a todas las cabras que había en el pueblo. Una vez allí arriba, se les puso una pequeña antorcha encendida en cada cuerno.

El enemigo al ver tantos puntos de luz en la oscuridad de la noche pensó que un numeroso ejército les esperaba para prepararles una emboscada y emprendió la huida. Gracias a esta treta, los habitantes del pueblo consiguieron ganar la batalla y decidieron celebrarlo poniéndole a su hogar el nombre de ‘castell’ por el castillo, y ‘de cabres’ en homenaje a aquellas cabras que ahuyentaron al enemigo

Ruta 99 a su paso por Castell de Cabres, Castellón.

Ruta 99 a su paso por Castell de Cabres, Castellón.

/ Juan Emilio Prades Bel / Creative Commons Attribution 4.0 International license.

Más allá de las leyendas en torno a su toponimia, se cree que Castell de Cabres fue fundado por los árabes. Más tarde fue conquistado por el rey Alfonso II ‘el casto’ en 1195, pero quedó abandonado hasta su reconquista definitiva por Jaume I en 1233.

Con una altitud media de algo más de 1.000 metros, su paisaje es montañoso, caracterizándose por unos inviernos austeros y unos estíos frescos que lo convierten en un enclave perfecto para pasar el peor periodo de la canícula.

Redacción Viajar

Descubrir Castell de Cabres

Ahora sí, ha llegado el momento de descubrir Castell de Cabres y nos trasladamos hasta la plaza de la Iglesia. Allí podemos contemplar la Fuente de la Vila, que destaca por sus arcos de inspiración románica. Y más allá del aspecto ornamental, esta fuente ha sido un punto neurálgico del pueblo más pequeño de Castellón, ya que siempre ha suministrado agua a la población, que se congregaba en sus alrededores para poder llenar las garrafas y poder abastecerse.

La actual iglesia parroquial se sitúa a los pies de una colina junto a la Plaza Mayor, mientras que la iglesia vieja, se encontraba en el antiguo castillo. Desgraciadamente a día de hoy, no quedan apenas restos de estas dos edificaciones.

Iglesia Parroquial de San Lorenzo, en Castell de Cabres.

Iglesia Parroquial de San Lorenzo, en Castell de Cabres.

/ Juan Emilio Prades Bel / Creative Commons Attribution 4.0 International license.

También cuenta el pueblo con menor número de habitantes de Castellón con una ermita a la que denominan San Cristóbal. Situada a unos 5 kilómetros de distancia del núcleo urbano, es un lugar excepcional para disfrutar de las vistas del valle alto del río Escalona, así como de los frondosos pinares de las inmediaciones.

Construida en 1565, con piedra de cantería, supone un buen ejemplo de ermita de la Reconquista de planta rectangular. Junto a ella, existió en su día una pequeña hospedería y la conocida como casa del santero, cuidada por un ermitaño hasta comienzos del siglo XX.

Portada de la Iglesia Parroquial de San Lorenzo, en Castell de Cabres.

Portada de la Iglesia Parroquial de San Lorenzo, en Castell de Cabres.

/ Juan Emilio Prades Bel / Creative Commons Attribution 4.0 International license.

También resulta imprescindible hablar de la exquisita gastronomía tradicional de la comarca de Els Ports en general y de Castell de Cabres en particular. Cuenta con platos como el conejo, el cabrito, legumbres, la ‘olleta’ (una especie de cocido con cardos, alubias, carne o arroz) o el ‘tombet’ (plato que mezcla conejo, pollo, caracoles o almendra molida entre sus ingredientes).

Y, precisamente, el tombet es el plato elegido para celebrar las fiestas de San Lorenzo (patrón de la localidad) a primeros de septiembre, cuando Castell de Cabres se engalana para recibir a infinidad de viajeros y vecinos de pueblos aledaños para demostrar que, a pesar de su escasa población, tiene infinitos encantos que ofrecer.

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