El pueblo más pequeño de Ávila: 14 habitantes, infinitos encantos

Ávila es una provincia maravillosa en la que el tiempo parece haberse detenido, sobre todo en sus pequeños pueblos y aldeas, muchos de ellos despoblados, pero que esconden tesoros ocultos y que un día vivieron una época de esplendor con cientos de habitantes. A día de hoy, muchos de ellos cuentan con poco más de 50 habitantes y el silencio es la banda sonora de sus calles vacías, pero no por ello han dejado de ser un lugar maravilloso en el que pasar unos días de desconexión.

Lamentablemente, los pueblos en los que viven más de 40 personas pueden considerarse afortunados, ya que al igual que en otros municipios de la España Vaciada, la gran mayoría sufren una gran despoblación. Hoy viajamos hasta Ávila para conocer el pueblo con menos habitantes de la provincia, un lugar que se resiste a quedar abandonado y en el que sus escasos pobladores viven tranquilos y felices pese a las dificultades. 

El pueblo con menos habitantes de Ávila

Hay un pueblo abulense que conoce perfectamente esa sensación y la necesidad de luchar por lo suyo y por no desaparecer. Se trata de Blasconuño de Matacabras, el municipio con menos habitantes de Ávila con un total de 14 personas habitando sus calles según el último estudio poblacional. Este lugar es todo un tesoro histórico que destaca por un imponente edificio que se levanta vigilando el paisaje. 

La historia de Blasconuño de Matacabras se remonta al año 1250 por lo que es considerada una aldea de origen medieval. En aquella época formaba parte del tercio de Madrigal, enclavado en el arcedianato de Arévalo, es decir, se encontraba en uno de los territorios organizados por la diócesis de Ávila. Sus pocos edificios son en su mayoría pequeñas casas de una sola planta que han creado la esencia del pueblo. 

Una imponente iglesia vigila el pueblo

Pero si hay algo que realmente destaca en este municipio avilés, es la imponente iglesia mudéjar de San Martín. Este gran templo religioso se levanta sobre las pequeñas casas del pueblo siendo testigo y guardián de todo lo que pasa. Se estima que la creación de la iglesia tuvo lugar aproximadamente en el siglo XII convirtiéndola en todo un edificio histórico que crea un contraste único en el pueblo. 

Pero la espectacular iglesia no es la única maravilla de Blasconuño de Matacabras, este pueblo se ha convertido en un destino privilegiado para los amantes de la naturaleza y de los animales, en concreto de las aves. Esto se debe a su ubicación en la Zona de Especial Protección para las Aves de Tierra de Campiñas, un lugar en el que diferentes tipos de aves descansan y que consideran su hábitat. 

El municipio está adornado con pinares y montes de encinas, mientras que en sus límites se despliegan los majuelos de Las Matillas, viñas comunales que han acogido la variedad verdejo desde al menos el siglo XIII. Cada rincón de este pueblo es una auténtica maravilla en el que la paz y la tranquilidad en el que descansar a la sombra de un árbol o pasear por sus calles descubriendo la belleza de su entorno natural y sus aves se convertirán en una experiencia que no querrás que acabe jamás.