El pueblo más antiguo de Aragón es también uno de los más bonitos

La Historia deja resquicios de un pasado que a veces resulta casi legendario para dar explicación a lo que hoy somos. Sabemos que el pueblo más antiguo de España es Brañosera, puesto que fue el primero que adquirió este título -gracias al Reino de Asturias, que le otorgó la carta puebla-, considerando como tal una villa más pequeña y con menor importancia que una ciudad. 

Este primer pueblo nació en plena Edad Media, por lo que, aunque hubiera asentamientos previos de épocas prehistóricas, realmente no pueden existir pueblos antiguos en España que no tengan orígenes medievales. De este modo, en Aragón hay uno que se considera más antiguo que los demás. Además, hay muchos que coinciden también en que es el más bonito de la región e incluso de España.

El pueblo más bonito de España según Azorín

Se trata de Albarracín, en la provincia de Teruel. Es considerado Monumento Nacional desde 1961 y entre sus estrechas callejuelas viven tan solo unos mil habitantes. Su precioso conjunto monumental brilla con un tono rojizo que hace que parezca un pueblo construido en barro, con detalles en madera, destacando sobre la imponente sierra que lleva el mismo nombre.

El mismo Azorín lo describió como uno de los pueblos más bonitos de España, aunando tradición, arquitectura e historia. Albarracín es uno de esos lugares que funcionan como una máquina del tiempo. Y no hablamos de viajar a la época de Azorín, sino mucho más atrás, ya que su casco histórico está perfectamente conservado desde la época a la que ha pertenecido siempre, la Edad Media.

Un paseo por sus calles medievales

Sus calles empedradas arropan las preciosas viviendas y los edificios religiosos que se erigen imponentes, desde la Catedral del Salvador hasta el Museo Diocesano, pasando por el Palacio Episcopal, la Torre Blanca y la iglesia de Santa María. Además de otros lugares como la Casa de la Julianeta, un importante icono de la localidad caracterizado por su forma irregular.

La Casa Azul también merece una mención especial. Propiedad de la familia Navarro Arzuriaga y situada en la calle Azagra, se cuenta que uno de sus hijos se enamoró de una joven andaluza que se mudó a Albarracín para vivir con él. El amor le atrajo hasta allí, pero echaba en falta la luz de su tierra. Así, el joven decidió pintar su hogar de color azul para que recordara a su querida Andalucía.

Aunque las mejores vistas del pueblo se obtienen desde el arco de la calle del Portal de Molina. Desde lo alto de la muralla árabe también se aprecia una panorámica única. La fortaleza del pueblo la completan tres castillos, el principal, el de Doña Blanca y el del Andador. Además, desde el Convento de las Carmelitas se inicia un sendero que discurre junto al río Guadalaviar, perfecto para los amantes de la naturaleza.