El origen de todo: los encantos del pueblo más antiguo de España

La ciencia dice que los viajes en el tiempo nunca serán posibles. Al menos no tal y como los conocemos por historias de ciencia ficción como la película 'Regreso al futuro' o la novela de H. G. Wells 'La máquina del tiempo'. Lo que la ciencia no sabe es que la imaginación humana puede ir mucho más allá y, viajando a destinos con Historia, es posible sentirse en otra época, sentir que el tiempo no pasa, que se detiene y, de una manera u otra, viajar en el tiempo.

Es lo que ocurre cuando nos desplazamos a pueblos medievales, visitamos unas ruinas romanas o nos adentramos en una cueva prehistórica. Aunque en España existen ciudades erigidas en una época muy anterior a Cristo como Barcelona -del siglo II a.C.- o Santander -del III a. C.-, el primer pueblo del país no nació hasta el año 824. Para cumplir con las características de pueblo debe ser una población de menor categoría que una ciudad y contar con ayuntamiento propio.

El ayuntamiento, el inicio de todo

El primer lugar en seguir estas normas dentro de nuestras fronteras fue Brañosera, en Palencia. Fue en aquel año cuando Munio Núñez, el conde de las tierras de La Braña Osaria, concedió a sus súbditos la Carta Puebla, un documento mediante el que se ofrecen derechos a los nuevos pobladores y se especifica el repartimiento de tierras. Así fue como se creó el Fuero de Brañosera y, con él, el primer ayuntamiento que continúa funcionando más de mil años después.

Ese lugar en el que se rigen las normas de los habitantes, convirtió a Brañosera en el primer pueblo de España como entidad jurídica. Actualmente cuenta con más años que vecinos, pues tan solo lo habitan 250 personas, pero eso no lo hace menos especial. Pese a que hoy se ubique en Castilla y León, en sus orígenes perteneció al Reino de Asturias, ya que esta zona montañosa formaba parte de la frontera inhabitada de la Reconquista.

Época de Reconquista

En épocas de guerras y conquistas, lo normal es que fueran construyendo asentamientos en torno a los ríos y utilizando las montañas como defensa. Además, también erigían castillos y fortalezas para diferenciarse como cristianosante los musulmanes. Esos nuevos territorios eran propiedad de un señor que se encargaba de su administración. En aquella época, Brañosera era propiedad de Munio Núñez y su mujer Argilo.

Desde entonces, todos los habitantes del pueblo gozaban de privilegios tan solo por vivir en el interior de sus murallas. En la Carta Puebla se recogía que tenían permitido explotar el monte en beneficio propio o la exención de obligaciones militares y de vigilancia. En aquel documento también aparecían las cinco primeras familias que allí vivieron: los Valerio, los Félix, los Zonio, los Crituévalo y los Cervello.

El entorno y su patrimonio

Más allá de la gran Historia de la que goza esta villa, el entorno en el que se encuentra tampoco tiene nada que envidiar. Se ubica en pleno corazón del Parque Natural Montaña Palentina, muy próxima al Macizo de Valdecebollas. Es este un lugar de nacimientos y orígenes pues, más allá de ser el primer pueblo de España, aquí es donde el río Rubagón inicia su curso, navegando entre un exuberante bosque en el que destacan acebos, robles y hayas.

Es, por tanto, una región perfecta en Palencia para practicar el senderismo, siendo la ruta más conocida la de Golobar-Valdecebollas-Cueto-Mañín-Golobar, pero también para visitar los resquicios de un pasado tan rico. El patrimonio arquitectónico de Brañosera está formado por joyas como las iglesias de San Miguel y Santa Eulalia. Además del Ayuntamiento, que conserva el escudo que no deja ninguna duda sobre los orígenes del pueblo. En él puede leerse: "Brañosera Año 824".