La Petra española: un paseo por Cívica, la ciudad horadada en piedra

A pocos pasos del conocido como Jardín de La Alcarria descubrimos un enclave que nos transporta a Jordania sin necesidad de salir de España.

La Petra española: una joya esculpida en piedra en el corazón de La Alcarria.
La Petra española: una joya esculpida en piedra en el corazón de La Alcarria. / Istock / Alfonso Sangiao

Muchos viajeros españoles no somos conscientes de las joyas que alberga nuestro país. Salimos a buscar fuera rincones únicos, a varias horas de avión, cuando, en realidad, tenemos mucho que admirar por aquí. Sin ir más lejos, la conocida como Provenza española nos ofrece un panorama único con sus campos teñidos de lavanda en el corazón de La Alcarria. Y, sí, muchos lo habréis adivinado, ya que hablamos de Brihuega.

En varias ocasiones ya hemos paseado por este bonito pueblo que parece sacado de una película Disney, disfrutando de su casco antiguo y de edificios tan imponentes como el castillo de la Peña Bermeja, del siglo XI, en cuyo interior reposan cientos de tumbas antiguas o la Real Fábrica de Paños.

Cívica, la Petra española

Hoy, en cambio, nos acercamos hasta sus inmediaciones para descubrir una joya única esculpida en piedra que nos traslada directamente hasta Petra sin salir de La Alcarria. Bienvenidos a Cívica.

Campos de lavanda en Brihuega.

Campos de lavanda en Brihuega.

/ Istock / ValentynVolkov

Según se sale de Brihuega se toma la carretera que sale en dirección a Masegoso de Tajuña y a unos 11 kilómetros, aparecerá ante nosotros Cívica. El Nobel de literatura, Camilo José Cela, en su libro ‘Nuevo viaje a La Alcarria’ dedicaba unas palabras a este pintoresco enclave: ‘Cívica semeja una aldea tibetana o el decorado de una ópera de Wagner. El viajero no estuvo nunca en el Tíbet, pero se imagina que sus aldeas deben ser así, solemnes, miserables, casi vacías, llenas de escaleras y balaustradas, colgadas de las rocas y también horadadas en la roca’.

Las tobas en Cívica

La construcción que Cela describió como una aldea tibetana se encuentra sobre una tobera inactiva, pero en sus proximidades sí descubrimos toberas activas o semiactivas. Las tobas son formaciones de piedra caliza, muy porosa y ligera, formadas por la cal que llevan las aguas de los manantiales de la zona y que se va depositando en el suelo que se halla a su paso.

Cívica: la Petra española.

Cívica: la Petra española.

/ Istock / Alfonso Sangiao

Así, podemos ver a unos pocos metros a la izquierda de Cívica, una cascada de agua que procede del caño de la parte superior de la pedanía y que, tras regar los huertos, discurre hacia la pared de toba hasta llegar al río Tajuña.

Descubriendo Cívica

Antes de poner un pie en este conjunto de galerías y escaleras excavadas en la roca y protegidas con balaustradas, debemos hablar de Aurelio Pérez, el párroco de la localidad turolesa de Valderrebollo, ya que es el principal artífice de esta Petra española esculpida en la roca durante más de 20 años, entre 1950 y 1970.

Cívica, una joya a un paso de Brihuega.

Cívica, una joya a un paso de Brihuega.

/ Emilio J Rodríguez Posada Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license

Las historias que circulan en torno a la creación de Cívica están rodeadas de un aura de misterio y leyenda. Se cuenta, por ejemplo, que don Aurelio recibió una herencia inesperada y, entonces, decidió ponerse manos a la obra para construir esta joya en el corazón de La Alcarria.

Parece ser que, cuando acababa su jornada, el párroco junto a un grupo de trabajadores a los que pagaba de su propio bolsillo, se trasladaban hasta este lugar para esculpir galerías en la roca. No se sabe con qué objetivo ni con que fin, pero lo que sí sabemos es que hoy la Petra española es un enclave digno de admirar y disfrutar casi tanto o más que la Petra original.

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