El Parador más bonito y barato al que viajar en febrero

Con más de 2.000 años de antigüedad y varios nombres que la han acompañado a lo largo de su historia (desde Iplacea hasta Complutum) nos trasladamos hasta el municipio madrileño de Alcalá de Henares, cuna de uno de los escritores más excelsos de la literatura universal, para descubrir uno de los paradores más bonitos de España. Y, además, en febrero, con unos precios únicos.

El viajero que llega al parador de Alcalá de Henares descubrirá que el alojamiento consta de dos edificios singulares con casi medio milenio de historia. Por un lado, La Hostería del Estudiante, fundada en 1929 sobre el antiguo Colegio Menor de San Jerónimo o Trilingüe (cedido al Patronato Nacional de Turismo por la Sociedad de Condueños de Alcalá para su rehabilitación); y, por otro lado, el edificio nuevo, inaugurado en 2009, que ocupa lo que en su día fueron el Colegio de Mercedarios Calzados, el Colegio de Caballeros Manriques (donde se sitúa la entrada al parador) y el Colegio de Dominicos de Santo Tomás de Aquino.

Parador de Alcalá de Henares: historia y vanguardia

El parador de Alcalá de Henares es la mejor muestra de que historia y vanguardia pueden tenderse una mano y formar una combinación única, ya que une parte de la historia de la localidad, con sus tres colegios convento del siglo XVII, con la vanguardia gracias a su decoración de diseño, en la que destacan su espectacular claustro, o el spa, ubicado bajo las bóvedas de la antigua iglesia conventual.

 Debemos remontarnos ahora hasta 1930, año en el que abrió sus puertas la Hostería del Estudiante, tercer establecimiento de la Red de Paradores. Desde entonces ha estado acogiendo a viajeros de toda clase y condición deseosos de alojarse en un enclave con historia. Y casi 80 años después, en 2009, se inauguró el Parador tal y como lo conocemos hoy en día, ocupando tres de los colegios mandados construir por el Cardenal Cisneros.

Algunos viajeros piensan que dormir en paradores puede ser caro, pero lo cierto es que existen innumerables ofertas para alojarse a un precio de lo más económico teniendo en cuenta su relación calidad precio. Y eso pasa también en el de Alcalá de Henares, que en febrero ofrece alojamiento desde 112 euros; un precio de lo más interesante si tenemos en cuenta que puede llegar hasta los 202 euros en otras épocas del año.

Dormir en Alcalá de Henares

Las 128 habitaciones que tiene el parador de Alcalá de Henares son un verdadero edén, ya que cuentan con todo lo necesario para que la estancia sea una verdadera delicia. Todas las estancias están domotizadas y cuentan con minibar con una cuidada selección de productos, pantalla plana de TV, secador de pelo, servicio de habitaciones, tecnología ChromeCast, Wifi gratis y servicio de prensa y revistas digitales.

Tampoco podemos dejar de mencionar otro espacio dedicado a la relajación y el bienestar, ya que este parador cuenta con un espectacular spa, situado bajo las bóvedas de la iglesia del antiguo convento del siglo XVII. El lugar perfecto para desconectar de la ajetreada vida del municipio. Además, se puede disfrutar incluso si uno no se aloja en el parador.

El spa del parador (cuyo circuito básico para los clientes no alojados es de 45 €) cuenta con ducha escocesa bitérmica, ducha masaje, ducha nebulizada de aromas, pediluvio, piscina de chorros e hidromasaje, sauna, terma, tumbonas térmicas, así como una sala VIP con cabina para dos personas en las que se realizan un gran número de tratamientos tanto faciales como corporales.

Cocina regional madrileña

En Paradores la cocina tiene un papel fundamental, y, además, se adapta a su localización, ofreciendo comida regional de la zona. ¿Y qué se puede comer en el parador de Alcalá de Henares? Pues una cocina madrileña castiza en la que no pueden faltar referencias al recetario cervantino en el restaurante Santo Tomás. Completa la oferta gastronómica La Hostería del Estudiante, que ofrece junto a sus platos más tradicionales, las recetas más emblemáticas de los diferentes Paradores.

Y, para finalizar este recorrido por el parador más bonito y barato al que viajar en febrero, debemos hacer una última parada en su centro de convenciones, así como en sus diferentes salas de reuniones, perfectas para aquellos viajeros que han llegado a la ciudad cervantina por motivos laborales.