Navarra para principiantes: 7 rincones no muy conocidos que debes visitar

El viajero que llega hasta Navarra lo hace seducido por sus impresionantes paisajes que van desde las majestuosas montañas de los Pirineos hasta suaves colinas, por su patrimonio cultural, por la hospitalidad de sus gentes y, cómo no, por una gastronomía y una tradición vitivinícola que hará que descubras algunos de los mejores caldos de España en la zona de la Ribera de Navarra.

Si estás planeando un viaje o escapada a la tierra de los Sanfermines, y no tienes claro qué lugares visitar, aquí te recomendaos 7 rincones no muy conocidos que harán que Navarra ocupe para siempre un lugar en tu corazón.

Este pueblo de calles empedradas, nobles caserones y magníficas iglesias traslada al viajero a la Edad Media gracias a su hermoso castillo, que domina la villa y es Monumento Nacional desde 1925, además de una de las fortalezas más lujosas de Europa.

Es cierto que el explorador que tenga algunas nociones de historia y geografía bien sabrá de la importancia de Olite, pero, quizá, para el explorador más novato sea todo un descubrimiento. Pasear por su casco histórico y descubrir el portal de la Torre del Chapitel, la plaza Carlos III, o la iglesia de San Pedro resulta imprescindible.

Viana es un pueblo pequeño, pero tiene muchos rincones mágicos que sorprenderán al visitante; desde su plaza de los Fueros (que nada tiene que envidiar a otras plazas en la que nos pasaríamos toda la tarde) hasta la iglesia gótica de Santa María, pasando por la calle Mayor o su fortaleza, conocida como Castillo de los Reyes de Navarra.

Sin lugar a dudas, el gran atractivo de Viana son la iglesia de San pedro y los jardines de Serrat, que ofrecen una panorámica única de la última localidad del Camino de Santiago a su paso por Navarra.

Este pequeño pueblo situado a 56 kilómetros de Pamplona es, para muchos, uno de los pueblos más bonitos de Navarra. Destaca su aspecto señorial gracias a imponentes caseríos y templos que guardan reminiscencias de su pasado guerrero y defensivo.

Debe distinguir el viajero entre la parte nueva y Gallipienzo antiguo, situado a más de 500 metros de altitud y fundado en el siglo X. La visita por el casco viejo es una oda a la belleza, ya que las calles se convierten en miradores improvisados desde los que admirar el desfiladero del río Aragón. 

Orbaiceta se sitúa en la comarca de Auñamendi, en el valle de Aézcoa y es una auténtica joya oculta. Un rincón no muy conocido en el que se puede descubrir la Torre Romana del monte Urkulu, que data del siglo I a. C. Además, también se pueden contemplar algunos hórreos que nos trasladan por un instante a tierras gallegas.

Lo más destacado de Orbaiceta y que dejará al viajero que disfrute con el turismo dark sin palabras es la Real Fábrica de Armas y Municiones, que estuvo en funcionamiento hasta 1884. Este conjunto histórico industrial es Bien de Interés Cultural desde 2008 y actualmente se encuentra en la Lista Roja de patrimonio en peligro elaborada por la asociación Hispania Nostra.

La capital del Valle de Baztán enamora al explorador gracias a su puente de piedra del siglo XVI conocido como puente de Txokoto, el palacio barroco de Arizkunenea, la iglesia de Santiago (con su impresionante fachada neoclásica) o el museo etnográfico de Jorge Oteiza.

El viajero que llega a este bonito municipio que cuenta con una población de 3.500 habitantes, también podrá sumergirse en la apasionante historia de las Brujas de Zugarramurdi, gracias a la casa museo situada a pocos kilómetros, así como disfrutar de bellas rutas de senderismo quele llevarán a recorres algunos rincones que aparecen retratados en la trilogía del Baztán, de Dolores Redondo.

El Parque Natural de Bertiz, situado junto al Valle de Baztán y a orillas del río Bidasoa, es un espacio de más de 2.000 hectáreas que alberga grandes tesoros naturales. Pasear entre hayas, robles y alisedas, mientras se descubren ciervos, corzos o numerosas especies de aves es, sin duda, un planazo no tan conocido que dejará al viajero sin palabras.

La joya de la corona de Bertiz es, sin duda, su espectacular jardín, que cuenta con bellos estanques y miradores de estilo Art Nouveau, así como una imponente variedad de árboles traídos desde todas las partes del mundo.

El viajero que ya haya descubierto Orbaiceta, habrá tenido un acercamiento a la majestuosa Selva de Irati, pero aún le quedarán muchos rincones ocultos por descubrir. Y es que en el segundo hayedo y abetal más extenso de Europa (por detrás de la Selva Negra), se pueden descubrir bellos lugares como el embalse de Irabia, la cueva de Arpea o el mirador de Zamariain.

Visitar la Selva de Irati es siempre un buen plan para los amantes del senderismo y la naturaleza, pero en otoño, con la caída de las hojas, la paleta cromática que ofrece nos hace creer que estamos en un lugar tan bello que no pertenece a este mundo.

En definitiva, aquellos viajeros que se acerquen por primera vez a Navarra para descubrir algunos de sus tesoros, aquí tienen 7 rincones que, sin duda, deben visitar.