Hórreos gallegos: una ruta por los más famosos

No hay recuento oficial, pero se calcula que en toda Galicia aún se conservan unos 30.000 ejemplos de esta especie de “granero aéreo” que, en su origen, servía guardar las cosechas, especialmente el maíz, a salvo de humedades y roedores.

Hórreos de A Merca (Orense)

Conjunto de hórreos en el municipio orensano de A Merca.

/ D. R.

Si hay algún elemento que defina la Galicia más tradicional, es el hórreo. Cabaceiro, cabaz, palleiro, calostra, caustra, piorno… son otras de las denominaciones con las que son conocidas estas construcciones típicas del medio rural gallego.

La primera mención a un hórreo aparece en las Cantigas de Santa María de Alfonso X El Sabio, en el siglo XIII y hubo que esperar a 1973 para que un decreto nacional promoviera su protección como elemento patrimonial. Desde entonces, varios hórreos de Galicia han sido considerados Monumento Histórico – Artístico y son puntos de interés turístico para quienes visitan esta tierra.

Hasta tal punto ha llegado su reconocimiento y atractivo que cuando la firma de lujo Loewe inauguró su tienda en el barrio de Wynwood, Miami, lo hizo con un imponente hórreo del siglo XVIII en su interior. Lo llevaron piedra a piedra desde un pueblo situado en la frontera galaico portuguesa y por allí sigue haciendo las Américas.

Miami está muy lejos, pero por suerte en Galicia hay hórreos en abundancia y de todos los tipos. De partida, estas construcciones se componen de unos pilares rematados con piedras planas (para facilitar el secado del grano y evitar que los roedores accedan al interior) y una superficie techada pero ventilada para guardar las cosechas. Pero a partir de estos elementos comunes, podemos encontrar diferencias notables en cuanto a materiales (de varas de mimbre, de piedra, de madera o mixto), forma de la planta (cuadrada, en forma de “L”, redonda, octogonal… aunque la más predominante en Galicia sea la rectangular) o tamaño (grandes de uso comunal o más pequeños), altura, etc.

Hórreos de Combarro (Pontevedra)

Hórreos de Combarro (Pontevedra).

/ D. R.

Visitar Galicia y no contemplar algún horreo resulta casi imposible porque se estima que hay uno por cada kilómetro cuadrado y algunas de estas construcciones son en la actualidad motivos ornamentales en lugares destacados de aldeas, villas y ciudades. Como dato curioso, los más grandes suelen estar cerca de pazos, monasterios e iglesias, ya que servían tanto para hacer ostentación como para almacenar y secar el grano que los vecinos pagaban en calidad de impuestos, el diezmo.

He aquí algunos de los hórreos más populares y curiosos de Galicia:

Hórreos de A Merca (Ourense)

Las más de 30 construcciones que se pueden ver juntas y ordenadas en el municipio ourensano de A Merca convierten este conjunto de hórreos en el más importante de España y en el segundo de Europa. Erigidos en su mayoría a principios del siglo XX, en la década de los 70 se trasladaron a esta zona en pendiente y se dispusieron formando hileras continuas. Están construidos en piedra, madera y teja.

Hórreo del monasterio de San Xoán de Poio (Poio, Pontevedra)

No tiene la longitud de sus vecinos de Araño, Lira o Carnota, pero su anchura mayor de lo habitual (alrededor de 3,3 metros) combinada con sus 33 metros de largo convierten a este hórreo de Pontevedra en el de mayor superficie y el más grande del mundo. Está sostenido por 51 pies.

Hórreos de Combarro (Pontevedra)

Sin salir del municipio de Poio, pero en este caso en el pueblo pesquero de Combarro, se encuentra uno de los conjuntos de hórreos más bonitos de Galicia. Son más de 30, están situados en primera línea de costa y forman parte de un conjunto arquitectónico tradicional de gran belleza. Sin duda, una de las estampas más fotografiadas por quienes visitan las Rías Baixas.

Horreo de Carnota (A Coruña)

Horreo de Carnota (A Coruña).

/ D. R.

Hórreos de Quins (Melón, Orense)

En una pequeña colina situada en el centro de esta aldea ourensana se pueden ver una veintena de construcciones de estructura mixta, ya que se combina madera y piedra. El conjunto tiene la peculiaridad de que aparece acompañado de un calvario y un vía crucis. Situado en la misma parroquia y a solo un centener de metros, en un lugar conocido como A Eira do Casal, hay otra concentración de hórreos.

Hórreos de Carnota (A Coruña)

En Carnota (A Coruña) están inventariados alrededor de 900 hórreos, pero sin duda, los de Carnota y Lira son los más representativos del municipio. El primero fue reconocido como Monumento Nacional y es el más grande de Galicia en estilo Noia (realizado en totalidad en piedra de cantería). Construido en 1768, se amplió en 1783 con 11 nuevos pares de pies (hoy suma 22 pares), alcanza los 34 metros de largo y 1,90 de ancho. Sus detalles ornamentales y el bonito conjunto que forma con el palomar cercano han hecho que se convierta en el más famoso de la comunidad.

El de Lira fue erigido entre 1779 y 1814. Aparece elevado sobre una plataforma de piedra, con la finalidad de salvar el desnivel del terreno. Al igual que el de Carnota, cuenta con 22 pares de pies, pero mide 36,53 metros de largo y otros 1,60 de ancho.

Hórreos de Piornedo (Lugo)

Hórreos de Piornedo (Lugo).

/ D. R.

Hórreo en Piornedo (Cervantes, Lugo)

Declarada Bien de Interés Cultural, es una de las aldeas con más encanto de la sierra de Os Ancares, en Lugo. Además de las pallozas (construcciones prerromanas con cubierta vegetal), merece la pena fijarse en los hórreos repartidos por todo el conjunto y que comparten la misma forma de techumbre (tejado de paja de centeno a cuatro aguas). Elevado sobre pies de piedra, la estructura es cuadrada, asemejándose más a la silueta de los hórreos asturianos.

Hórreo de Araño (Rianxo, A Coruña)

Construido en el siglo XVII y catalogado como Bien de Interés Cultural, este hórreo situado en la parroquia rianxeira de Araño, en A Coruña, está considerado como el más largo no solo de Galicia, sino de todo el planeta, gracias a sus 37 metros de longitud. Destaca también por haber sido construido enteramente en piedra y carecer de los pies que habitualmente sostienen estas estructuras.

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