La Florencia catalana: una ciudad olvidada, pero tremendamente bonita

El casco histórico de la capital gerundense es uno de los más bonitos de toda Cataluña, aunque a veces caiga en el olvido.

La postal que dejan las coloridas casas gerundenses a los pies del río Onyard
La postal que dejan las coloridas casas gerundenses a los pies del río Onyard / Istock / lena_serditova

La llaman la 'Florencia de Cataluña' y no es en vano. La ciudad de Girona queda opacada por la popularidad de sus vecinas y también capitales de provincia, Barcelona y Tarragona. La relación de la Ciudad del Renacimiento italiana y con la cultura ha sido siempre estrecha, igual que la de la catalana con la historia. Símbolo de ello es la presencia de diversos estilos, desde el románico hasta el gótico y el barroco, con detalles judíos así como romanos y de la época medieval.

Parece un pueblo medieval, pero se trata de una capital de provincia de Cataluña

Parece un pueblo medieval, pero se trata de una capital de provincia de Cataluña

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A los pies del río Onyar se erigen algunos de los edificios más llamativos de la ciudad que conforman la postal más idílica y recuerdan a ciudades flamencas como Gante. Aquellas casas construidas entre los siglos XIX y XX se situaban en un principio sobre la muralla medieval, aunque pronto empezaron a sumar alturas y a rehabilitarse. Cinco puentes cruzan de un lado a otro, de la tradición a la modernidad, entre los que destacan el encargado por la empresa de Eiffel, les Peixateries Velles y el d'en Gómez.

Una muralla medieval que incluye al barrio judío

Aquella muralla delimitaba Girona y marcaba un trazado que puede seguirse aún hoy casi por completo y cuya primera construcción se remonta al siglo I a.C. Por entonces era conocida como Força Vella y contaba con un perímetro de 800 metros que incluían la catedral y el barrio judío o Call jueu. Su camino discurre por el Paseo Arqueológico desde el Portal de Sobreportes hasta la Torre Gironella. Con el tiempo fue alargándose y hoy se extiende por tres kilómetros, convirtiéndose en una de las más largas de Europa.

La catedral y los jardines maristas delimitan, paradójicamente, el barrio judío gerundense, donde se ubica el Museo de Historia de los Judíos entre sus laberínticas calles entre las que destaca la de la Força, además de la subida de la Mare de Déu de la Pera, la Pabordia -donde estaban los baños públicos- y la plaza del Institut Vell. No son pocas las plazas que conforman la ciudad, ya que así lo provoca su forma medieval. De hecho, tiene la plaza más pequeña de España, de tan solo 24 metros cuadrados: plaza dels Raïms.

Catedrales y baños árabes

A tan solo cinco minutos a pie desde esta plaza donde se dice que había un puesto de uvas -de ahí su nombre, raïms significa uvas en catalán-, se levanta la Catedral de Santa María sobre el punto más alto de la urbe. Después de la de San Pedro del Vaticano es la nave gótica más grande del mundo, pero también es conocida por su aparición en 'Juego de Tronos'. No es la única incursión en el cine, ya que también sale la subida de Sant Domènec en 'El Perfume: Historia de un asesino'.

La Catedral de Gerona es de las más bonitas de Cataluña

La Catedral de Gerona es de las más bonitas de Cataluña

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Alberga la vidriera figurativa más antigua de la comunidad que representa una escena de Adán y Eva en el paraíso que se mantuvo escondida durante 500 años. No es la única muestra artística, puesto que también encierra el Tesoro de la Catedral donde admirar el Tapiz de la Creación, uno de los escasos textiles románicos que se conservan, y el Beato de Girona, una copia del Comentario del Apocalipsis. Esta no fue la primera catedral, sino que hubo una anterior hasta el siglo X que hoy es la iglesia de Sant Feliu.

La iglesia y el puente de Sant Feliu sobre el río Onyard

La iglesia y el puente de Sant Feliu sobre el río Onyard

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Bajo las piedras de su colegiata se halla un cementerio cristiano primitivo con ocho sarcófagos paganos y paleocristianos del siglo IV. Aunque otra leyenda más interesante gira en torno a esta edificación. A sus pies se encuentra una escultura en la que aparece una leona sobre una columna. Se dice que quien besa el culo del animal regresará a la ciudad. Podrían considerarse arte los baños árabes, construidos hacia el siglo XII y ubicados a los pies de la catedral. Pese a que es de estilo románico, sigue el modelo de las termas romanas, las mikva judías y los baños musulmanes.

Avanzando unos cuantos siglos...

Del románico es también el Monasterio de Sant Pere de Galligants, actual sede del museo de Arqueología de Cataluña-Girona. Avanzando en el tiempo unos cinco siglos, nos situamos en la época novecentista, con edificios diseñados por arquitectos como Rafael Masó -que también cuenta con la casa Masó sobre el río Onyar y 99 edificios más por toda la ciudad-, Eugeni Campllonch o Isidre Bataller. Con construcciones como la Casa Salieti o la Casa Ensesa y Harinera Montserrat.

Monasterio de Sant Pere de Galligants, también de estilo románico

Monasterio de Sant Pere de Galligants, también de estilo románico

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El arte y la historia rezuman por todos los poros de Girona. Una ciudad catalana que cuenta con un atractivo permanente, como son sus calles, al que se añade la fiesta Temps de Flors, que cubre de pétalos, adornos y guirnaldas floreadas toda la ciudad, aportando ese toque de color que no hace más que mejorar el aspecto de un destino que ya es precioso y preciado de por sí.

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