La cascada natural más impresionante de Cataluña está a solo una hora de Girona
Está llena de leyendas y cuenta con una belleza natural impresionante que hace que merezca la pena conocer.
La provincia de Girona esconde cientos de misterios que muchas veces quedan opacados por la popularidad de la que gozan otras regiones catalanas como Barcelona o Tarragona. Sin embargo, Cataluña está repleta de lugares excepcionales que van mucho más allá de sus magníficas calas, grandes ciudades y pueblos medievales. Hablamos de la naturaleza, pues este territorio cuenta con una riqueza natural absolutamente apabullante que merece la pena visitar, aunque sea muy poco a poco y disfrutando de pequeñas dosis de aventura.
Para conocer la cascada natural más impresionante, hay que partir desde el pueblo gerundense de Sant Joan de les Abadesses, en la comarca del Ripollès. Allí podemos descubrir preciosas piscinas naturales, pero hay una cascada que acapara todos los focos de atención: Gorg de Malatosca. Su nombre guarda un gran misterio en forma de leyenda. Se trata de un lugar muy tranquilo y relajante, tanto, que su ubicación en mitad de un frondoso bosque hace que la luz del sol alcance con dificultad las aguas del río Ter.
La leyenda de la cascada
'Gorg' en catalán significa 'poza' y aunque su belleza invite al baño, los lugareños saben que allí ocurrían otras cosas que no tenían que ver con el ocio y el esparcimiento. Se cuenta que alrededor de la cascada se celebraban ritos en los que se reunían seres mágicos y, sobre todo, brujas que acudían a realizar sus rituales mágicos y por supuesto profanos. La leyenda habla de un día en el que una de las brujas fue hasta allí para dar a luz acompañada de una comadrona. Como agradecimiento por su ayuda, la pagana le ofreció un puñado de lentejas.
La comadrona no vio con buenos ojos el obsequio y, pensando que merecía algo más que unas cuantas legumbres que ni siquiera le daban para guisar, las arrojó al río. Poco tardó en darse cuenta de que se le había quedado una lenteja pegada en el delantal y que se había convertido en oro. El resto del oro quedó oculto en las aguas del Ter para siempre. Aun hoy no se ha encontrado ese oro del que se habla en la historia popular, pero tampoco nadie se atreve a asegurar que no vaya a aparecer algún día.
Cómo llegar hasta allí
La leyenda ha servido para alimentar aún más la belleza inhóspita y misteriosa del Gorg de Malatosca, a donde se puede llegar atravesando un sendero de 18 kilómetros desde la antigua estación de ferrocarril del pueblo. Este tipo de caminos conocidos como vías verdes sirvió antaño para transportar hierro y carbón a las fábricas, por lo que, además de contemplar una impresionante belleza natural, también podrás descubrir una parte muy importante de la historia de Sant Joan de les Abadesses.
El sendero puede recorrerse tanto a pie como en bicicleta, y solo harán falta unos 30 minutos -tres kilómetros- para adentrarse en este lugar fantástico en el más puro sentido de la palabra. Pero el valle del Ter se extiende por 200 kilómetros más y cuenta con otros muchos atractivos como el Monasterio de Sant Joan de les Abadesses, que fundó el conde Wifredo el Velloso en el año 887 como el primer convento femenino de Cataluña. Pero como hemos dicho antes, lo mejor es descubrir el precioso entorno en pequeñas dosis.
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