Alicante para principiantes: 7 rincones poco conocidos que debes visitar

Mucho más allá de los destinos más populares como Benidorm, Denia, Calpe o Altea, Alicante esconde algunos secretos que no son tan fáciles de encontrar. La propia ciudad podría ser uno de ellos, pequeña pero con todo lo que una capital podría pedir, con atractivos como el castillo de Santa Bárbara, el monte de Benacantil, el barrio de Santa Cruz, el Museo Arqueológico o el Mercado Central. Destacan también las playas, como la de San Juan.

Allí, cada 24 de junio se saltan las hogueras a la luz de la Luna, celebrando las Fiestas mayores de la ciudad. A lo largo y ancho de todo su territorio hay múltiples encantos que esperan dispuestos a ser descubiertos en cualquier momento. Los pueblos y ciudades costeros no lo son todo aunque así lo parezca. En el interior hay también joyas que no dejan indiferente a nadie. Entre ellas, están estos siete rincones poco conocidos que cualquiera debería visitar.

Un gigantesco manto amarillo cubre una buena parte del camino de Peña Rubia. Para sus vecinos es más que conocido, pero para aquellos que lo ven por primera vez es un espectáculo visual de una belleza impecable. Aquí se celebran sesiones fotográficas de todo tipo, sobre todo en agosto, que es la época en la que estas flores alzan su cabeza hacia el sol, creando una suerte de danza que solo ellos practican.

Si el pueblo de Guadalest es ya un tesoro en sí mismo, en su corazón guarda un museo único e impresionante. Las miniaturas hechas a mano que se exponen en este lugar son invisibles al ojo humano. Para ver las maquetas hay que utilizar una lupa que viene incorporada a cada pequeñoa artesanía. Así, hay obras tan sorprendentes como una rosa pintada en un cabello, la Estatua de la Libertad incrustada en el ojo de una aguja o la Catedral de San Basilio rusa en una concha.

Este es una de las presas más antiguas de toda Europa, que data del siglo XVI y se construyó bajo el mandato de Felipe II. Todo el entorno es absolutamente impactante, con una presa de arco de una altura de 45 metros. Está catalogado como Bien de Interés Cultural con categoría de monumento. Alberga una gran cantidad de rutas senderísticas y aún conserva la casa del antiguo encargado con un pequeño templo desde donde parten acequias hacia el embalse.

En los últimos años, Jávea se ha convertido en uno de los destinos preferidos para los veraneantes. Aún así, todavía quedan algunos resquicios ocultos como esta cala paradisíaca de aguas turquesas cristalinas que bañan una playa de piedras. Entre lo salvaje y la tranquilidad, su belleza la convierte en una zona perfecta para descansar o practicar deportes como kayak o esnórquel. Además, más escondida todavía está la pequeña cala de La Granadellita.

Los vestigios de la guerra civil española siguen vivos después de casi un siglo. Reflejo de ello son pueblos abandonados que fueron destruidos por bombas, como el famoso Belchite. En muchas ciudades se conservan refugios antiaéreos que se construyeron en aquella época. Algunos han sido rehabilitados y adaptados para recibir visitas, como sucede con los de la Plaza Séneca o la Plaza Balmis de Alicante. En algunos hay incluso paneles explicativos y recreaciones de cómo serían hacia 1936.

Este oculto museo expone a través de experiencias interactivas y con proyectos de desarrollo sostenible la importancia del agua en el día a día. La entrada es gratuita y está en renovación constante, fomentando siempre el respeto y el conomiento sobre este elemento básico. Está pensado para todas las edades, proyectando en diferentes plantas actividades infantiles y más adultas. La ubicación no es aleatoria, pues los pozos excavados en roca de Garrigós fueron de gran importancia por almacenar la lluvia y distribuirla en el siglo XIX.

En pleno parque natural de la Sierra de Mairola se encuentra el pueblo de Bocairente, que llama la atención sobre todo por sus llamadas Covetes dels Moros -en castellano, Cuevas de los Moros-. Cuelgan de un acantilado rocoso y no se sabe a ciencia cierta su origen ni su función pasada. Hay versiones que hablan de que fueron cámaras sepulcrales o ventanas de graneros. Lo que sí se sabe es que las vistas que ofrece no pueden disfrutarse desde ningún otro punto.

Pensar que todos estos lugares están en la provincia de Alicante es sinónimo de que España es un lugar muy privilegiado en todos los sentidos, tanto natural como arquitectónica como humanamente. No dudes en organizar una escapada al levante español, pues los cientos de maravillas que existen no defraudan a ningún viajero.