¿Es este el pueblo más bonito de Alicante? Lo comprobamos 'in situ'

Esta pequeña población del interior de la provincia es un enclave perfecto para disfrutar de la naturaleza, las vistas de infarto y la buena gastronomía.

¿Es este el pueblo más bonito de España? Lo comprobamos 'in situ'

Guadalest está considerado uno de los pueblos más bonitos de España
Guadalest está considerado uno de los pueblos más bonitos de España / Istock / sonny2962

El Castell de Guadalest consigue que el turismo de la Costa Blanca se vea atraído por la evocadora estampa de un pueblo que ha sabido mantener, a través del tiempo, los rasgos más típicos de las poblaciones del interior alicantino», así es como la asociación de los Pueblos más Bonitos de España, a la que pertenece este municipio, empieza su descripción.

Vista aérea de Guadalest, en Alicante

Vista aérea de Guadalest, en Alicante

/ Istock / SilviaR

Lo que no te puedes perder en el Castell de Guadalest

El municipio, declarado conjunto histórico-artístico en 1974, está dividido en dos barrios claramente diferenciados: el del castillo, colgado en lo alto de la peña y protegido por la antigua muralla, conserva todo su sabor medieval; y, el del Arrabal, de creación posterior, cuando la población aumentó trasladándose a las faldas de la montaña.

Una de las plazas de Guadalest, en el interior de Alicante.

Una de las plazas de Guadalest, en el interior de Alicante.

/ Istock / Andrew Linscott

Al primero de ellos, se accede por un túnel excavado en la misma roca que sirve de entrada a la población. Encaramado sobre una peña, destaca el campanario de la iglesia parroquial. A su lado, encontramos los restos de una antigua fortificación. En la zona más elevada del pueblo, se conservan los restos del castillo de San José.

El Castillo de Guadalest se encarama en lo alto de las montañas.

El Castillo de Guadalest se encarama en lo alto de las montañas.

/ Istock / Wirestock

Ascendiendo por la antigua escalinata que nos lleva al barrio antiguo y después de flanquear la entrada, nos encontramos ante la casona señorial de los Orduña, con su escudo en la puerta. A su lado, se alza la iglesia parroquial de la Asunción de la Virgen, construida en el siglo XVIII.

Merece gran interés el recorrido por la calle principal del pueblo, para admirar la arquitectura de sus casas de una sola planta, blancas y luminosas. Así como sus singulares museos, y por supuesto las tiendas de artesanía y restaurantes en los que degustar la gastronomía típica de la montaña alicantina.

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