6 de los pueblos más bonitos de Alicante para organizar una escapada de ensueño

Alicante guarda pueblos pintorescos, llenos de historia, cultura y belleza natural perfectos para redescubrir durante estos días. Aquí te presentamos seis de los pueblos más encantadores de la provincia para que no te quedes sin tu escapada.

6 de los pueblos más bonitos de Alicante para hacer una escapada

En cualquier listado de pueblos bonitos de Alicante, el primer puesto siempre suele estar ocupado por Guadalest. Y no es para menos. Situado en el corazón de las montañas alicantinas, Guadalest es un tesoro escondido que parece sacado de un cuento de hadas.

Este pequeño pueblo, coronado por un castillo que se alza majestuoso sobre un peñón de roca, ofrece vistas espectaculares del valle y del embalse azul turquesa que yace a sus pies. Pasear por sus calles empedradas y visitar sus múltiples museos es adentrarse en un viaje por el tiempo. No olvides acceder al castillo a través del túnel en la roca para experimentar la historia viva de este lugar mágico.

Altea, con su emblemática iglesia de cúpula azul y blanca, es sin duda uno de los pueblos más bonitos de la Costa Blanca. Sus calles adoquinadas, salpicadas de casas blancas y balcones floreados, descienden hacia el mar, ofreciendo un paisaje de inigualable belleza.

El casco antiguo, repleto de galerías de arte, tiendas de artesanías y restaurantes con encanto, es el lugar ideal para disfrutar de una tarde tranquila. El paseo marítimo es perfecto para caminar al atardecer, admirando la imponente vista del Mediterráneo.

Conocida por su industria chocolatera y sus casas de colores que se asoman al mar, La Vila es un festín para los sentidos. Este vibrante pueblo no solo destaca por su belleza estética, sino también por su rica historia y tradición gastronómica.

La visita a una de sus fábricas de chocolate es obligatoria para cualquier visitante. Además, su casco antiguo y las murallas que en tiempos pasados protegían la ciudad de los ataques piratas añaden un toque de aventura a tu visita.

Calp es un encuentro fascinante entre la naturaleza y la historia, dominado por el impresionante Peñón de Ifach, la roca gigante que se eleva desde el mar. Sus playas de arena blanca y sus calas secretas son el destino perfecto para los amantes del mar.

El casco antiguo conserva vestigios de su pasado romano y medieval, y puedes aprovechar tu visita para hacer senderismo y subir al Peñón y disfrutar de una de las vistas más espectaculares de la costa alicantina. Desde allí podrás disfrutar de un espectacular atardecer.

Situada entre dos cabos, Jávea es un enclave de belleza natural, con sus calas escondidas y aguas cristalinas. Su casco antiguo, con la iglesia fortaleza de San Bartolomé como protagonista, es un testimonio de la rica historia de la zona.

El Arenal, la principal playa de Xàbia, es el centro de actividad durante el día y la noche, con una amplia oferta de ocio y gastronomía. Para los amantes de la naturaleza, el Parque Natural del Montgó ofrece impresionantes rutas de senderismo.

Benissa, con su impresionante centro histórico y sus playas y calas vírgenes, es otro de los tesoros menos conocidos de la Costa Blanca. El casco antiguo es un laberinto de calles estrechas y empedradas, plazas con encanto y edificios históricos que datan de la época medieval.

La costa de Benissa, con sus pequeñas calas rodeadas de pinos y aguas turquesas, ofrece un refugio perfecto para los buscadores de tranquilidad y belleza natural.

Cada uno de estos pueblos ofrece algo único, ya sea por su historia, su cultura, su entorno natural o su gastronomía. Una escapada a cualquiera de estos destinos te permitirá desconectar, relajarte y pasar un día diferente a pocos kilómetros de Alicante.

Si quieres alargar un poco más tu excursión y no volver en el día a casa, puedes optar por alojarte en alguno de los hoteles con encanto que hay en estas localidades.