Los últimos rincones del planeta con cielos estrellados puros

Jordi Busqué es astrofísico y uno de los fotógrafos de cielos estrellados más importantes del mundo. Su búsqueda de entornos vírgenes de luces artificiales donde puedan verse de verdad los astros le ha llevado a infinidad de rincones del planeta y ahora, en una publicación para la sección Earth de la BBC, comparte los que para él son los top entre los tops. Comenzando por el desierto de Atacama. En sus propias palabras, “es una de las zonas más secas del mundo y ofrece una de las tasas más altas de días soleados”, lo que unido a la falta de farolas y otras fuentes de iluminación no natural lo convierten en un lugar extraordinario para contemplar las estrellas.

Lo mismo ocurre con otros desiertos: los de sal del altiplano boliviano. Allí, además de contar con horas y horas de cielos estrellados puros que son fantasía para la vista, puedes ser testigx de un increíble fenómeno físico llamado luz zodiacal y que provoca que solo una hora después del atardecer parezca que va a amanecer de nuevo. También allí en el sur de Sudamérica, concretamente en la costa argentina de Tierra del Fuego, tienes otro escenario privilegiado para conocer el cosmos. Como escribe el propio Busqué, “en algunos lugares casi parece que se pueden tocar las estrellas”. Algo que difícilmente puedes experimentar en España. Salvo en dos puntos.

Los mejores lugares de España para ver estrellas

Uno de ellos son los Pirineos. Es de los pocos rincones de la península ibérica donde puedes encontrar cielos oscuros. Eso sí: tienes que ser aventurerx y adentrarte en las zonas montañosas.

El otro son las islas Canarias. No en vano, allí, en el Observatorio del Roque de los Muchachos de La Palma, se halla instalado el que de momento es, y a falta de que finalice la construcción del ETL en el desierto de Atacama, el mayor telescopio óptico del mundo. En el archipiélago también está el Observatorio del Teide. El motivo de tanta tecnología astrofísica en la zona es bastante obvio: cumple con todos los requisitos necesarios para permitir ver cielos espectaculares.

Por último, Busqué señala hacia dos rincones africanos. Por un lado, el desierto del Sahara, donde la bajísima densidad de población y la gran cantidad de kilómetros cuadrados sin bombillas hacen de él un mirador único. Y por otro lado, la parte de la costa atlántica de Marruecos que se mantiene intacta, lejos de cualquier ciudad y sin la molestia de las luces humanas. Nuestros antepasados tenían una conexión especial con el cielo y con el universo de la que nosotrxs carecemos.

Al fin y al cabo, apenas lo atisbamos. Y es una pena. Pocas cosas callan tanto el alma como un cielo estrellado puro. Es un momento místico. Un instante de emociones encontradas. Un clic.