De Manhattan a Poughkeepsie: la línea de metro para cotillear las mejores mansiones

Con 29 paradas y 118 kilómetros, esta línea recorre desde el Bronx hasta pueblos tan misteriosos y enigmáticos como Sleepy Hollow.

Tren con Manhattan al fondo
Tren con Manhattan al fondo / Istock

La línea de metro Hudson Line, operada por Metro-North, es mucho más que un simple medio de transporte. Es una experiencia fascinante que te transporta desde la bulliciosa Grand Central Terminal en Nueva York hasta la pintoresca ciudad de Poughkeepsie, en pleno corazón del valle del Hudson, en el condado de Dutchess.

A medida que vas dejando atrás estaciones, te encuentras inmerso en la belleza natural y la serenidad del río Hudson y su bahía. El tren serpentea a lo largo de las sinuosas curvas del río, ofreciéndote vistas panorámicas de exuberantes colinas verdes, acantilados escarpados y apacibles embarcaderos. Es un deleite para los sentidos, una experiencia en la que te sientes conectado con la naturaleza mientras avanzas hacia tu destino. Un paisaje diametralmente opuesto al Manhattan que se deja a las espaldas.

Tren recorriendo las orillas del Hudson

El paisaje cambia completamente en cuestión de kilómetros.

/ DougSchneiderPhoto / Istock

Pero lo que realmente distingue a la línea Metro-North Railroad Hudson Line es su capacidad para satisfacer tanto a los amantes de la naturaleza como a los del ‘gossip’. Mientras te desplazas, es imposible no admirar las majestuosas mansiones que se alzan en las colinas y se asoman al río. Así, por ejemplo, descubriremos joyas como la casa de campo Wilderstein, situada en el pueblo de Rhinebeck o el espectacular almacén militar abandonado en un castillo de la isla Hudson.

Mansión en Rhinebeck, cerca de Nueva York

Desde el tren se pueden divisar mansiones como esta, situada en Rhinebeck.


/ ARK NEYMAN / Istock

Descubrir estas edificaciones desde la comodidad del tren es un verdadero placer para la vista. Intentas adivinar quiénes fueron los propietarios de los casoplones que se muestran ante tus ojos, qué historias se han vivido entre esas paredes y qué secretos guardan celosamente. Es una ventana a un mundo diferente, una oportunidad de soñar e imaginar sobre la vida de los afortunados que vivieron en estas impresionantes residencias.

Castillo Bannerman - Hudson Nueva York

Este almacén militar abandonado se divisa desde el tren.

/ karenfoleyphotography / Istock

Pero la línea de metro Hudson Line no solo ofrece la contemplación de diferentes mansiones. A lo largo de sus 29 paradas y 118 kilómetros, nos acerca a diferentes realidades. Arranca en la Grand Central Terminal, en el corazón de Manhattan para adentrarse en el Bronx. Una vez allí, podremos detenernos en la estación que nos llevará directamente al Yankee Stadium o a Riverdale, un barrio residencial (sí, te puede sonar porque también es el nombre de una serie de televisión) en el que poder contemplar Wave Hill, una finca de 11 hectáreas que alberga jardines públicos y un centro cultural que se divisa desde los vagones.

Dejamos atrás la ciudad de Nueva York para entrar en el condado de Westchester y disfrutar de la grandiosidad de Palisades, unos imponentes acantilados considerados Monumento Natural Nacional. Seguimos avanzando y descubrimos pequeñas poblaciones como Sleepy Hollow (otra referencia cinematográfica con la peli homónima de Tim Burton) o Briarcliff Manor.

Puente sobre el río Hudson

La línea North Railroad Hudson Line pasa por puentes tan impresionantes como este.

/ roc8jas / Istock

La parada de Cortlandt, es la única de toda la línea en la que no se puede ver el Hudson, pero tras unos cuantos kilómetros se podrá volver a divisar. Y, poco a poco, llegamos a los condados de Putnam y Dutchess, que constituyen la mitad del recorrido.

Se atraviesan diversos túneles, uno justo debajo del puente Bear Mountain y ante nosotros divisamos Breakneck Ridge, una montaña que resulta un atractivo fundamental para todos los amantes del senderismo.

Mansiones en el condado de

La Metro-North Railroad Hudson Line pasa por sitios tan pintorescos como Scardale, en el condado de Westchester.

/ Alex Potemkin / Istock

Y así llegamos hasta Poughkeepsie, final del recorrido. Si tenemos suerte y coincide con los primeros días de septiembre, veremos el cielo lleno de globos aerostáticos que se dan cita en un festival anual que tiñe el cielo de esta población de un manto multicolor.

La línea Metro-North Railroad Hudson Line, con su combinación única de paisajes impresionantes y la oportunidad de espiar las vidas de aquellos que habitan en las mansiones ribereñas, es un tesoro en sí misma. Es una invitación a explorar, imaginar y descubrir, y una fuente constante de inspiración para los viajeros más curiosos. Así que, si tienes oportunidad de visitar Nueva York, prepárate para un viaje que no solo te acercará hasta Poughkeepsie, sino que también te propondrá un viaje de imaginación y contrastes.

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