Belleza británica: los parajes más escénicos del Reino Unido
Desde los Costwolds de Inglaterra al Lago Ness de Escocia, pasando por otras joyas de Gales e Irlanda del Norte

La magia de la campiña, los abruptos acantilados batidos por el océano o el festín paisajístico de montañas, valles y lagos que encierran ciertos parques nacionales. Porque no sólo de ciudades vibrantes vive el Reino Unido, he aquí una selección de destinos que son pura belleza natural:
Los Costwolds
A sólo dos horas del bullicio de Londres hallamos esta asombrosa región que encarna la imagen típica de la Inglaterra rural. Un hermoso paisaje de colinas en las que pastan ovejas melenudas y donde se esconden villas de piedra con el color de la miel.

Perderse por Cheltenham, uno de los municipios mejor preservados; admirar la histórica catedral de Gloucester; maravillarse con el castillo de Berkely o aspirar la esencia tradicional inglesa en Bilbury, Burford o Bourton-on-the-water son algunos de los planes que no hay que perderse en Los Costwolds. Nada extraña que sea uno de los refugios preferidos de las celebrities.
Lake District
Muchos no saben que esta bucólica región perteneciente al condado de Cumbria, al noroeste de Inglaterra, es el mayor parque nacional del Reino Unido y el segundo destino más visitado después de Londres. Un rincón dibujado con suaves colinas, bosques de tilos y secuoyas, encantadoras aldeas ocupadas por casitas de piedra y pintorescos cottages de madera.

Pero, sobre todo, un lugar agraciado con dieciséis lagos plagados de nenúfares, que son los que le dan el nombre y los que propician numerosas posibilidades de aventura: desde practicar senderismo hasta dar paseos en bici o a caballo, pasando por la amplia gama de deportes náuticos en estas aguas enmarcadas por montañas brumosas.
Stonehenge
El yacimiento prehistórico más famoso de Europa es un imán para quienes disfrutan con los enigmas. Y es que nadie que recala por estos territorios de Inglaterra, en el condado de Wiltshire, quiere perderse la contemplación de este conjunto de menhires dispuestos en círculo, que empezó a ser construido hace unos cinco mil años. O al menos esto es lo que se cree, puesto que esta estructura megalítica que se alza solitaria en la planicie de Salisbury continúa envuelta en misterio.

Su construcción se ha atribuido a romanos, sajones, daneses, el mago Merlín, los druidas y las primeras comunidades agrícolas de Gran Bretaña. En cualquier caso, es una reliquia de la Edad del Piedra que gana en belleza con la caída del sol, cuando adquiere un tono melancólico.
Isla de Skye
Valles salvajes, una costa dentada y colinas encendidas en verdor. Los paisajes más impactantes de Escocia se concentran en esta isla, la más famosa de las Hébridas, conectada con tierra firme a través de un larguísimo puente arqueado. Una naturaleza exuberante salpicada de castillos, por los que parece que el tiempo se ha quedado petrificado, y bonitos pueblos aislados con apenas un puñado de coloridas casas en las que uno querría aislarse del mundo.

El Lago Ness
También en Escocia, concretamente en las Highlands o Tierras Altas, encontramos este paraje difícil de olvidar, tal vez por la leyenda que lo corona: la creencia de que un ser antediluviano habita este lago de aguas oscuras, profundas y frías. Un monstruo que aún no ha sido descubierto y al que los lugareños, con mucho cariño, han bautizado como Nessie.

Más allá de la fantasía, este lugar ubicado muy cerca de Inverness y encajado entre prados inmensos está dotado de una sobrecogedora belleza. En sus orillas, además, se puede disfrutar de las inquietantes ruinas de Urquhart Castle, un fortín del siglo VI que añade más misterio si cabe.
La Calzada del Gigante
Esta vez hay que acercarse hasta Irlanda del Norte, más concretamente en la costa de Antrim, para dar con este lugar declarado Patrimonio Mundial y sobre el que también pesa una leyenda: la de que fue un gigante guerrero quien lo construyó para cruzar hasta Escocia y luchar contra sus enemigos.

Por eso consta de unas 40.000 columnas de basalto de peculiares formas geométricas (algunas de más de 160 metros de altura) que descienden hasta el océano Atlántico. Se supone que saltando de piedra en piedra, este personaje fantástico alcanzaría su destino. La ciencia, sien embargo, dice que fue originado por la actividad volcánica hace la friolera de 60 millones de años, por lo que es toda una lección de geología.
Parque Nacional de Snowdonia
La joya de la corona de Gales es este espectacular parque del norte, donde retumban los ecos celtas. Aquí se encuentra Snowdon, la montaña más alta del país (1.085 metros) y Llyn Tegid, el mayor lago natural. Y todo ello bordeado por un litoral con bonitos pueblos de pescadores. No faltan los bosques de hayas, robles, castaños, avellanos y abetos, ideales para el senderismo y la bicicleta. E incluso un tren de vapor para ver desfilar la belleza de estos paisajes.

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