Salón Español del castillo de Ambras.
Salón Español del castillo de Ambras. / Lot Wildiers (reisgoesting.be)/Österreich Werbung

El amor secreto que terminó convirtiéndose en el castillo de Ambras

A las afueras de Innsbruck, en el corazón del Tirol austríaco, un romance clandestino acabó convirtiéndose en un espectacular palacio renacentista que hoy constituye una oda al amor, el arte y la cultura.

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Todo el mundo ha oído hablar de la historia de amor que hay tras la construcción del célebre Taj Mahal, el espectacular y exótico palacio erigido en la India por el emperador Shah Jahan en honor de su esposa favorita, Arjumand Banu Begum. Sin embargo, pocos imaginan que, en la bella y montañosa Austria, entre los picos imponentes del Tirol, se levanta desde hace cinco siglos un fabuloso castillo cuyo origen esconde también una hermosa (y complicada) historia de amor.

Castillo de Ambras en Innsbruck.

Castillo de Ambras en Innsbruck.

/ Julius Silver/Oesterreich Werbung

Ubicado a las afueras de Innsbruck, capital del estado federal del Tirol, se alza el castillo de Ambras, cuyos orígenes se remontan al siglo X, aunque fue en el siglo XVI cuando alcanzó su máximo esplendor, que todavía puede admirarse hoy. Fue entonces cuando Fernando II, archiduque de Austria y miembro de la dinastía de los Habsburgo, se enamoró en secreto de Philippine Welser, la hija de un adinerado comerciante.

Retrato de Philippine Welser.

Retrato de Philippine Welser.

/ KHM-Museumsverband

Pese a la acomodada posición de la joven, Philippine era una plebeya, así que su amor no encajaba en las rigurosas normas de la monarquía, que exigían que Fernando contrajera matrimonio con una princesa. A pesar de ello, los enamorados se casaron en secreto. Cuando el padre del novio, el emperador Fernando I, descubrió lo ocurrido, obligó a la pareja a vivir su romance de forma discreta y a renunciar a los derechos sucesorios de su descendencia. Así, Philippine fue recluida en el castillo de Ambras, mientras la sociedad creía que la joven esposa no era más que una amante del archiduque.

Pese a las dificultades, el amor de Fernando y Philippine siguió creciendo entre los muros de Ambras. El archiduque transformó el castillo medieval en un hermoso palacio renacentista para alegrar a su esposa, y para ello ordenó diseñar unos bellos jardines repletos de cascadas, estanques y animales exóticos que deleitaban a propietarios y visitantes. También creó espacios lujosos, como la zona de baño de Philippine, un rincón que no tenía nada que envidiar a un moderno spa, y en el que la esposa del archiduque solía recibir a sus visitas.

St. Nikolaus Kapelle en el castillo de Ambras.

St. Nikolaus Kapelle en el castillo de Ambras.

/ Lot Wildiers (reisgoesting.be)/Österreich Werbung

Sin embargo, lo que realmente hizo único a Ambras fue la pasión del archiduque por las artes. Fernando II fue un gran mecenas que reunió una impresionante colección pictórica con obras firmadas por maestros como Rubens, Van Dyck o Velázquez. Parte de ella puede verse hoy en la llamada Galería de Retratos de los Habsburgo, que cuenta con unas 300 pinturas que representan a miembros de la dinastía. Otro espacio de gran valor artístico es el Salón Español, un recinto de estilo renacentista decorado con retratos de gobernantes del Tirol y cubierto con una bellísima techumbre de madera.

Salón Español del castillo de Ambras.

Salón Español del castillo de Ambras.

/ Lot Wildiers (reisgoesting.be)/Österreich Werbung

Además, en el Unterschloss o “castillo inferior”, se encuentra el que se considera como el primer museo de la historia, pues fue creado precisamente con esa finalidad y contaba con una exquisita colección de pinturas y esculturas, una sala de armas y un insólito “gabinete de maravillas”. Esta cámara de arte y curiosidades, fruto de la personalidad inquieta y humanista del archiduque Fernando, incluía armaduras japonesas, piezas de coral y otros objetos más singulares, como retratos de personas con enfermedades raras. En la actualidad, esta valiosa kunstkammer es la única del mundo de estilo renacentista que se conserva en su ubicación original.



Así pues, a causa del encierro forzoso de Philippine y de su amor proscrito y secreto con Fernando, en pleno corazón del Tirol nació uno de los castillos-palacios más bellos y singulares de Europa, y ejemplo sobresaliente del arte y la cultura renacentista.  

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