6 lugares y experiencias imprescindibles para conocer Turquía

En el punto donde se unen Oriente y Occidente se encuentra una de las más bellas naciones del mundo: la hipnótica y fascinante Turquía. Un paraíso incomparable donde el pasado y el presente se encuentran para goce de quien se asome a sus encantos. Desde la multifacética Estambul al castillo de algodón de Pamukkale, pasando por Capadocia y alguna de las ciudades antiguas mejor conservadas de Asia Menor, como Éfeso, cada jornada de este viaje es como una pieza de un hermoso mosaico al estilo bizantino.

El valle de Göreme, en Capadocia, esconde uno de los paisajes más atractivos de Turquía. La acción combinada durante siglos del viento y la lluvia, sobre un terreno de origen volcánico, ha dado lugar a unas formaciones rocosas conocidas como "chimeneas de las hadas" que recuerdan a una casa con su propio tejado.

También hay 'grutas que esconden iglesias bizantinas' con frescos medievales del siglo VII, y troglodíticas viviendas perforadas en la roca de hasta seis o siete pisos de altura que servían a los locales tanto para protegerse de los invasores como para resguardarse del duro clima de la región. Si el tiempo lo permite, un 'vuelo en globo aerostático, al amanecer', sobre este paisaje mágico, constituye un recuerdo imborrable.

Este es el significado en turco del nombre de Pamukkale, la fantasía natural de Capadocia, mundialmente famosa por las terrazas blancas producto del carbonato de calcio que deposita el agua. Un conjunto de piscinas naturales, de un blanco inmaculado y con aguas de un’ intenso color verde esmeralda que descienden’, como en una inmensa cascada pétrea, hacia el valle que discurre a sus pies.

La sensación de bañarse en sus tibias aguas, rodeados por un paisaje absolutamente distinto a lo que estamos acostumbrados es uno de los grandes atractivos del viaje.

Pocas veces, tras visitar un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, se tiene la sensación de que tal distinción es absoluta e indiscutiblemente merecida. Las ruinas de Éfeso, la ciudad más importante de Asia Menor en época de los romanos, se hallan en un estado de conservación suficientemente correcto para hacernos una muy buena idea de cómo debió ser la vida en una ciudad de la Antigüedad.

Edificios públicos, comercios, viviendas privadas, calles aún pavimentadas, un teatro con capacidad para 25.000 espectadores, la impresionante fachada de la biblioteca de Celso, la vía de mármol y los templos de Adriano y Artemisa apasionan a cualquier visitante y dejan en estado de éxtasis a los amantes de la fotografía.

Bursa, llamada "la verde" por sus numerosos parques y zonas verdes fue capital del Imperio Otomano durante 30 años. Patrimonio de la Humanidad desde 2014, su Gran Mezquita con 20 cúpulas y dos minaretes; la Mezquita Verde, con su nombre debido al color de los azulejos que la embellecen; el Mausoleo Verde, que alberga las tumbas del sultán Mehmet I y su familia y la Madrasa de Muradiye justifican sobradamente ese nombramiento.

Abrazando desde ambas orillas las aguas del Bósforo, 'Estambul es uno de los lugares más carismáticos del planeta'. Antigua capital del Imperio Romano de Oriente y del Imperio Otomano, es la única ciudad que se asienta sobre dos continentes. A caballo entre Asia y Europa, la antigua Constantinopla es un museo al aire libre que recibe a sus visitantes con los brazos abiertos, deseosa de compartir sus costumbres y su pasado legendario. Cuando en el silencio de la madrugada brotan los cantos de los muecines desde los minaretes de los cientos de mezquitas que alberga la ciudad, mientras amanece sobre el Bósforo, uno llega a creer que la vida es sueño.

La grandiosidad de la mezquita de Santa Sofía, la visita subterránea a las cisternas de Yerebatan, la sinfonía azul de la Mezquita del Sultán Ahmed, el Mercado de las Especias, el Palacio de Topkapi, un paseo en barco remontando el Cuerno de Oro hasta el café de Pierre Loti o la panorámica desde lo alto de la Torre de Gálata son sólo algunas de las múltiples razones para visitar Estambul. Mezcla de civilizaciones, de historias, de imperios, la antigua capital del país es un estímulo constante para nuestra curiosidad y nuestro afán de contemplar la belleza en su estado más puro.

Mención aparte en una ciudad con tantos atractivos merece el Gran Bazar, Kapalıçarşı en turco. Un recinto cubierto con 22 puertas de acceso y unas 4.600 tiendas, distribuidas en 64 calles, en las que trabajan unas 20.000 personas. Un paraíso no solo para las compras, también para vivir una experiencia distinta y para conseguir magníficas fotografías. Un buen consejo para el visitante primerizo es soslayar durante un rato la vorágine de las compras y sentarse tranquilamente en alguno de los cafés repartidos por el mercado a saborear un buen café turco y disfrutar del espectáculo.

En definitiva, recorrer Turquía es transitar por un país que vio nacer a muchas civilizaciones antiguas que dejaron una herencia cultural e histórica. Pero, a la vez, es conocer un país moderno, acogedor, con buenas infraestructuras y alojamientos y con una gastronomía que aúna lo mejor de la cocina de oriente medio con la del mediterráneo. Un viaje para disfrutar con los cinco sentidos.

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