La gran muralla europea está en España y mide casi el triple que la de Ávila

Más de seis mil metros de historia y piedra. 

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En los confines occidentales de la península ibérica, emerge Badajoz, una urbe que se erige como centinela de la historia. No solo una ciudad, sino un testimonio de piedra que desafía la implacable marcha del tiempo. En su núcleo, se alza la Gran Muralla, un coloso de roca que abraza la ciudad con majestuosidad.

Badajoz, marcada por los siglos, se desenvuelve como un relato silencioso que se teje en cada callejón, en cada rincón de su arquitectura pétreo. Sus calles estrechas, sus plazas, con adoquines gastados por el tiempo, revelan la huella ineludible de una ciudad que ha sido testigo y protagonista de la historia.

Mucho más larga que la de Ávila

En el corazón de Badajoz, la Gran Muralla se yergue como una sinfonía de piedra, una epopeya que abraza la ciudad con brazos impenetrables. Con una longitud de 6541 metros, desafía los límites convencionales de las fortificaciones. La comparación con la muralla de Ávila, cuya extensión es de 2500 metros, coloca a la muralla de Badajoz en una categoría única.

El río Guadiana y la muralla de Badajoz

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Esta muralla, no meramente un muro de protección, sino un narrador silencioso de las vicisitudes de Badajoz, ha resistido el embate del tiempo con la dignidad de un anciano que sostiene en su piel las cicatrices de un pasado indomable. Cada piedra en su estructura es un fragmento de memoria que se entreteje con las sombras del ayer, una memoria que se diluye y resurge en cada amanecer y crepúsculo de la ciudad.

Badajoz, con su muralla, no es una reliquia arqueológica, sino un compendio de historias que se entrelazan con los recuerdos de sus habitantes. Cada torre, cada bastión, es un testimonio de la destreza de los artesanos que, siglos atrás, labraron la piedra con la misma paciencia con la que la ciudad ha enfrentado los vaivenes de la historia.

Así es la muralla de Badajoz

La muralla de Badajoz, al desplegar su imponente figura, despierta en la mente del observador una inevitable reflexión sobre otras fortificaciones de España. La comparación con la muralla de Ávila, conocida por su solidez y antigüedad, no hace más que resaltar la dimensión sobresaliente de la muralla de Badajoz.

Corredor verde del Baluarte de Santa María

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La muralla de Badajoz se alza a una altura promedio de aproximadamente 10 metros, con un grosor que oscila entre 2,5 y 3,5 metros en su base. La estructura consta de ocho baluartes, a saber: San Pedro, Trinidad, Santa María, San Roque, San Juan, Santiago, San José y San Vicente; junto con dos semibaluartes, Palmas y San Antonio. Este último establecía la conexión entre la fortificación y la antigua muralla medieval de la alcazaba musulmana. En la actualidad, todos los baluartes se conservan, a excepción del de San Juan.

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