Todo sobre la tasa de acceso a Venecia: estos son los casos en los que no tendrás que pagar

Desde el pasado 25 de abril, los turistas que deseen visitar el centro histórico de Venecia deberán pagar una tasa de 5 euros. Esta medida se aplicará a aquellos que visiten la ciudad en días festivos o fines de semana sin pernoctar en un hotel veneciano. Quienes no sean ciudadanos del Véneto tendrán que registrarse y pagar la tasa de acceso.

Los visitantes que se registren recibirán un código QR que deberán mostrar si lo solicitan. Las multas por incumplimiento pueden llegar hasta los 300 euros. Aquellos que se alojen en hoteles también están sujetos a una tasa turística, que varía según la categoría del hotel. En total, esta tasa genera 36 millones de euros anuales para el Ayuntamiento de Venecia.

A favor

El alcalde, Luigi Brugnaro, ha explicado que el objetivo no es limitar el número de visitantes ni aumentar los ingresos, sino proteger la ciudad y hacerla más habitable. Brugnaro espera que esta iniciativa se convierta en un modelo para otras ciudades del mundo, ayudando a gestionar los flujos turísticos en lugares simbólicos y delicados. Los ingresos generados se destinarán al mantenimiento y la limpieza de la ciudad, que ha visto cómo su población disminuía a menos de 50.000 habitantes en 2022. Muchos venecianos temen que esta medida convierta a la ciudad en un museo al aire libre, perdiendo su identidad y autenticidad.

En contra

Matteo Secchi, presidente de la Asociación Venessia.com, critica la tasa, argumentando que refuerza la percepción de Venecia como un parque temático y no aborda el problema del turismo masivo. En cambio, propone limitar el número de turistas a una cifra manejable por los residentes. Un estudio de la Universidad Ca' Foscari sugiere que un turista por cada habitante sería ideal, considerando que Venecia recibe alrededor de 30 millones de visitantes al año.

El concejal de Hacienda, Michele Zuin, menciona que 2024 será un año de experimentación para calibrar los procedimientos y controles. En 2025, se podría establecer un umbral basado en los datos recogidos, con una tarifa ajustada según la demanda.

Venecia ha implementado esta medida como parte de una estrategia más amplia para proteger su patrimonio, en respuesta a las amenazas de la UNESCO de incluir la ciudad en su lista negra si no se tomaban medidas urgentes. Venecia es la primera ciudad en cobrar una entrada para acceder a su centro histórico.