Así suena el mundo, un recorrido sonoro a través de las grabaciones de Carlos de Hita

Carlos de Hita, especialista en grabación de paisajes sonoros, un hombre a un micrófono pegado lleva décadas registrando la huella sonora del mundo. Ese universo sonoro, nos recuerda, solo se percibe si te detienes a escucharlo.

Carlos de Hita

En una aldea a la salida del valle de Jiu Zhai Gou, China, Carlos registró los cantos de estas mujeres de etnia tibetana

/ Carlos de Hita

¿Cuál es el último lugar que has escuchado? Invitamos al lector a responder a la pregunta tras haber leído este reportaje sobre Carlos de Hita. Podríamos decir que pocos sonidos del mundo se le han resistido tras casi cuatro décadas de trabajo a este naturalista metido a técnico de sonido, como él se define. Y, sin embargo, Carlos sigue pensando en lo que aún no ha podido registrar, tiene urgencia por grabar aquellos sonidos que están a punto de apagarse. Es una de las reflexiones finales que leemos en su último libro, Sonidos del mundo. Viajar de oídas (Anaya Touring). Carlos lo define como "el libro que se lee y se oye", porque con palabras plasmadas en papel nos describe algunos de los lugares más fascinantes de África, América, Asia y Europa y con sonidos a los que se accede escaneando un código QR nos trasmite la huella sonora de ese mundo.

Carlos de Hita

Punto de partida de su libro Sonidos del mundo es este desierto africano del Teneré en la región de Agadez, Níger

/ Carlos de Hita

Es el, podríamos decir, modus operandi de sus dos libros anteriores. En ellos también se incluyen en forma de código bidimensional otros paisajes sonoros de la Tierra, concepto fundamental para entender su trabajo y que él descubrió en Kenia. "No suena igual un bosque que una pradera. No suena igual el día que la noche. O no suena igual una aldea bozo en Níger o Mali que una aldea tibetana en Mustang, Nepal. Yo no solamente grabo las voces, sino el escenario donde se producen esas voces y eso es mucho más rico, más visual", explica.

Carlos de Hita

Carlos captó los sonidos de una ballena franca austral en Península Valdés, Patagonia, tanto dentro como fuera del agua

/ Carlos de Hita

En esos escenarios ha captado el canto de las dunas del desierto, nanas en medio de la selva africana, el estrépito de las ballenas francas australes saltando en las aguas que rodean a la Península Valdés. Oír todo ello "obliga a viajar despacio", "la filosofía del que viaja de oídas es pararse a que sucedan cosas". Y Carlos se para. Su profesión implica paciencia infinita, una paciencia ya dominada tras 38 años de recolección de sonidos, desde que en 1985 empuñara su primer micrófono, activara su magnetofón (hoy ya lleva grabadores digitales) y captara el bramido de un ciervo.

Carlos de Hita

Colonia de flamencos en el lago Bogoria, en el Gran Valle del Rift, Kenia, lugar donde Carlos ha registrado también el sonido de sus fuentes termales

/ Jami Tarris / GETTY

Durante todo este tiempo, Carlos nos ha mostrado el mapa sonoro del mundo en forma de documentales, películas, series, podcasts, blogs, libros, instalaciones sonoras, radio (cadena Ser)... Nos ha enseñado a distinguir la biofonía de la geofonía y la antropofonía (los tres componentes del paisaje sonoro: los sonidos producidos por los seres vivos, los emitidos por las fuerzas naturales y los generados por humanos), nos conciencia sobre la necesidad de que la gran orquesta del mundo siga contando con el mismo número de instrumentos.

Carlos de Hita

Además de un "buen grabador digital", Carlos nos cuenta que lleva "una panoplia de micrófonos" para grabar en distancias cortas, en medias, inalámbricos, automáticos...

/ Carlos de Hita

"Si ese concierto de sonidos se empobrece porque faltan voces, esa ausencia de insectos, de abejas, está relatando la crisis ambiental. Si tú te vas a recopilar voces de comunidades étnicas por el Himalaya o por el Amazonas y faltan voces, eso es un relato también. Si en un paisaje aparece una especie nueva, su voz asociada a temperaturas más altas, eso te está diciendo que la temperatura ha subido. En Valsaín, este bosque frío, húmedo, de inviernos muy largos, nunca ha habido cigarras y de repente hay cigarras cantando en verano. Eso significa que la temperatura ha subido, el paisaje sonoro me está contando el cambio climático".

Invierno de silencios y estrépitos

Le pedimos a Carlos que nos haga un recorrido por los sonidos del invierno, la estación en la que estamos inmersos. "El invierno es el momento de los grandes silencios y de los grandes estrépitos. En general, en invierno la naturaleza está aletargada, no hay apenas actividad. Pero sin embargo, localmente, están las grandes masas de aves invernantes que han venido del norte de Europa a pasar aquí el invierno. En esos puntos concretos es donde hay grandes estrépitos".

Carlos de Hita

Grabando con dos micrófonos direccionales a las focas elefante en Punta Delgada, Patagonia

/ Carlos de Hita

"Estoy hablando de las lagunas de las grullas en Gallocanta, en la Nava, en Villafáfila (Zamora), grandes concentraciones de gansos y de aves acuáticas en las lagunas del centro de la península. En otra época te hablaría de Doñana, de los grandes estruendos que habría con las aves invernantes, pero este año está seca, a pesar de la lluvia". Doñana, ese lugar que protagonizará uno de los próximos grandes proyectos de Carlos en forma de documental. 

Del abrasador volcán a la lluvia

Una de sus últimas grabaciones le llevó a captar el bramido del volcán de Tajogaite, en La Palma. "Me sorprendió por muchas razones. Era un espectáculo bellísimo pese a la tragedia de lo que sucedía ladera abajo. No eran solamente explosiones y polvo, eran muchos sonidos que describían muy bien lo que estaba pasando".

"Los piroclastos, el sonido de las rocas que rodaban, el sonido cristalino de la lava (la lava es una pasta fundida a 1.000 grados, pero suena a cristal, es muy contradictorio), las bombas, el tremor, el suelo que vibra y que produce esa frecuencia grave que se escucha casi por los pies porque vibra el suelo. Pero lo más espectacular del volcán en términos de sonido era su aparente falta de límites, era un ruido que crecía y crecía y que no parecía tener fin." Y del calor abrasador del volcán a la lluvia fresca, un sonido "muy difícil de grabar". "Tú no escuchas la lluvia, escuchas el sonido que la lluvia produce en los árboles, en el suelo… Cada árbol tiene su propio sonido de lluvia."

Carlos de Hita

Carlos registró los sonidos de la festividad Kumbh Mela en esta ciudad india

/ R.M. Nunes / ISTOCK

Sonidos que completan nuestra visión del mundo, como explica Carlos: "El oído te está dando una imagen sonora de lo que sucede que no te da la visión. Es el complemento perfecto. No conoces el paisaje del todo hasta que no lo has escuchado". 

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