Un piloto responde a dos de las dudas más planteadas por los pasajeros con miedo a volar
¿Se evitan las tormentas? ¿Cómo se aterriza sin visibilidad? Aquí te explicamos los procesos detrás de estas situaciones que preocupan a los viajeros.
El miedo a volar es un temor común para muchos pasajeros, y a menudo surgen preguntas sobre situaciones que parecen incontrolables, como atravesar una tormenta o aterrizar cuando el clima es muy adverso. Para resolver estas inquietudes, un piloto experimentado explica cómo manejan estos escenarios en cabina, asegurando siempre la seguridad del vuelo.
¿Se evitan las tormentas en pleno vuelo?
Sí, los aviones cuentan con radares meteorológicos que permiten evitar las tormentas peligrosas, en especial aquellas que involucran actividad eléctrica o granizo. Estos radares están equipados con una antena situada en la parte frontal del avión, la cual escanea el espacio aéreo por delante y detecta áreas con actividad convectiva, que indica la presencia de tormentas. Estos sistemas no solo identifican lluvias, sino que destacan las zonas donde es más probable que se encuentren tormentas eléctricas o granizo, elementos que pueden ser peligrosos para la aeronave.
Cuando el radar indica una zona potencialmente peligrosa, el piloto toma acción de inmediato. El comandante elige una ruta alternativa, desviándose de la tormenta para evitar atravesar áreas con fuerte actividad eléctrica o turbulencia severa. Este proceso implica también coordinarse con el control de tráfico aéreo (ATC), quienes confirman que la nueva ruta es segura y viable. Esta capacidad para detectar tormentas con anticipación permite a los pilotos tomar decisiones proactivas, asegurando que el vuelo se mantenga lo más tranquilo y seguro posible.
¿Cómo aterrizan los aviones cuando no hay visibilidad?
Una de las situaciones más desafiantes para los pasajeros, pero sorprendentemente rutinaria para los pilotos, es aterrizar en condiciones de baja o nula visibilidad. En casos de niebla densa o tormentas que obstruyen completamente la visión, los pilotos se apoyan en sistemas de aproximación de alta precisión, que permiten que el avión baje con seguridad hasta la pista sin necesidad de que los pilotos vean el exterior.
Estos sistemas, conocidos como ILS (Instrument Landing System), guían al avión de forma automática hacia la pista. De hecho, en los casos más extremos, los aviones están diseñados para realizar un aterrizaje automático, donde el sistema de a bordo toma control de los mandos durante la aproximación y el aterrizaje, sin intervención directa de los pilotos. Este sistema está controlado por los instrumentos del avión y por la infraestructura del aeropuerto, lo que garantiza que el avión siga una ruta perfectamente alineada con la pista, incluso cuando el piloto no puede ver.
Aunque los aterrizajes automáticos pueden sonar sorprendentes, son extremadamente seguros y están diseñados para operar en condiciones climáticas adversas. Los pilotos supervisan constantemente el proceso, listos para intervenir si es necesario, aunque en la mayoría de los casos el sistema funciona a la perfección, permitiendo un aterrizaje suave y sin complicaciones.
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