De Madrid y cargado de naranjas: así es el Santa Claus holandés

La navidad es completamente diferente en cada país del mundo. Hay quienes la celebran el día 25 rodeados de familia y amigos, otros se disfrazan con temática terrorífica y otros simplemente no la celebran. Cada cultura cuenta con una festividad navideña única, pero si algo comparten todas ellas son los regalos.

Regalar algo a tus seres queridos es una experiencia única, pero puede ser todavía mejor si los reparte alguien especial. En España tenemos la fortuna de contar con la magia de Papá Noel y los Reyes Magos, unos seres increíbles que reparten regalos a niños y mayores el 24 de diciembre y el 6 de enero. Todo el mundo espera con ansia esa fecha ya que si se han portado bien recibirán aquello que más desean. 

Pero Papá Noel no es el único que reparte regalos por el mundo, en el resto de Europa el encargado de esta tarea navideña es Santa Claus o Sinterklaas, un señor muy interesante cuya historia se remonta a cientos de años atrás y está profundamente ligado a España. A diferencia del nuestro, este anciano vestido de rojo viaja en barco y reparte alegría por el mundo. 

Un Santa Claus español

Con la llegada de la navidad, cuando las luces parpadean y el espíritu festivo impregna el aire, una tradición única se despliega en Holanda y en otros países europeos. Mientras en nuestro país los regalos llegan de lejanas tierras nórdicas como Laponia u orientales como los Reyes Magos, en este rincón europeo, la fuente de regalos mágicos es nada menos que España. 

La tradición navideña de Holanda comienza cuando San Nicolás desembarca en las costas holandesas acompañado de su fiel compañero, el caballo blanco Amerigo y su ayudante, ahora rebautizado como Pedrito. Juntos, recorren las ciudades lanzando alegremente galletitas especiadas. Esto marca el inicio de una celebración única que captura la imaginación de niños y mayores. 

El origen de esta tradición está relacionado con la figura del obispo San Nicolás de Bari, un obispo que falleció el 6 de diciembre del año 345. Precisamente en honor a esa fecha se celebra el inicio de la navidad en Holanda. Su relación con España se debe a que en aquella época el territorio de Bari pertenecía a nuestro país por lo que se entiende que San Nicolás provenía de tierras españolas. 

Aunque en la actualidad asociamos la figura de Santa Claus con la influencia estadounidense, la realidad es que su origen se remonta al siglo XIX en la colonia holandesa de Nueva Ámsterdam, donde la adaptación al inglés del nombre Sinterklaas evolucionó hacia Santa Claus. Así, la conexión española de San Nicolás sigue viva en las raíces de esta figura icónica.

Historias y leyendas

Entre las muchas historias que giran en torno a San Nicolás hay una muy tierna que convirtió a este señor de rojo en una persona muy querida y admirada. La leyenda relata la acción de ayuda que realizó Santa Claus para ayudar a una familia cuyo padre no tenía dinero suficiente para casar a sus hijas.

Santa entró en casa por la noche y vió tres calcetines secándose en la chimenea y los llenó de oro para ayudar a las jóvenes a casarse. De ahí surge la tradición navideña de colocar calcetines en las chimeneas. 

Se dice que Santa Claus llega por las noches en un barco desde España cargado de regalos. No está muy claro históricamente si el famoso anciano de rojo viaja desde Madrid o desde Alicante, pero es cierto que además de esas deliciosas galletas también va cargado de naranjas que reparte a todos los que se han portado bien.

Esta bonita tradición es otra forma única de celebrar la navidad cuya historia está muy ligada a nuestro país y que cada año hace felices a miles de personas que mantienen viva la ilusión y el espíritu navideño para darle fuerzas a San Nicolás para seguir con su trabajo un año más.