¿Has soñado con bañarte en cerveza? Es posible en esta fábrica de Austria

Las saunas y tratamientos de bienestar han evolucionado en gran medida a lo largo de la Historia. A esto se suma que, cada vez más, se descubren alimentos que resultan beneficiosos para la piel o para algo más allá que para la nutrición, por ejemplo el chocolate. Es el caso también de la cerveza. Desde hace unos años, hay varios spas o termas que incluyen los baños de cerveza, pero el original se encuentra en la fábrica de cerveza Starkenberg en Tarrenz (Tirol, Austria).

Después de más de 200 años produciendo esta bebida alcohólica procedente de la cebada, decidieron llenar siete piscinas con 300 litros de cerveza rebajada con agua. Aunque sea bebible, está caliente y es mejor pedir una jarra bien fría mientras se disfruta de este baño tan peculiar. Pero, ¿qué es lo que la hace beneficiosa para tratamientos de este estilo? Es rica en selenio, que mantiene la piel suave; vitaminas B6 y B3, que ayudan al fortalecimiento de la piel, las uñas y el pelo; y siliceo, que da estalicidad a la piel.

En la fábrica de Starkenberg no solo se puede disfrutar de un buen baño caliente, sino que también se pueden visitar sus instalaciones y adquirir los productos que ellos mismos crean. Además, cuentan con el Salón del Caballero, ambientado en el medievo con largas mesas y sillas de madera, el escudo de los antiguos propietarios del castillo y espacio para 70 o 100 personas. La fábrica-museo se extiende por una superficie de más de 4.000 metros cuadrados dentro de un antiguo castillo que conserva bóvedas, pasillos y salas medievales.

Tradición cervecera en Austria

Aunque el tema del spa es llamativo y original, en general la gente prefiere bebérsela. Austria, igual que sus países vecinos (Alemania, Bélgica, República Checa...), valora la cerveza casi como un bien nacional. Las condiciones en este país son muy favorables para elaborarla: agua de muy buena calidad, cereales y lúpulo por doquier y maestros cerveceros que han aprendido a combinar tradición e innovación con resultados sorprendentes.

Todas sus ciudades cuenta con alguna cervecería y Salzburgo se considera la capital cervecera de Austria, con un gran número de fábricas donde también puede seguirse el proceso en directo. El consumo de cerveza en Austria está en 96,8 litros de media al año (en España está en unos 52) y tanta es la devoción que sienten los austríacos hacia ella que el Partido de la Cerveza se ha postulado como el tercero más votado en las últimas elecciones, pese a que nació como una broma.