El restaurante griego solo apto para valientes: no serás capaz de acabarte sus platos

No son pocos los restaurantes griegos que están triunfando últimamente por todo el mundo. Aunque sea un país mediterráneo y tenga tradiciones gastronómicas similares a las castellanas, lo cierto es que, al igual que ocurre con la italiana, la gastronomía griega es atractiva en numerosos sentidos. De hecho, esta antigua civilización fue la que creó la figura del cocinero como una persona que elabora platos más complejos y sofisticados que los que se preparan en las casas. En el Ágora se arremolinaban vendedores de toda clase que también ofrecían comida como 'potajes negros' o rollitos de carne.

La historia ha ido evolucionando con el tiempo, aunque todavía se conserva la tradición a grandes rasgos. Algunos de los platos más típicos son la moussaka (lasaña con láminas de berenjena), el souvlaki (pan de pita con salsa de yogur, carne a la brasa y ensalada) que encuentra una variante en los gyros, los mezes (entrantes para compartir como tzatziki o horiatiki) o el baklava (un postre heredado de Turquía a base de hojaldre, frutos secos y azúcar). Los beneficios de la dieta mediterránea están más que demostrados. Más allá de eso, además es que es deliciosa, por lo que es normal esa atracción que existe hacia este tipo de comida.

El restaurante más exagerado de Grecia

En el barrio ateniense de Paleo Fáliro o Falero se ubica un restaurante a medio camino entre la tradición griega y la comida más puramente americana. Su nombre es Kotaroú y sus raciones son tan exageradas que incluso al chef Gordon Ramsay le sorprende. "¿Qué? ¿Qué demonios? Un bocado de eso y estás acabado, amigo ¿Me estás tomando el pelo?", exclama el popular chef americano al ver semejante hamburguesa y la bautiza como "la hamburguesa del ataque al corazón". Y es que no es para menos. Algunas de las que se ofrecen en Kotaroú pesan hasta 13 kilos.

Su comida se basa en el pollo: "El pollo más rico de la ciudad. Muslos o alitas crujientes, empanadas o asadas, aquí el pollo es la estrella", reza su página web. En el menú aseguran que velan por la salud de sus comensales y por eso ofrecen el pollo de la mejor calidad, aunque sus publicaciones de redes sociales no indican lo mismo, puesto que, ni las cantidades ni los ingredientes parecen lo más saludable del mundo. Pero una vez al año no hace daño, o eso dicen. Sin embargo, para aquellos que no se atrevan con una hamburguesa que haría la boca agua a Homer Simpson, también ofrecen ensaladas y otros platos típicos como patatas con huevos.

Se dice que los mediterráneos son algo exagerados con las cantidades de comida, al contrario que, por ejemplo, los japoneses. Alimentarse de una dieta mediterránea es sinónimo de no pasar hambre, tal y como tratan todas las abuelas -no solo las españolas-. Muchas estarían ahora orgullosas de esta nueva tendencia consistente en cumplir retos con cantidades excesivas de comida. Tanto que algunas tienen que partirse con una sierra de las que cortan la madera. Este reto es imposible cumplirlo solo, así que, por muy valiente que seas, tendrás que afrontarlo con ayuda. Y no poca.