El restaurante con la carta de aguas más extensa del mundo está en Galicia: la más cara cuesta 17.500 euros

¿Imaginas maridar tu comida con un crisol de aguas? Eso es lo que puedes hacer exactamente en O Lar do Leiton, el restaurante español que presume tener la carta de aguas más extensa del mundo.

El restaurante de Ourense cuenta con diversos premios en lo referente al agua.
El restaurante de Ourense cuenta con diversos premios en lo referente al agua. / O Lar do Leiton

Atrevida, tentación, curiosa, sutil y timidez son las "experiencias" en las que el restaurante ourensano O Lar do Leiton clasifica su carta de agua. "Utilizamos los sabores, texturas y sensaciones de los platos para recomendar maridajes de aguas en base a factores como mineralización, carbonatación, pH y nuestra experiencia como elementos de orientación", reza la primera página tras el resto de aguas 'ordinarias' como Cabreiroá o Mondariz -pueblo que cuenta con balneario-. El agua se ha convertido en un auténtico arte y parece que también en un lujo, incluso Cristiano Ronaldo tiene su marca de agua. No solo existen sumilleres de vino, sino que también hay -pocos- hidrosumilleres que se dedican a maridar el tipo de agua con la comida.

Expositor de aguas de O Lar do Leiton

Expositor de aguas de O Lar do Leiton

/ O Lar do Leiton

"Como nota adicional, no recomendamos por norma general maridar aguas con gas y vinos, ya que tienden a distraer de la experiencia", se lee contundente. El restaurante es además "distinguido miembro honorífico de la Fine Water Society", una fundación que defiende que el agua no es solo agua y guía de cabecera de los expertos del agua. El ourensano buscó en sus inicios, en 2007, ofrecer algo radicalmente diferente y se decantó por el agua. "Es una bebida que en ningún lado puedes escoger, es una de las más sanas y más bebidas a nivel mundial", cuenta Carlos Crespo, el dueño. "Tú pides una cerveza, un refresco y tienes varias marcas, igual con los platos, pero con el agua eso no sucede", explica. Ni él ni su hija se consideran hidrosumilleres, aunque cuentan con varios cursos. Aun así, su distinción es tal que incluso desde el otro lado del globo conocen el local por esta característica.

Crespo cuenta que ahora son "muy conocidos" y acuden personas de todo el mundo a probarlas de todos los tipos, procedencias y envasadas en botellas de mil formas y colores: de glaciar, minerales, de iceberg, de manantial; de Rumanía, de Chile, de Noruega, de Rusia, de España... Recientemente incorporaron una procedente de Irán cuya marca contactó directamente con ellos. En su extensa carta, al lado de cada imagen apareceuna pequeña descripción, su procedencia, el pH que contiene y el maridaje que puede hacerse con ella. Las más baratas son las comunes que ofrecen en un bar ordinario, el resto pueden llegar a precios desorbitados. En la sección de Celebración aparece, por ejemplo, una traída de Svalvard (Noruega), el único lugar de la Tierra en el que habitan más osos polares que humanos, por 380 euros (75 centilitros).

Lujo embotellado

Una cata de agua "es similar a una de vinos" y "no se puede decir cuál es la mejor del mundo", ya que eso depende de los gustos individuales. Lo que sí se puede saber es la botella con el precio más elevado. Se encuentra en el apartado de Colecciones y Regalos, "recomendaciones del sumiller para coleccionistas", muchos de los cuales se han convertido en tales a raíz de visitar el loca. Esta joya es Fillico, un agua de manantial japonesa sin gas cuyo precio oscila entre los 500 euros (30 centilitros) y los 17.500 (72 centilitros). Su descripción dice así: "De las profundidades del subsuelo al pie del monte Nunobiki en Kobe, Japón, nace esta auténtica joya hídrica. Filtrada a través de los años por granito altamente respirable, contiene un equilibrio mineral único con antioxidantes y uno de los mejores contenidos en calcio de todo Japón".

Destaca también que no solo el agua es de "calidad incuestionable", sino que su "verdadero valor" reside en las botellas: "Diseñadas con lujo, esmero y con materiales como oro, plata y obsidiana. Son considerados artículos de joyería y estandartes de opulencia y extravagancia". Otro de sus productos de colección es una pareja de botellas de la República Checa especial para bodas con los trajes de los novios. Carlos elige una sencilla, la Cabreiroá con gas, un agua mineral "de muy buena calidad". Pero todo depende de lo que se busque o con qué se quiera maridar. Sin embargo, tiene una cosa clara: "No hay ninguna mala, igual que no hay un vino malo que pueda ser servido".

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