El restaurante de carretera que recomienda la 'Guía Repsol' está en la A-2 y tiene menú del día de 13 euros
Comer bien siempre es la máxima de cualquier viajero, pero no siempre se piensa que esto pueda estar unido a hacerlo en un restaurante de carretera, y este de la A-2 demuestra todo lo contrario.
A caballo entre la sabiduría popular y la experta se encuentra la Guía Repsol, una auténtica referencia para los amantes de la gastronomía, los viajes y la cultura española desde su creación en 1979. Más de uno y más de dos han recorrido el país con una de sus guías en la mano, revisándola para elegir dónde comer o cenar en esos días de viaje. Pero no solo se utiliza en el destino, sino también en el camino, en la carretera, donde muchas veces encontramos estaciones de servicio de las que no tenemos ninguna referencia.
Se dice que el hecho de que haya muchos camiones aparcados en el parking de estos lugares es sinónimo de calidad y buen precio. Si bien hay quien solo se detiene a tomar un café o estirar las piernas y ni siquiera pasa al restaurante, hay otros muchos viajeros que sí estacionan con más calma y comen sin prisa. Para esos que cumplen con la norma de parar cada 150 o 200 kilómetros es importante encontrar un restaurante que merezca la pena en cuanto a calidad-precio se refiere y la Guía Repsol esconde un lugar perfecto.
Comer bien en un bar de carretera
Dos locales a sendos lados de la autovía A-2, a la altura del kilómetro 281, se abren paso para ofrecer una amplia carta que puede degustarse las 24 horas del día que permanece abierto y un menú diario por 12,90 euros. Se trata del Área 280 y cuenta con un solete Repsol otorgado por la Guía como símbolo de calidad. Se ubica a la altura de Calatorao, en Zaragoza, y también dispone de un 'Menú aragonés' por 22 euros para disfrutar de la gastronomía más tradicional de la región, que incluye aceitunas negras, migas con huevo frito, chuletas de ternasco, postre, pan, agua y vino Montesierra Somontano.
Por su parte, el menú del día ofrece cinco primeros y cinco segundos a elegir; igual que el menú de fin de semana que cuesta 14,90 euros. Otra de sus especialidades son los torreznos -premiados- y el cachopo, que se encuentra en la carta de muchas maneras diferentes (al estilo aragonés, navarro, asturiano y madrileño). Como buen bar de carretera, también cuenta con platos combinados a un precio muy económico, por debajo de los 10 euros, así como bocadillos variados y sándwiches, destacando el bocadillo especial de longaniza, queso semicurado, alioli y tomate rallado por 7,50 euros.
Más allá de la comida
En un rincón del amplio local hay una tienda de productos aragoneses de una gran calidad, con vinos, embutidos y una buena colección de imágenes de la Virgen del Pilar. Además, si se reserva algo más de tiempo para la parada, también se puede hacer una visita a Calatorao, pueblo famoso por albergar los restos celtíberos de la ciudad de Nertóbriga. El casco urbano está presidido por el castillo del siglo XIV que los musulmanes antaño llamaban 'castillo de piedra', que convierte a la localidad zaragozana en un lugar de interés histórico, artístico y cultural.
No es necesario esperar a tener un viaje que pase específicamente por la A-2 para degustar los platos que se ofercen en Área 280, pues hay veces que el mismo trayecto puede ser el destino. Para aquellos que vivan en las inmediaciones de Zaragoza, puede resultar fácil organizar una escapada a comer o cenar al popular restaurante, que acumula miles de reseñas en Google, para poder presumir que ha sido un comensal satisfecho del local zaragozano. Para los que no, nunca es tarde para descubrir los rincones más bellos de la ciudad y también de la provincia.
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