13 rincones donde hacer pícnic en Barcelona
La ciudad esconde numerosos rincones donde estirar el mantel, abrir la neverita y montar una comida mientras te acaricia la brisa.
El verano se fue y ya añoramos aquellos momentos de neverita playera o de pícnic al sol en plena montaña. Pero, ahora que el otoño está más que encarrilado y nos trae los mayores encantos del pantone natural y, todavía, momentos de buen tiempo, podemos seguir perfectamente con el ritual de las comidas al aire libre. Pocos placeres gastronómicos hay más gratificantes que disfrutar de tus bocados favoritos en un entorno natural mientras te acaricia la brisa.
¿Hay que coger el coche y largarse lo más lejos posible de la ciudad? ¡No! Barcelona esconde rincones tranquilos y apartados de los tubos de escape que están acondicionados para acoger pícnics o que son propicios para estirar el mantel (mejor de cuadros, que es más fotogénico) abrir la cesta (de mimbre mola más) y montar una comilona de órdago al aire libre (¡no olvides el porrón!). Solo, en plan romántico con tu pareja o en grupo. Un auténtico lujo gratis a disfrutar en plena urbe.
Parque de la Mar Bella
Césped, árboles... y 'skate park'
Este rincón verde está junto a la ronda del Litoral, y es un espacio ideal para llevarse el equipo completo de pícnic. ¿Por qué? Porque el césped está en buenas condiciones y los árboles, además de embellecer el entorno, te pueden dar sombra si el sol aprieta mucho. Está al lado del skate park, así que puedes hacer piruetas con el monopatín para que te entre el hambre. Tras zampar de lo lindo puedes ir a dar un agradable paseo junto al mar para bajar la comida.
Parque de la Ciutadella
Todo un clásico
Un clásico de sobra conocido por los barceloneses que los fines de semana acuden en masa para disfrutar de las amplias zonas de césped donde se pueden instalar. Ideal para ir en grupo y con niños por las numerosas actividades que se llevan a cabo allí. Pero, para no ir donde todo el mundo, ¿qué tal si te sientas en uno de los bancos que rodean el estanque de la plaza de Joan Fiveller, frente al Parlament de Catalunya? Comerás a gusto contemplando la escultura (una réplica) titulada Desconsuelo, obra del escultor modernista Josep Llimona.
Parque del Turó del Putxet
En plena vegetación
En el barrio de Sant Gervasi se encuentra uno de los parques más desconocidos de la ciudad por quienes no habitan en la zona. Sin embargo, es de los rincones más agradables y apartados de Barcelona, está repleto de vegetación e, incluso, tiene vistas al mar. Aquí se acude a dar bonitos paseos, practicar deportes y jugar (hay mesas de pimpón, pistas de petanca, canastas de baloncesto…), relajarse o, también, montar una comilona, ya que hay un espacio acondicionado con mesas y bancos de madera. Y eso a tan solo 15 minutos en metro de la plaza de Catalunya. Pero ¿cómo no te habías enterado antes?
Las baterías del Carmel
Tocando el cielo
Esta zona donde se encuentran los búnkers antiaéreos de la guerra civil se llena cada atardecer de quienes quieren disfrutar de las mejores vistas de la ciudad cuando se va el sol. Un momento ideal para hacer un picoteo con amigos. El amanecer es otro gran momento que merece una escapada a este mirador, y mejor aún si subimos con el termo de café lleno y de paso nos paramos en la pastelería Santantoni para comprar cruasanes recién salidos del horno. Un desayuno top a disfrutar con Barcelona a nuestros pies.
Parque de Cervantes
Rodeados de rosas
En uno de los extremos de la avenida de la Diagonal, este oasis verde es famoso por su impresionante variedad de árboles (desde cipreses hasta tilos y una hilera de olivos) pero, sobre todo, por su plantación de cerca de 10.000 rosales de más de 2.000 especies diferentes (en primavera, cuando brotan, es una maravilla). Y en este entorno de fábula, bajo un pinar y con un perfume floral flotando en el aire, encontrarás una zona acondicionada con mesas y bancos. Un lugar muy recomendable para un tête-à-tête de lo más gastro-romántico y ver la vida de color de rosa.
Parque de la Oreneta
El más ‘kid-friendly’
Quizá sea la ubicación ideal si quieres montar un pícnic con un grupo numeroso de niños (perfecta para una celebración infantil, por ejemplo). Más parecido a un bosque urbano, es de los más completos en cuanto a infraestructura de ocio, ya que cuenta con una zona de juegos, un pequeño restaurante, un pony club, un trenecito infantil que funciona los fines de semana, mucha amplitud para desfogarse y un estanque lleno de peces que a los peques les encanta contemplar tras un pícnic en la zona colindante preparada para ello.
Parque del Nus de la Trinitat
De barbacoa
Súbete a la línea roja del metro, cruza media ciudad y bájate en la estación de Trinitat Vella. Allí te espera un espacio pensado para el ocio urbano en su máxima expresión. O eso parece. Obra del estudio de arquitectura Roig i Batlle, combina zonas de árboles y césped para relajarse; más de 60 –preciosos– huertos urbanos donde los jubilados del barrio cultivan frutas y hortalizas; pistas deportivas de todo tipo, y... una gran área de pícnic con mesas y... ¡barbacoas de libre acceso!
A los pies del Hotel W
Comida en el asfalto
¿Quién ha dicho que el asfalto no tiene encanto? Un lugar diferente para sacar la fiambrera y la botella de vino son las escalinatas ubicadas cerca de la entrada del Hotel W. Un sitio tranquilo, cómodo, desde donde se puede comer contemplando la belleza arquitectónica de este edificio (y no hablamos de los selfis ultra cool que puedes hacerte aquí). Eso sí, esta ubicación es más recomendable para una comida entre dos. Lo bueno de este lugar es que a cada lado del hotel tienes unas bonitas panorámicas: una da al mar y a la entrada del puerto de Barcelona y otra, al frente marítimo desde la Barceloneta hasta el Fòrum.
La Escullera del Poblenou
Frente al mar
Si algo envidia medio mundo de Barcelona es su situación privilegiada al pie del Mediterráneo. Así que aprovechémosla para abrir la neverita y disfrutar de un buen ágape. Detrás del Port Olímpic se encuentra un paseo escondido donde gozar de unas vistas magníficas de la inmensidad azul del mar. Ideal al atardecer, se trata de un sitio solitario, muy silencioso, donde siempre sopla la brisa y que cuenta con un murito perfecto para instalarse.
Jardín de Diagonal Mar
Para disfrutar como enanos
Otro hotspot perfecto para gozar del placer de una comida casera al aire libre con niños es el parque de Diagonal Mar. Y eso porque antes o después de la comida, que se podrá llevar a cabo al estilo tradicional (es decir, sentado sobre una manta en el césped), toda la familia podrá pasárselo bomba en la zona recreativa de toboganes gigantes. ¡Un auténtico planazo!
Montjuïc
Para todos los gustos
La montaña de Montjuïc es uno de los pulmones verdes de la ciudad, con infinidad de ubicaciones donde pararse a comer al aire libre. Por ejemplo, hay zonas propicias para ello tanto en los jardines del Grec como en los de Joan Brossa o en el foso del castillo, donde es habitual ver a grupos de familias y amigos reunirse para compartir una comida de lo más informal al aire libre. Otra opción para una cena romántica es llevarse unos bocadillos e instalarse en las escaleras de la Font Màgica mientras se asiste al espectáculo de coreografías de agua y sonido.
Jardines de la Maternitat
Para grupos
Se trata de un destino muy recomendable para montar comidas al aire libre, ya que dispone de amplios espacios de césped, todo un lujo en pleno barrio de Les Corts. Por este motivo, es quizá la ubicación más recomendable para grupos numerosos con ganas de montar un buen pícnic.
Jardines Els vivers de Can Borni
El menos urbanita
Quizá sea el lugar menos urbanita de todos los que aparecen en esta lista y, por eso mismo, también es el que da más la sensación de que te has escapado de la ciudad. Un auténtico lujo, en definitiva. Ubicado en medio de la montaña de Collserola, para una experiencia más completa se puede ir en bici o andando. Estos jardines destacan por una abundante vegetación, entre la cual encontramos una extensa zona de césped acondicionada con mesas y bancos de madera ideales para hacer un pícnic con vistas a Barcelona.
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