12 perfectas escapadas a Gran Bretaña sin pisar Londres

Brsitol

Bristol, espíritu joven y herencia pirata

La universidad, la atmósfera desenfadada y el goteo continuo de festivales, manifestaciones artísticas y citas culturales perfilan el carácter de la ciudad más activa del suroeste de Inglaterra. Bristol comparte esa estética alternativa, incluso desaliñada, de su población mayoritariamente joven. Y no solo por ser la cuna de bandas tan imprescindibles como Portishead o Massive Attack, que popularizaron el llamado sonido Bristol, sino también porque su propia arquitectura se hace eco de ese espíritu rebelde y anárquico.

Y, si no, ¿cómo se explican los provocadores grafitis del artista local Bansky coloreando las fachadas contiguas a sobrias iglesias góticas?Mucho antes de este dinamismo, Bristol fue una prestigiosa metrópoli portuaria con trasiego de piratas y mercadeo de esclavos. También cuentan que desde su muelle partió el primer barco británico hacia las Américas, capitaneado por John Cabot. Historias marítimas que hoy, extinguida ya su actividad comercial, sostienen la herencia del Floating Harbour o Puerto Flotante, que es el alma de la ciudad: un agradable paseo entre almacenes rescatados de las ruinas y reconvertidos en galerías y estilosos restaurantes, a los que se unen en el trayecto atracciones tan variopintas como el Acuario y el M Shed o Museo de la Vida de Bristol.

Iglesias y ocio

Pero esta urbe descarada que presume de su largo listado de pubs y de su oferta incombustible de ocio –teatro a cielo abierto, conciertos, exhibición de globos aerostáticos...– tiene también su vertiente más seria. De una parte, el centro histórico, reconstruido casi por completo tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y plagado de iglesias medie vales como la propia Catedral o la más alejada St. Mary Redcliffe, de la que la reina Isabel I aseguró que era"la parroquia más justa, respetable y famosa de toda Inglaterra". De otra, el barrio georgiano de Clifton, al noroeste, con sus calles recoletas bordeadas de boutiques y cafés, y sus elegantes casas con jardín donde reside la población pudiente.

Aquí también se encuentra el Puente Colgante, icono de la ciudad, que cruza la garganta del río Avon sobre un vertiginoso vacío. Y que suele congregar a los jóvenes para contemplar el fabuloso atardecer antes de lanzarse a la vorágine de la vida nocturna de Bristol.

Jóvenes y universitarias, remilgadas e históricas, asentadas a orillas del litoral o perdidas en la extensa campiña. Porque el Reino Unido no solo vive de Londres, aquí va una selección de ciudades para una escapada perfecta. Tienen vuelos directos y baratos, mucha magia por descubrir y una oferta (casi) tan atractiva como la de la capital.

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