10 tentaciones de Shanghái

Taichi en el Bund

Un paseo por el BundQuintaesencia del pasado y del presente de la ciudad

El punto más emblemático de Shanghái se encuentra en la ribera oriental del río Huangpu y consiste en una serie de edificios construidos a principios del siglo XX. Su origen se debe a las grandes corporaciones europeas, estadounidenses y japonesas que adquirieron derecho a comerciar con China tras la derrota impuesta a la dinastía Qing en la primera Guerra del Opio. Hay quienes consideran al Bund la más variada colección de arquitectura occidental fuera de Occidente, pues posee, uno al lado del otro, diversos estilos tales como el art nouveau, neoclásico, barroco, art déco, neorrenacentista o neogótico. El Bund es testigo de cómo en la segunda mitad del siglo XIX Shanghái pasó de ser un pueblo de pescadores a convertirse en el tercer centro financiero más importante del mundo, superado solo por Nueva York y Londres.

Entre las renovaciones llevadas a cabo con motivo de la Expo 2010 se incluyó la construcción de un túnel subterráneo en la avenida que corre a lo largo del Bund, con lo cual se ensanchó la acera para incluir áreas verdes y se amplió considerablemente el espacio peatonal. Un paseo por el Bund es imprescindible para admirar las mejores vistas de Shanghái: del lado de Puxi (ribera oriental del Huangpu) se observan los edificios de inicios del siglo XX, y del lado de Pudong (ribera occidental), los rascacielos del siglo XXI. Este binomio también puede contemplarse desde los barcos con recorrido turístico que zarpan desde el embarcadero de Shiliupu.

El restaurante Lost Heaven es uno de los más bonitos de Shanghái y maneja precios asequibles; ahí puede degustarse la cocina de Yunnan, con influencias de Laos, Tailandia y Myanmar. Para quienes deseen un respiro de la comida china, dos opciones interesantes son Mr. Ms. Bund o Roosevelt House –este último cuenta, por cierto, con una de las cavas más grandes de Asia–. Quienes tengan interés en el arte chino contemporáneo pueden echar un vistazo a la galería de Pearl Lam, que está ubicada en la calle Jiangxi. Con respecto a la vida nocturna, Bar Rouge es casi una leyenda de la ciudad. Ahora bien, los mejores cócteles se encuentran en el Único, cortesía del mixólogo Héctor Monroy. Está prohibido irse de Shanghái sin haber probado su martini de lichi.

En la foto: taichi en el Bund.

Shanghái, la perla que más brilla en el continente asiático, es una metrópolis que transpira dinamismo y constantemente se reinventa; es la punta de lanza mediante la que China se abre al desarrollo. Shanghái es una urbe donde el vértigo de los rascacielos más altos del mundo contrasta con la serenidad de quienes puntualmente practican taichí al amanecer. Asimismo, es el lugar perfecto para degustar la ricavariedad gastronómica de las diversas regiones del país y para dar rienda suelta a quienes disfrutan las compras como parte de sus vacaciones.

El boom de Shanghái fue de los primeros frutos en cosecharse tras la apertura a la economía de mercado que China inició hace más de treinta años. La ciudad resurgió con toda la fuerza y retomó el lugar que ya tenía a principios del siglo pasado como uno de los principales centros financieros del mundo. Es tal la pujanza de esta ciudad, que lo que antes se denominaba sueño americano ahora bien podría llamarse sueño shanghainés. Una visita puede comenzar a bordo del tren más rápido del mundo: el Maglev, cuya levitación magnética permite alcanzar velocidades de hasta 400 km/h y enlaza en un par de minutos el Aeropuerto Internacional de Pudong con el centro de la urbe. Capital económica de China y hogar de 18 millones de habitantes, Shanghái es un destino que, a cada paso, está repleto de tentaciones. A continuación ofrecemos diez de las opciones más provocativas:

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